La metrópolis más grande de la provincia de Hebei, al norte de China, prohibió el 7 de enero que sus 11 millones de residentes salieran de los límites de la ciudad, en un esfuerzo por frenar la propagación del virus del PCCh que causa el COVID-19.
Los habitantes de una ciudad cercana dijeron en entrevistas con The Epoch Times que estaban bajo confinamiento, aunque las autoridades no anunciaron públicamente la decisión.
Hebei es la provincia que rodea la capital de China, Beijing. Muchos trabajadores migrantes en Beijing provienen de Hebei. Los alimentos y otros suministros críticos de Beijing también provienen principalmente de dicha provincia.
Shijiazhuang es la capital de Hebei.
El jueves por la noche, el vicealcalde de la ciudad, Meng Xianghong, anunció que no se permitirá que todos los residentes y vehículos abandonen la ciudad. Los residentes y vehículos del distrito de Gaocheng, designado por las autoridades como una región de “alto riesgo” para la propagación del virus y hogar de 790,100 personas, fueron restringidos aún más y no se les permitió salir de las fronteras de su distrito de origen.
El día anterior, el gobierno de la ciudad había anunciado que el cierre completo empezaría el jueves, pero aún permitía que las personas salieran en avión, tren y automóviles privados si presentaban un resultado negativo en la prueba de ácido nucleico emitida en las últimas 72 horas.
La Comisión de Salud de Hebei anunció que 120 personas estaban infectadas con el virus del PCCh el miércoles.
Las autoridades chinas han anunciado pocas infecciones domésticas desde finales de marzo de 2020, a pesar de que los ciudadanos locales informaron brotes graves en diferentes ciudades y regiones durante el año pasado. La mayoría de las nuevas infecciones publicadas en los últimos días provienen de la provincia de Hebei.
A su vez, la mayoría de los casos denunciados en Hebei procedían de Shijiazhuang.
Algunos residentes le dijeron a The Epoch Times que estaban encerrados en su casa desde el 2 de enero.
“Esta enfermedad se está propagando muy rápidamente”, dijo Lin Guo (seudónimo), un aldeano en Xiaoguozhuang del distrito de Gaocheng. “Muchos de mis compañeros del pueblo se sintieron enfermos y fueron diagnosticados en hospitales”, dijo a la edición china de The Epoch Times en una entrevista telefónica.
El 7 de enero, los residentes de diferentes condados y ciudades dentro del municipio de Xingtai, el cual tiene 8.01 millones de residentes, dijeron que sus pueblos también fueron puestos bajo confinamiento, aunque las autoridades no anunciaron la medida.
«Todas las tiendas y comercios de nuestra ciudad no han podido abrir desde el 5 de enero y la entrega de mercancías se detuvo», dijo la Sra. Li, propietaria de un negocio en Nangong, una pequeña ciudad administrada por el gobierno de Xingtai.
En un video que un residente del condado de Wei compartió con The Epoch Times, se muestra a los oficiales de policía diciendo a los conductores de automóviles que Xingtai estaba cerrado y que no todos los vehículos podían salir de la ciudad.
Las ciudades del noreste de Shenyang, Dalian y Heihe, también con aumentos repentinos de casos de COVID-19, permanecieron bajo confinamiento, mientras que Xinjiang, al noroeste de China, informó una nueva infección doméstica. En noviembre pasado, la región tuvo un brote local en el que los residentes sospechaban que las autoridades locales estaban encubriendo los datos de infección.
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