Durante una conferencia de prensa celebrada el 15 de junio, un pequeño grupo de legisladores republicanos denunció el trato que reciben los «presos políticos» en el «gulag de Washington», y habló de los inquietantes casos de maltrato a los acusados de la irrupción en el Capitolio del 6 de enero de 2021 y pidió a otros legisladores que se unieran a ellos para denunciar la situación.
A raíz de la concentración «Stop the Steal» del 6 de enero de 2021, muchos partidarios del presidente Donald Trump que entraron en el edificio del Capitolio fueron sistemáticamente detenidos. Muchos llevan más de un año detenidos en la cárcel de Washington a la espera de juicio y hay numerosos reportes sobre las horribles condiciones en el interior de las instalaciones.
En diciembre de 2021, la representante Marjorie Taylor Greene (R-Ga.), que ha sido una de las críticas más abiertas al trato de estos «presos políticos», dio a conocer un informe sobre la situación dentro de la cárcel de Washington.
Estos detenidos se han enfrentado «nada menos que a violaciones de los derechos humanos», dijeron Greene y un grupo de colegas republicanos al dar a conocer su informe.
El 15 de junio, un grupo de congresistas republicanos, entre los que se encontraban los representantes Greene, Louie Gohmert (R-Texas), Andy Biggs (R-Ariz.) y Troy Nehls (R-Texas), organizaron de nuevo una conferencia para llamar la atención sobre el trato que reciben estos detenidos, sacando a la luz nueva información sobre los abusos que han sufrido.
«¿Y si fueras tú?»: Greene denuncia las condiciones del «gulag de DC»
Durante un apasionado discurso, Greene denunció el trato que reciben los detenidos en lo que llamó el «gulag de DC».
Los acusados del 6 de enero, dijo, están «siendo utilizados como peones para colgar delante de [los estadounidenses] para mostrar que si cruzas una determinada línea, si apoyas a un determinado presidente —como el presidente Trump— o si te atreves a hablar en contra del gobierno o … contra el robo de una elección, vas a ser utilizado. Esto es lo que te va a pasar. Vas a pasar tus días consumiéndose en confinamiento solitario».
«Vergüenza» para ellos. Vergüenza para el Departamento de Justicia. Vergüenza para todos estos jueces que permiten que esto ocurra, vergüenza para la alcaldesa [de Washington] Muriel Bowser».
Greene ha enviado en varias ocasiones cartas a Bowser solicitando información y cambios en el tratamiento de estos detenidos, pero han sido ignoradas, dijo Greene.
«Todo el mundo debería preocuparse por esto», dijo Greene. «¿Quieren saber por qué? Porque esto no debería ocurrir en Estados Unidos. Esto no es la China comunista, esto no es Venezuela, esto no es Rusia, esto no es otro país, esto es Estados Unidos de América».
Citando los disturbios del verano de 2020 de Black Lives Matter, que causaron miles de millones en daños en todo Estados Unidos y dieron lugar a que muchos alborotadores violentos evitaran los cargos, Greene dijo que el trato de los acusados del 6 de enero muestra que Estados Unidos tiene un «sistema de justicia de dos niveles».
«Los dejaron libres, y no solo los dejaron libres: fueron rescatados por nuestra ahora vicepresidenta, Kamala Harris, y la congresista Ilhan Omar», dijo Greene sobre los alborotadores. «No se ha visto a los republicanos pagar la fianza [de los acusados del 6 de enero] ni los honorarios de sus abogados. Pero eso es exactamente lo que hicieron los demócratas —y fueron vitoreados».
«Y aquí tenemos los derechos de estas personas siendo abusados, y a nadie le importa un bledo», dijo Greene sobre los acusados del 6 de enero.
Greene, que después de meses de presionar finalmente se le permitió entrar en la cárcel de Washington, describió las horribles condiciones de los detenidos del 6 de enero.
«Vi a hombres que no se habían cortado el pelo, no se podían afeitar, estaban sucios, asquerosos, tenían un aspecto extremadamente insalubre porque [se les obliga a] elegir entre salir a la calle una hora al día o llamar a su familia», informó Greene.
«Mientras estaba allí, el congresista Gohmert y yo conocimos a personas a las que se les había negado el tratamiento médico», dijo Greene más tarde. «Conocí a un hombre que tenía el dedo roto y girado hacia un lado… Conocí a otro hombre que tenía todo el brazo morado. Y [los otros acusados] me rogaron: ‘Por favor, si ayuda a alguien ayúdelo. Necesita un médico'».
