Las autoridades chinas llevan un mes sin permitir que expertos estadounidenses entren en el país para ayudar a estudiar el brote del nuevo coronavirus, dijo el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar.
«A estas alturas, realmente es una decisión para los chinos», dijo Azar en una conferencia de prensa en Washington el 7 de febrero. «Estamos listos, dispuestos y capacitados. Estamos aquí para apoyar al gobierno chino, para ayudar a China».
El virus, conocido como 2019-nCoV, estalló en Wuhan en diciembre de 2019. El Dr. Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, hizo la primera oferta el 6 de enero. Azar reiteró la oferta a su homólogo, el ministro de salud de China, el 27 de enero. Al día siguiente, el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, se reunió con el líder chino Xi Jinping y aseguró el acuerdo de Xi para permitir que un equipo de la OMS viajara a China.
Ese acuerdo fue anunciado por la Casa Blanca a principios de esta semana.
Trece de los 25 posibles miembros del equipo eran expertos americanos de los CDC, los Institutos Nacionales de Salud y la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado, una oficina del departamento de Azar. Los nombres incluían virólogos, expertos en desarrollo de medicamentos y epidemiólogos. Su función principal sería aprender más sobre la naturaleza del virus.
Pero China todavía no ha aceptado oficialmente la oferta, dijo Azar.
«Nuestra antigua oferta de enviar expertos a China sigue en pie», dijo.
«Nuestros científicos y expertos en salud pública están tratando de aprender más sobre el virus usando los datos que tenemos de China y los casos que tenemos. En un futuro muy próximo, esperamos que puedan trabajar con sus homólogos chinos y otros expertos internacionales sobre el terreno en China».
Múltiples reporteros le preguntaron sobre los posibles motivos para no aceptar la oferta y si los funcionarios americanos confían en las cifras que China viene publicando. Azar dijo que los funcionarios de EE.UU. son «optimistas» de que China finalmente aceptará la oferta, señalando que el Partido Comunista Chino, que es una dictadura, tiene un gobierno que funciona de manera diferente al gobierno de EE.UU.
Si los expertos estadounidenses pueden llegar a China, dijo Azar, podrían añadir experiencia para intentar descifrar las continuas incertidumbres que rodean al virus, incluyendo el período de incubación, si se transmite sintomáticamente, y el índice de gravedad.
El Dr. Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), dijo que Estados Unidos tiene confianza en los CDC de China, pero cree que las cifras de las autoridades chinas no captan el verdadero número de infectados allí debido al hecho que la transmisión asintomática está ocurriendo.
Los funcionarios de salud internacionales y nacionales han dicho repetidamente que hay mucho que no saben sobre el virus, incluyendo sus orígenes. «No conocemos la fuente del brote, no sabemos cuál es su reserva natural, y no entendemos adecuadamente su transmisibilidad o gravedad», dijo Tedros esta semana. «Para decirlo sin rodeos, combatimos a oscuras».
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