China es un importante exportador de herramientas de vigilancia con IA que violan los DDHH

Por Nicole Hao
24 de septiembre de 2019 7:36 PM Actualizado: 24 de septiembre de 2019 7:36 PM

Un informe de un centro de estudios que analiza cómo los gobiernos de todo el mundo utilizan la vigilancia con inteligencia artificial (IA) reveló hasta qué punto el régimen chino exportó dicha tecnología para controlar y rastrear a los ciudadanos.

Un estudio de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional reveló que 176 países disponen de esta tecnología, aunque no todos ellos con fines represivos. Los estados democráticos tienden a desplegar la tecnología para usos legales, como el monitoreo de la congestión del tráfico, la supervisión de la medición inteligente de la energía, etc.

Sin embargo encontró que “un número creciente de estados están desplegando herramientas avanzadas de vigilancia de IA para monitorear, rastrear y vigilar a los ciudadanos”, y China como “uno de los principales impulsores” de esta tendencia.

De 63 entre 176 países que emplean la tecnología de vigilancia de IA utilizan equipos fabricados por empresas chinas, siendo el principal proveedor el gigante tecnológico Huawei que está atravesando momentos difíciles. 

Vigilancia de IA

El estudio, publicado el 17 de septiembre, definió la vigilancia de IA como una tecnología que utiliza programas informáticos para analizar audio e imágenes de cámaras de video vigilancia con el fin de reconocer a personas, vehículos, objetos y eventos.

La tecnología puede aportar comodidad a la vida cotidiana, por ejemplo, para controlar la propiedad y enviar una alerta al propietario o el administrador de una propiedad si se detecta a un intruso o alguna actividad anormal.

Los gobiernos también utilizan la vigilancia de IA, como en el caso de la iniciativa “ciudad segura” destinada a ayudar a las actividades policiales. Pero los gobiernos autocráticos pueden utilizar la tecnología de maneras que violan los derechos humanos -incluyendo el seguimiento y la vigilancia de los ciudadanos- con el fin de lograr sus objetivos políticos.

El informe señala que China, Rusia y Arabia Saudita “están explotando la tecnología de inteligencia artificial con fines de vigilancia masiva”, como en el caso de la utilización de dicha tecnología por parte del régimen chino -haciendo uso de la lógica de la lucha contra la amenaza terrorista- para vigilar y reprimir a las minorías musulmanas en la región de Xinjiang.

El informe concluye que la decisión de un gobierno de utilizar la vigilancia de IA para fines nefastos dependía de “la calidad de su gobernanza”.

“Los gobiernos de los países autocráticos y semiautocráticos son más propensos a abusar de la vigilancia de IA que los gobiernos de las democracias liberales”, declaró.

La influencia de China

Las empresas chinas han dominado el mercado de IA, creando cámaras de reconocimiento facial y sistemas “ciudad inteligente / ciudad segura”. En teoría, estos sistemas están diseñados para prestar servicios urbanos de manera más eficiente o para ayudar a predecir la delincuencia.

En particular, el gigante tecnológico chino Huawei desarrolló y promovió agresivamente dicha tecnología de vigilancia ante los gobiernos. 

Huawei fue rechazado por muchos gobiernos occidentales debido a las preocupaciones de seguridad nacional de que sus productos podrían ser saboteados por el régimen chino para realizar espionaje. Mientras tanto, la compañía enfrenta cargos federales por fraude bancario y robo de secretos comerciales en Estados Unidos.

El informe da un ejemplo de cómo se utiliza esta tecnología de IA, tal y como se anuncia en el sitio web de Huawei. Un serbio culpable tras atropellar y fugarse de un accidente huyó hacia China. Después de que la policía serbia proporcionara imágenes del sospechoso, la policía china pudo localizarlo en tres días.

“Los analistas serbios observaron que en un país sacudido por la corrupción endémica y un autoritarismo invasor, esta tecnología ofrece una poderosa herramienta para que las autoridades serbias frenen la disidencia y se cometan abusos”, señala el informe.

Al menos 50 de los 176 países que utilizan la vigilancia de IA en todo el mundo eligieron a Huawei como su proveedor.

A menudo, esto se hizo a través de la iniciativa ‘La Franja y la Ruta’  (OBOR por sus siglas en inglés) del régimen chino, el proyecto de política exterior de Beijing para aumentar su influencia geopolítica mediante inversiones en proyectos de infraestructura en el sudeste y centro de Asia, África y Europa oriental. 

Pakistán, por ejemplo, es un socio de OBOR que utiliza el sistema de ciudad inteligente de Huawei. Según la clasificación de Freedom House de los gobiernos del mundo, Pakistán tiene una puntuación de 39 sobre 100, lo que la hace “parcialmente libre”.

El centro de estudios estadounidense Jamestown Foundation, en un artículo publicado en junio de 2018, advirtió de los peligros de la tecnología de la “ciudad inteligente”: “Mientras que las ciudades inteligentes del futuro podrían ser mejores y más eficientes, también podrían proporcionar a los regímenes autoritarios herramientas de vigilancia y control nunca antes soñadas”.

Dentro de China -que cuenta con una pésima puntuación de libertad de 11- las autoridades instalaron 176 millones de cámaras de vigilancia mejoradas con IA en 2016, según la empresa consultora IHS Markit. Según la empresa de investigación de mercado IDC, el país asiático tendrá 2760 millones de cámaras de vigilancia instaladas para el año 2022, lo que significa que, en promedio, cada chino será vigilado por dos cámaras.

Otros proveedores chinos importantes de tecnología de inteligencia artificial son Hikvision, Dahua y ZTE. Todos ellos fueron sancionados por las autoridades estadounidenses; Hikvision y Dahua están prohibidos en los organismos del gobierno federal debido a preocupaciones de seguridad nacional. A ZTE se le impuso una multa y se le prohibió temporalmente comprar suministros estadounidenses por violar los términos relacionados con su incumplimiento de las sanciones a Irán. 

Ética

El informe concluyó que, independientemente de si la vigilancia de IA es utilizada por gobiernos represivos o no, la tecnología es peligrosa. “Los expertos expresan su preocupación por las tasas de error en el reconocimiento facial y [un nivel de] elevados falsos positivos para las poblaciones minoritarias”, señala el informe, refiriéndose a los riesgos potenciales cuando la policía utiliza herramientas de inteligencia artificial para localizar a sospechosos.

Además, muchos de nuestros dispositivos de Internet de las cosas (IoT), como los altavoces inteligentes, las cerraduras de acceso sin llave a distancia y las pantallas inteligentes del tablero de instrumentos de los autos, podrían ser explotados y “podrían abrir inquietantes vías de vigilancia”.

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