China escribe su propia Biblia y Corán

Por Brad Johnson
26 de enero de 2020 6:29 PM Actualizado: 30 de enero de 2020 10:31 PM

Comentario

En noviembre del año pasado, China tomó la decisión oficial de reescribir la Biblia y el Corán para «reflejar los valores socialistas».

Naturalmente, esta es una herramienta política que se necesita como parte de la represión contra la minoría musulmana uigur, que ha sido una espina clavada en el lado del régimen socialista chino. El Partido Comunista Chino (PCCh) declaró que la revisión asegurará que el contenido de la Biblia y el Corán no contradiga el socialismo.

Uno de los padres fundadores del socialismo moderno, Karl Marx, escribió que «La religión es el opio del pueblo». Aunque esto se discute a menudo, no es la cita completa del texto original en alemán. La cita completa se traduce comúnmente como: “La religión es el signo de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón y el alma de las condiciones sin alma. Es el opio del pueblo».

Esta filosofía antirreligiosa por parte de la izquierda ha inundado todo el mundo, y la desconfianza y el odio por la religión es compartida por todos los regímenes socialistas en un grado u otro. Este odio desde la izquierda se manifiesta en muchos niveles, incluso en Estados Unidos, y en última instancia se basa en erradicar cualquier competencia por el poder absoluto.

Como queda muy claro en China, las creencias religiosas fuertes compiten por los corazones y las mentes de la población y, en última instancia, por el poder, y por lo tanto son intolerables. Sin embargo, en lugar de erradicar las religiones, los socialistas han concluido que es más fácil y más efectivo crear religiones paralelas que sean sometidas al socialismo, solo pretenden someterse a Dios para atraer a los ingenuos.

En este contexto, el PCCh llama a la Biblia y al Corán clásicos religiosos, y argumentan que la revisión está justificada para garantizar que los contenidos se ajusten al progreso de los tiempos. Esta es una técnica de propaganda estándar, que, en simples términos, consiste en idear una declaración útil, pero sin sentido.

Conformarse con el progreso de los tiempos es un ejemplo clásico. La declaración carece esencialmente de sentido y, por lo tanto, es casi imposible de contradecir, pero suena bien y justifica cualquier acto, por más cruel que sea. La persona promedio no mira más allá de ese punto y simplemente acepta la propuesta como el curso de acción más fácil.

Cualquier cosa del Corán o la Biblia que de alguna manera respalde, o al menos no contradiga, el socialismo es retenido y enfatizado; todo lo demás se minimiza o denigra.

La agencia estatal de noticias Xinhua informó que la orden para revisar los textos religiosos fue dada por el Comité de Asuntos Étnicos y Religiosos del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino. Este comité fue formado por el Comité Central del Partido Comunista de China y encabezado por Wang Yang.

Según el periódico francés, Le Figaro, Wang declaró categóricamente que las religiones deben seguir las órdenes del presidente chino y ser interpretadas de acuerdo con «los valores centrales del socialismo» y «los requisitos de la época».

A medida que la campaña de propaganda mundial de los chinos gana impulso, la fuerza física está siendo utilizada simultáneamente para perseguir a los cristianos y musulmanes dentro de China.

Se han filtrado desde China una gran cantidad de fotografías e informes detallados que muestran un gran sistema de campos de concentración, iglesias incendiadas y muchas formas de presión sobre las personas que no comprometen sus creencias religiosas en favor del socialismo. Las estimaciones afirman que, al menos, 1 millón de uigures y otros musulmanes han sido enviados a campos de concentración.

El PCCh negó durante mucho tiempo la existencia de los campos de concentración, pero después de que las pruebas se volvieron abundantes y concluyentes, admitieron la existencia de lo que llaman centros educativos dedicados a la enseñanza de habilidades laborales.

Ataques a la Constitución de EEUU

En Estados Unidos y en Occidente la izquierda está utilizando las mismas técnicas por las mismas razones. Aquí se llama Teología de la liberación, que admite abiertamente ser una combinación de teología cristiana y marxismo.

Como en el caso del PCCh, la justificación para los actos crueles se excusa en una preocupación por los pobres y los oprimidos. Una vez más, esta es una declaración esencialmente sin sentido, muy difícil de contradecir, pero que aún puede usarse para justificar casi cualquier cosa.

Por ejemplo, los miembros y simpatizantes de la Iglesia de la Teología de la Liberación estuvieron ampliamente involucrados en los conflictos armados latinoamericanos de los años ochenta y noventa, llegando al extremo de suministrar armas y municiones a las revoluciones marxistas.

Usando las mismas técnicas y por las mismas razones, la Constitución de Estados Unidos está bajo constante ataque de la izquierda. La Constitución de EEUU fue específicamente escrita y diseñada para evitar que una sola parte o persona tome el control absoluto de Estados Unidos. Dicho sucintamente, limita el poder, lo que es intolerable para la izquierda, motivo por el que las Enmiendas Primera y Segunda permanecen particularmente bajo ataque.

La libertad de expresión y el derecho a poseer y portar armas son dos de los principios más básicos de una sociedad libre y una parte importante de por qué todavía hay libertad en Estados Unidos.

La izquierda llama a la Constitución de Estados Unidos un «documento vivo», que es, una vez más, una de esas declaraciones sin sentido difícil de contradecir, pero que se usa para justificar la eliminación de la Constitución y escribir otra versión que «se ajuste al progreso de los tiempos».

La Constitución de Estados Unidos es el documento más importante que se haya escrito, por el hombre, para el por hombre, aunque con una buena dosis de inspiración divina abiertamente reconocida por sus autores. Dentro de muchos cientos de años a partir de ahora, los futuros historiadores seguirán viendo el faro de luz que descansa sobre nuestra Constitución y que brilla a través de los siglos. Debería ser una de nuestras mayores exportaciones al resto del mundo, y todos seríamos mejores por ello.

Brad Johnson es un oficial retirado de operaciones senior de la CIA y exjefe de estación. Es el presidente de Americans for Intelligence Reform.

Las opiniones expresadas en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de The Epoch Times.

A continuación

Cristianos se unen a otras creencias contra la persecución religiosa en China

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.