Desde que el virus del PCCh surgió por primera vez en la ciudad de Wuhan, a fines de 2019, el régimen chino se ha mostrado reacio a compartir información de su investigación sobre el origen del virus o a permitir que investigadores externos realicen sus indagaciones.
The Epoch Times obtuvo documentos filtrados que muestran que el régimen chino intentó investigar la fuente del virus a través de exámenes a muestras biológicas animales y humanas.
Dicha investigación y sus resultados no fueron previamente divulgados a la comunidad internacional.
La filtración a los documentos se conoce en momentos en los que el régimen chino enfrenta críticas por su falta de transparencia y por haber rechazado la llegada de expertos internacionales a China para investigar los orígenes del virus.
Recolección de muestras
La Comisión Nacional de Salud de China emitió un aviso el 25 de febrero de 2020 a las comisiones de salud de todas las provincias, regiones y municipios chinos, así como al Cuerpo de Producción y Construcción de Xinjiang, una organización paramilitar dirigida por el PCCh con jurisdicción sobre algunas ciudades y tierras del extremo occidental de Xinjiang.
El aviso pedía la cooperación en el rastreo del virus mediante el análisis a animales salvajes, a los humanos que entraron en contacto con ellos y con sus entornos o hábitats.
El muestreo a contactos humanos cercanos se realizó con hisopos de garganta y muestras de sangre, mientras que a los de animales se les hicieron pruebas con hisopos de garganta y anales, según el aviso.
Las muestras de sangre debían enviarse a los centros chinos locales para el control y la prevención de enfermedades (CDC) con el propósito de que fueran custodiadas hasta que se les hiciera los análisis de anticuerpos COVID-19. Otras muestras se analizarían utilizando pruebas de ácido nucleico COVID-19 por laboratorios locales y los resultados se enviarían a las oficinas de policía locales.
Una etiqueta en el aviso de la Comisión Nacional de Salud de China decía que era: «no divulgable».
En otro documento, fechado el 26 de febrero de 2020, la Comisión de Salud de la provincia de Hebei remitió el aviso de la Comisión Nacional de Salud a los departamentos de salud de todas las ciudades dentro de su jurisdicción, así como a los CDC de Hebei, y dio instrucciones sobre cómo llevar a cabo lo que la comisión nacional indicaba.
La Comisión de Salud de Hebei puso a los departamentos de salud locales, y a las oficinas de policía, a cargo de recolectar las muestras de contactos humanos. La recolección de muestras y las pruebas de animales salvajes y de su entorno se delegaron en los departamentos de agricultura y silvicultura locales.
Un tercer documento muestra que Shijiazhuang, la capital de la provincia de Hebei, envió las instrucciones a los departamentos de salud del condado de la ciudad, así como a los CDC de la ciudad, el 29 de febrero de 2020, diciéndoles que ejecuten la directiva provincial.
La Comisión Nacional de Salud de China no respondió a una solicitud de comentarios.
The Epoch Times revisó previamente un documento filtrado a los CDC nacionales de China, el documento contenía datos detallados de pruebas a muestras tomadas en el mercado mayorista de mariscos de Huanan, un mercado de animales vivos y mariscos en Wuhan y donde las autoridades inicialmente sospechaban que se originó el virus. El CDC también tomó muestras de granjas que abastecían a los animales vendidos en el mercado.
En el informe de investigación interno, con fecha del 22 de enero de 2020, el Instituto Nacional para el Control y la Prevención de Enfermedades Virales de los CDC, de China, informó que 33 de las 585 muestras tomadas de artículos y superficies del piso, en el mercado de productos del mar, dieron positivo al virus del PCCh.
El informe indicó que 31 de las 33 muestras que dieron positivo eran de la sección occidental del mercado, sección en la que se comerciaban animales salvajes.
Se tomaron un total de 139 muestras de ratas bambú, puercoespines, pavos, conejos y otros animales en las granjas de cría, así como del entorno de las granjas. A través de pruebas de ácido nucleico se determinó que ningún animal estaba infectado, según el informe.
El CDC de China anunció previamente, el 26 de enero del año pasado, que recogió muestras de animales del mercado de Huanan, entre el 1 de enero y el 12 de enero para una investigación, pero nunca anunció los resultados de las pruebas. El CDC no mencionó las pruebas con animales en el informe interno.
Falta de transparencia del Partido Comunista Chino (PCCh)
Aunque la mayoría de los expertos dicen que es probable que el virus se haya originado en animales, aún no está claro cómo y cuándo exactamente el virus saltó a los humanos.
Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 a fines de 2019, China ha estado ocultando información sobre el virus a la comunidad científica internacional.
Chen Wen, ministro de la embajada de China en el Reino Unido, le dijo a la BBC, en abril de 2020, que las exigencias para que se llevara a cabo una investigación internacional independiente sobre el origen del virus tenían «motivaciones políticas» y afirmó que una investigación desviaría la atención y los recursos para enfrentar la pandemia.
Tras bloquear las investigaciones externas, el régimen también requirió que cualquier investigación sobre el virus, realizada por profesionales científicos chinos, tenía que recibir la aprobación de un grupo de trabajo del gobierno antes de su publicación, según un aviso filtrado en marzo de 2020 y que fue obtenido por Associated Press.
China también ha promovido teorías de conspiración sobre el origen del virus, alegando que proviene de otros países.
En marzo pasado, Zhao Lijian, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, sugirió por primera vez en Twitter que el virus fue introducido en Wuhan por el Ejército de Estados Unidos. A lo largo de 2020, los medios estatales chinos culparon a los envases de alimentos congelados importados como la causa de los brotes locales.
En enero de 2021, el régimen chino finalmente acordó permitir que un equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ingresara al país para investigar los orígenes del virus.
El equipo de expertos llegó a Wuhan el 14 de enero, más de un año después del brote inicial en la ciudad.
En el primer día de una reunión anual del Consejo Ejecutivo de la OMS, el 18 de enero, el jefe de la delegación de Estados Unidos ante la OMS, Garrett Grigsby, instó a China para que compartiera los datos de los estudios que había realizado sobre el virus.
Grigsby señaló que habían pasado ocho meses desde que los estados miembros de la OMS adoptaron la resolución WHA73.1, que pedía que se continuaran las investigaciones sobre «la fuente zoonótica del virus y la ruta de introducción a la población humana». La resolución también declaró que era crucial que las autoridades chinas le dieran al equipo de expertos de la OMS acceso a todos los análisis de muestras de animales, de humanos y ambientales tomadas en Wuhan. La resolución también pidió acceso a «cuidadores, expacientes y trabajadores de laboratorio para hacerles entrevistas».
Cuando se le preguntó sobre los documentos internos sobre la investigación de China, la OMS dijo en un correo electrónico: «Proporcionaremos más información sobre el trabajo del equipo una vez que la tengamos».
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