Durante otra intervención, Gohmert añadió: «Todavía hay cosas muy preocupantes que están ocurriendo [en las instalaciones que albergan a los acusados del 6 de enero]», dijo Gohmert. «Esto debería preocupar a todos los estadounidenses porque podrías ser tú el siguiente».
Por ejemplo, dijo, los acusados del 6 de enero fueron obligados a pasar por una cuarentena de aislamiento durante dos semanas si se reunían con sus abogados —supuestamente una medida anti-COVID, pero que Gohmert sugirió que tiene una intención mucho más punitiva.
Gohmert dijo que la subdirectora Kathleen Landerkin «llena de odio», que ha posteado en el pasado declaraciones contra Trump, no ayuda a la situación de estos acusados.
Cerrando sus declaraciones, Greene dijo que al negarse a ayudar a la difícil situación de estos detenidos, «nos estamos burlando de nosotros mismos [como estadounidenses].»
«¿Y si fueras tú?».
«Convierten en un arma el sistema judicial»: Los acusados se enfrentan a jurados sesgados en D.C. y a la privación del debido proceso
Varios oradores en el evento, organizado por el Proyecto Libertad Patriota, que aboga por los acusados del 6 de enero, también señalaron los abusos de los derechos legales a los que se han enfrentado estos detenidos.
«Esto ha sido usar el sistema judicial como un arma, del Departamento de Justicia y del sistema penitenciario», sentenció el representante Biggs, quien dijo que a los acusados se les ha negado el debido proceso.
«Eso nunca debería ocurrir en ningún lugar de esta nación, pero está ocurriendo aquí mismo, en el Capitolio de la nación», dijo Biggs. «Es una lacra, una catástrofe para este país. Debería avergonzarnos a todos».
Señalando las condiciones descritas por los legisladores que visitaron las instalaciones y por los propios reclusos, Biggs también argumentó que «el derecho internacional diría que lo que les ha ocurrido [a los acusados del 6 de enero] es tortura».
«Lo que está ocurriendo aquí no es más que la politización y la utilización del sistema judicial estadounidense», concluyó Biggs. «Que Dios nos ayude a todos si no lo detenemos hoy».
Las condiciones a las que se enfrentan los acusados del 6 de enero, que no serían admisibles en casi ningún otro centro, se han permitido «por la gente que está dentro de la cárcel», dijo el representante Nehls.
Además de ser puestos en cuarentena a la fuerza si se reúnen con sus abogados, Gohmert también señaló que la detención preventiva de los acusados como medida punitiva, a la que se han enfrentado los acusados del 6 de enero, es ilegal según las sentencias de la Corte Suprema.
Otra oradora, la fundadora del Patriot Freedom Project, Cynthia Hale, que es la esposa de un acusado del 6 de enero, también denunció el trato legal que han recibido estos detenidos a manos de los jurados de Washington.
El marido de Hale fue condenado recientemente por lo que Hale describió como «un jurado increíblemente parcial de D.C.» por obstruir una sesión del Congreso. Las pruebas presentadas contra él, dijo, fueron el traje y la corbata que llevaba el 6 de enero y una bandera de Trump que recogió dentro del Capitolio.
Hale pidió que los juicios de los acusados del 6 de enero se trasladen fuera de D. C., que en las últimas elecciones presidenciales votó en más de un 95 por ciento por los demócratas. La demografía política de D.C., dijo Hale, hace imposible que estos acusados reciban un juicio justo.
Su marido, dijo Hale, ha pasado gran parte del último año y medio en confinamiento solitario a pesar de ser un delincuente no violento, «se le ha negado el tratamiento médico en varias ocasiones, no ve el sol, y anticipo muchos problemas de salud debido a la nutrición inadecuada».
«Lo que estamos viendo es un teatro político y los partidarios de Trump —particularmente este grupo de partidarios de Trump— son el daño colateral», dijo Hale.
Un veterano de combate del ejército estadounidense, acusado del 6 de enero, se enfrenta a agresiones sexuales y a condiciones «horrendas» en su detención
Otra oradora, que se presentó solo como Angela, describió las «horrendas» condiciones a las que se enfrentó su hijo —un veterano de combate del ejército estadounidense que sirvió en Afganistán— en la cárcel de Washington y en el centro de detención regional de Northern Neck, incluyendo una agresión sexual por parte de los guardias.
