‘Cobertura estratégica’ de Irán en Afganistán aumentará debido a la retirada de las tropas de EE.UU.

Por Venus Upadhayaya
06 de junio de 2021 8:28 PM Actualizado: 06 de junio de 2021 8:28 PM

Irán ha afirmado durante mucho tiempo que sigue la política de apoyar la estabilización política en Kabul al mismo tiempo que amplía los lazos con los talibanes. A raíz de la fecha límite del 11 de septiembre para el retiro de tropas de las fuerzas estadounidenses, esta política contradictoria está ganando impulso y probablemente generará más caos y violencia dentro de Afganistán, advierten los expertos.

Esta política de apoyar simultáneamente al gobierno afgano y a los talibanes o lo que los expertos llaman “cobertura” se hace con la intención de mantener al gobierno afgano y al talibán separados con la esperanza de poder ejercer una mayor influencia política una vez que Estados Unidos se retire.

“Hoy, el gobierno iraní respalda la constitución afgana mientras su IRGC entrena y arma a los talibanes”, dijo Hamid Bahrami, un exprisionero político iraní y analista independiente de Medio Oriente establecido en Glasgow, Escocia, a The Epoch Times en un correo electrónico.

Los informes sobre el apoyo de Irán a los talibanes no son nuevos. Sharif Yaftali, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Seguridad y Defensa Nacional de Afganistán en 2017, acusó abiertamente a Irán de proporcionar activos militares a los talibanes y dijo que el gobierno de Kabul tiene pruebas.

Los últimos informes son de finales de enero, cuando una delegación talibán visitó Teherán y fue recibida por altos funcionarios iraníes; esta vez, sin embargo, Teherán notificó al gobierno en Kabul y dijo que quiere asegurarse de que Afganistán después del conflicto no sea un refugio para terroristas.

Sin embargo, Ali Shamkhani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán después de su reunión con la delegación talibán, tuiteó el 27 de enero que en la reunión encontró a los líderes del grupo «decididos a luchar contra Estados Unidos». Al día siguiente, este mensaje fue criticado por Yasin Zia, jefe del Estado Mayor del Ejército Nacional de Afganistán en Twitter.

“Desafortunadamente, su comprensión de la guerra en curso en Afganistán es incorrecta. Los talibanes no están luchando contra los estadounidenses, sino contra el pueblo afgano. Actuamos con decisión contra cualquier grupo de enemigos del pueblo afgano”, dijo Zia.

Bahrami dijo que los iraníes tienen una relación complicada con los talibanes. Mientras se llevan a cabo todas estas reuniones, Irán también es escéptico sobre el futuro acercamiento de los talibanes hacia él, porque éstos tienen vínculos con otros actores regionales y han sido utilizados como «Caballo de Troya» por Pakistán.

«Y los talibanes pueden convertirse en enemigos del régimen iraní si Estados Unidos así lo desea», dijo. En otras palabras, la política de Estados Unidos puede determinar qué postura adoptan los talibanes hacia Irán. Para manejar a los talibanes de mayoría sunita, Irán también está tratando de construir simultáneamente sus aliados trabajando con los militantes chiítas, dijo.

En un análisis del año pasado, Vinay Kaura, un miembro del Instituto de Oriente Medio, dijo que Afganistán sigue siendo uno de los países vecinos más importantes para la política exterior de Teherán, pero este enfoque no ha recibido la debida atención del resto del mundo.

“Debido a esta política dual aparentemente contradictoria, una ambivalente y otra conciliadora, una abierta y otra encubierta, es difícil analizar las intenciones e influencia de Irán en Afganistán”, dijo Kaura.

Afganistán, un país sin salida al mar, comparte fronteras con Pakistán, Irán, los países de Asia central de Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán, y una frontera corta con Xinjiang, China. Todos los vecinos tienen algún tipo de interés e influencia en la situación dentro de Afganistán.

Ahmed Quraishi, un destacado periodista paquistaní que lleva cubriendo los asuntos de Irán durante dos décadas, le dijo a The Epoch Times que, de todas estas potencias regionales, Irán es el más «organizado» sobre el terreno en Afganistán, con representantes tanto para Kabul como para los talibanes.

“El poder real de Irán son los representantes dentro de los talibanes y dentro del gobierno en Kabul. Varios caudillos afganos progubernamentales están en estrecho contacto con el IRGC desde 2002. Estos contactos se han acelerado desde 2017. Varios líderes talibanes locales en el terreno en el oeste y noroeste de Afganistán también están en contacto con el IRGC y con frecuencia son llevados a Mashhad para llevar a cabo reuniones”, dijo Quraishi.

Bahrami dijo que el interés actual de Irán dentro de Afganistán se puede definir mejor a través de sus diversas actividades que son una «mezcla de diferentes intereses, tácticas asimétricas, venganza por derrotas en otros campos de batalla y amistades/antagonismos tácticos».

Teherán y los talibanes

Como nación dominada por los chiítas, la historia iraní de diferencias ideológicas y rivalidad política con los talibanes, dominados por los sunitas, es conocida en todo el mundo, y esto no se puede entender sin comprender la ecuación de Arabia Saudita e Irán dentro de Afganistán y en la toda la región.

Bahrami dijo que el conflicto entre Arabia Saudita e Irán dentro de Afganistán se basa en su agenda de «expansionismo religioso».

“Arabia Saudita se autodenomina como el líder del mundo islámico, en particular de los suníes, el régimen iraní hace lo mismo con respecto a los chiítas. Irak, Líbano, Yemen, Siria y Afganistán tienen millones de habitantes chiítas, por lo que tanto Arabia Saudita como Irán se han encontrado en campos de batalla para respaldar a sus representantes religiosos. Estos representantes religiosos se han convertido en fuerzas políticas y militares en todos estos países”, dijo Bahrami.

