WeChat es una de las plataformas de red social más populares de China, con 494,3 millones de usuarios individuales dentro de las fronteras de China en el último recuento. Para algunos, sin embargo, utilizarlo puede ser considerado un crimen.
Seis practicantes de Falun Dafa, una disciplina de meditación espiritual que es severamente perseguida por el régimen chino, fueron arrestados y detenidos recientemente por publicar mensajes en WeChat acerca de la continua represión de la práctica por parte del régimen.
WeChat trabaja en estrecha colaboración con las autoridades chinas para ayudar a censurar contenidos que el régimen desaprueba. La información sobre Falun Dafa, también conocida como Falun Gong, está fuertemente censurada dentro de China; una disciplina espiritual basada en los principios universales Verdad, Benevolencia, Tolerancia fue prohibida en 1999.
El entonces líder del Partido Comunista Chino Jiang Zemin temía que la popularidad del grupo -hasta 100 millones de seguidores, según los medios de comunicación occidentales que citaban a funcionarios chinos en 1999- debilitaría la autoridad del Partido. En julio de 1999 lanzó una campaña a nivel nacional para erradicar la práctica, movilizando el aparato de seguridad del Estado para arrestar y detener a los practicantes, mientras que los medios de comunicación estatales difundían propaganda que incitaba al odio para que la opinión pública se volviera en contra de los practicantes.
Se confirmó que más de 4.000 practicantes murieron como resultado de torturas y abusos mientras estaban detenidos, aunque se cree que el número real sea mucho mayor, debido a la dificultad de sacar información de China, según el Centro de Información de Falun Dafa, la oficina de prensa de la disciplina. Además, un gran número de practicantes fueron asesinados mediante la sustracción forzada de órganos debido al negocio de trasplantes de órganos autorizado por el régimen chino.
A pesar de la represión violenta, millones de practicantes de Falun Dafa continúan practicando su fe, según un informe de 2017 de la organización de derechos humanos Freedom House sobre la persecución religiosa en China.
Muchos tratan de difundir información sobre la persecución del régimen al ciudadano chino común, que no puede acceder a información gratuita sobre Falun Dafa en internet o en cualquier otro lugar dentro de la frontera china.
Este caso más reciente es el intento del régimen de silenciar y castigar a estos practicantes por su actividad en WeChat. Cuatro mujeres y dos hombres -Wang Hui, Wang Xin, Han Xiaoqiu, You Tingting, Wang Yong y Wang Dengli- de diferentes ciudades y provincias fueron arrestados y posteriormente detenidos en el Centro de Detención de Lishui City en la provincia de Zhejiang, según Minghui.org, un sitio web con sede en Estados Unidos que monitorea la persecución en China. La policía, los fiscales y otras agencias del Partido desde entonces intentaron de coaccionar a los seis practicantes para que abandonaran sus creencias, según el informe Minghui. El 20 de marzo está prevista la audiencia en la corte del condado de Songyang.
En el caso de Wang Hui, policías de civil fingieron ser repartidores de delivery y sacaron a Wang Hui de su casa, y luego la secuestraron en mayo de 2017. Fue llevada a la comisaría de la policía local y luego trasladada al centro de detención del condado de Songyang. Cuando los miembros de su familia y un abogado la visitaron para pedir su liberación, el centro de detención la trasladó al centro de detención de Lishui, y no informó a su familia hasta 22 días después, según Minghui.org.
La Constitución de China garantiza la libertad de religión, expresión, reunión y protesta. Pero la realidad es que los practicantes de Falun Dafa y otros disidentes continúan detenidos por practicar su fe o por difundir información.
El informe de Freedom House de 2017 explicó cómo las autoridades chinas utilizan la tecnología de vigilancia y datos de geolocalización para identificar a los seguidores de Falun Dafa, localizarlos y reunir “pruebas” contra ellos. “Los documentos judiciales y las anécdotas proporcionadas por los refugiados de Falun Dafa ilustran los diversos y detallados tipos de pruebas que las autoridades recogen para condenar a los practicantes, desde videos grabados en un autobús hasta el historial de navegación por Internet y registros de teléfonos móviles”, dice el informe.
Freedom House analizó una muestra de 59 veredictos judiciales que involucraron a practicantes de Falun Dafa en 2016, donde todos fueron sentenciados a prisión por acceder o publicar información: “Sus supuestos ‘crímenes’ incluían dejar grabaciones de correo de voz, enviar mensajes a las plataformas de redes sociales WeChat y/o QQ, usar una red privada virtual (VPN por sus siglas en inglés) para descargar contenido de Minghui, o simplemente poseer un gran número de folletos o discos para su presunta divulgación”, dice el informe.
La censura de Internet se volvió cada vez más severa durante la época del funcionario Lu Wei como jefe de la Administración de Asuntos del Ciberespacio. Lu Wei fue acusado de delitos de corrupción y destituido de su cargo y de ser miembro del Partido en febrero.
Varios seguidores de Falun Dafa fueron arrestados y detenidos por publicar en Internet artículos sobre la persecución del régimen chino.
Huang Qian, de 47 años, por ejemplo, fue arrestado el 3 de febrero de 2015 por publicar una serie en Weibo, el equivalente chino de Twitter, titulada “Gulag Memoir” sobre la persecución. Huang Qian fue sentenciado a cinco años de prisión.
Zheng Jingxian, que también utilizó Weibo como plataforma para expresar su opinión, fue arrestado ese mismo día y detenido en el centro de detención de Nanzhou, en la metrópolis meridional de Guangzhou.
Por favor comparte este artículo en tus redes sociales, de esta manera ayudarás a La Gran Época a continuar ejerciendo un periodismo independiente. ¡Gracias por tu apoyo!
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.