Antes de su encarcelamiento, dijo, su hijo estaba en camino de convertirse en profesor de historia, aunque todavía sufría de las cicatrices físicas y mentales de sus viajes de combate en Afganistán; nunca había sido acusado de un delito, señaló.
Pasando a hablar de las condiciones a las que se ha enfrentado, Angela dijo: «Las condiciones de la cárcel de D.C. son horrendas».
«Sus raciones a menudo huelen a líquido de limpieza», dijo. «Había pelos púbicos incluidos en [algunas] raciones de su comida. El agua potable estaba visiblemente sucia. El moho era visible en las celdas. Y las cucarachas vivían entre ellos».
Su hijo fue finalmente trasladado del centro en noviembre de 2021 tras una «agresión no provocada» por parte de los guardias del centro.
«La agresión no provocada, por no menos de cinco guardias», dijo la madre del acusado, con la voz quebrada, «incluyó componentes sexuales gráficos y dio lugar a su traslado».
Esto, dijo, a pesar de que su hijo no había recibido ninguna infracción por mal comportamiento durante toda su detención.
«Se creía que esta agresión era una represalia por reunirse con su abogado», añadió.
Mientras estuvo encarcelado, dijo, su hijo ha organizado servicios religiosos para los acusados, incluyendo estudios bíblicos y celebraciones en Pascua y Navidad.
Se han denegado varias peticiones para que su hijo sea puesto en libertad antes del juicio, lo que sugiere, según ella, que la detención preventiva de su hijo ha sido «completamente punitiva».
Para concluir sus comentarios, la madre del acusado leyó en voz alta una declaración preparada por su hijo.
«Todos los abusos físicos, emocionales, psicológicos y legales que han escuchado sobre el sufrimiento de los primeros presos políticos estadounidenses a manos de sus carceleros son ciertos», escribió.
«Me limitan a ver el cielo azul durante una sola hora cada siete días, si [el centro] tiene ganas de ofrecer recreación en el exterior».
«Las hormigas se arrastran por todo mi cuerpo cuando me voy a dormir a mi litera y abundan constantemente en mi economato. Es frecuente que las cucarachas salten de mi comida. Hay excremento de ratón en los cereales y en la comida seca. A veces hay manchas amarillas [de orina] en los alimentos secos, como los Rice Krispies. Hay plagas de ratas en la cocina. Los baños tienen agua rancia constantemente debido a que los inodoros gotean materia fecal. En el interior de los desagües surgen insectos negros parecidos a sanguijuelas y las moscas zumban constantemente por todas las zonas».
«No se permite absolutamente ninguna visita en persona de nadie que no sea mi abogado, desde hace más de un año».
«No se me pueden enviar libros».
«No hay acceso consistente al descubrimiento de pruebas. Solo hay una computadora anticuada para toda la cárcel que comparten más de 400 reclusos».
«En mis 365 días de encarcelamiento, he podido dedicar un mínimo de horas a la evidencia, y mi juicio será en 11 semanas».
«Los guardias [en las dos instalaciones en las que he estado] se enemistan con la gente».
«En la cárcel de Washington, me agredieron y acosaron. No soy un asesino. No soy un violador. No soy un pirómano. Antes de esto, nunca me habían detenido. Y sin embargo, no tengo ninguna esperanza de fianza».
A pesar de los crecientes informes sobre las condiciones similares a las que se enfrentan otros detenidos del 6 de enero, la mayoría de los miembros del Congreso —demócratas y republicanos por igual— se han abstenido de resaltar la cuestión.
La conferencia de prensa del 15 de junio se produjo cuando el Comité del 6 de enero de la Cámara de Representantes, que ha sido calificado de «cacería de brujas partidista» por Trump y otros republicanos, entra en su tercer día de audiencias públicas.
Durante la primera audiencia, el panel afirmó que la violación del Capitolio del 6 de enero fue un intento de «insurrección» contra Estados Unidos dirigido y organizado por Trump y sus aliados.
Durante la segunda, pasó a cuestionar las afirmaciones de Trump sobre el fraude electoral generalizado como parte de su esfuerzo por reforzar esta afirmación.
Sin embargo, el trato a los acusados del 6 de enero no ha salido a relucir en estas audiencias, y parece poco probable que la comisión discuta el tema en breve.
La cárcel metropolitana de Washington y el centro de detención regional de Northern Necks no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios.
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