Arabia Saudita tenía una relación larga y profunda con los combatientes sunitas afganos que habían luchado contra el gobierno respaldado por los soviéticos en Kabul, en la década de 1980, dijo Bahrami.

«Luego, a mediados de la década de 1990, Arabia Saudita junto con Pakistán y los Emiratos Árabes Unidos se convirtieron en los únicos tres países en reconocer a los talibanes en Afganistán… Sin embargo, el 11 de septiembre cambió el juego a favor de Irán», dijo. Después del 11 de septiembre, Arabia Saudita tuvo que distanciarse de los talibanes debido a su alianza tradicional con Estados Unidos, y este vacío creó una oportunidad para Irán, dijo.

Kaura dijo que en los últimos años otros sucesos dentro de Oriente Medio influyeron en la relación entre Teherán y los talibanes.

“En los últimos años, la dura postura de Arabia Saudita contra Qatar, donde los talibanes mantienen su participación política, y la mejora de las relaciones de Qatar con Teherán han ayudado a que Irán y los talibanes se acerquen más. Esto explica la capacidad y la voluntad de Irán de desempeñar diferentes roles según el contexto y las circunstancias cambiantes”, dijo Kaura.

Bahrami dijo que los «juegos tácticos y estratégicos» entre Arabia Saudita e Irán deben entenderse para comprender la preparación de Afganistán frente a la reducción de tropas del 11 de septiembre.

“Hoy, Arabia Saudita está tratando de construir una mejor relación con el gobierno de Kabul, presionando a Pakistán para que empuje a los talibanes hacia el proceso de paz y distanciándose de Irán. Arabia Saudita intenta desarrollar una relación con algunos políticos como el Dr. Abdullah Abdullah, que tenía una relación muy estrecha con Irán y con otros grupos chiítas”, dijo Bahrami.

Abdullah es el jefe del Consejo Superior de Reconciliación Nacional de Afganistán y ha elogiado el papel de Irán en el proceso de paz de Afganistán.

Bahrami dijo que Pakistán e Irán están descontentos con el apoyo saudita al gobierno de Kabul.

«Irán siente la amenaza de perder a sus amigos chiítas, y Pakistán está enojado porque Islamabad ha tratado de debilitar a estos individuos y grupos anti-talibanes», dijo Bahrami. Con todas sus tácticas encubiertas y manifiestas y sus movimientos defensivos y ofensivos, no se puede evitar a Irán en el actual proceso de paz de Afganistán, y se le debe obligar a desempeñar un papel positivo, dijo Bahrami.

La campaña de máxima presión sobre Irán por parte de Estados Unidos era para mantener un control sobre Irán y obligarle a desempeñar un papel positivo, según Bahrami.

El presidente de Irán, Hassan Rouhani (izq.), camina junto al presidente afgano, Mohammad Ashraf Ghani, durante una ceremonia de bienvenida oficial después de la llegada de este último al palacio de Saadabad, en Teherán, el 19 de abril de 2015. (ATTA KENARE/AFP a través de Getty Images)

Oportunidades para Irán

A raíz de la nueva fecha límite para la retirada de tropas occidentales de Afganistán, Irán tiene algunas oportunidades para aumentar su influencia dentro de Afganistán y fortalecer sus intereses.

Bahrami dijo que Irán tiene una mayor oportunidad para permitirle a la IRGC que construya su propio proxy chiíta y explotar la situación para desarrollar el fundamentalismo chiíta.

“Después del 11 de septiembre, ni el gobierno afgano ni los talibanes podrán restringir las fuerzas del IRGC en Afganistán. Recuerde que el sucesor de Soleimani, Qaani, fue el hombre de Soleimani en los asuntos de Afganistán. La presencia de Irán en Afganistán, directa o indirectamente, amenaza seriamente los intereses de Estados Unidos y Occidente. Irán también tiene la capacidad suficiente para interrumpir el proceso de democratización, que debería ser el objetivo final de Estados Unidos a largo plazo”, dijo Bahrami.

Quraishi dijo que, si hoy Estados Unidos no tiene cuidado dentro de Afganistán, le terminará sirviendo a los intereses de Irán.

«Si Estados Unidos no tiene cuidado, está a punto de entregar Afganistán a Irán de la forma en que lo hizo inadvertidamente con Irak», dijo.

El anuncio del gobierno de Biden para la retirada de las tropas, que crea espacio para una mayor influencia del IRGC dentro de Afganistán, será doblemente fatal si disminuye la campaña de máxima presión contra Irán, dijo Bahrami.

“La campaña de máxima presión restringió la capacidad del IRGC para expandir su influencia en Afganistán y hacía otros vecinos”, reiteró.

La otra oportunidad de Irán hoy en Afganistán es sacar provecho de su geografía en la competencia entre India y Pakistán, según Bahrami.

“Afganistán tiene una posición geoestratégica única y, de hecho, es un puente entre Asia Central, Asia Meridional y Oriente Medio. Pero el problema es que Afganistán no tiene acceso al mar y depende de Pakistán e Irán”, dijo Bahrami.

Esta situación le da cierta ventaja a Irán con respecto a la India. Para que India asegure sus intereses contra Pakistán y China, India necesitaría cooperar con el IRGC en asuntos económicos, políticos y de seguridad, dijo.

«Hasta ahora, la presencia de las fuerzas estadounidenses en Afganistán ha impedido que Irán lleve a cabo tales actividades».

El presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán, Abdullah Abdullah (centro), y el Ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Shah Mahmood Qureshi, (2 izq.), asisten a un evento en el Instituto de Estudios Estratégicos, en Islamabad, el 29 de septiembre de 2020. (AAMIR QURESHI/AFP a través de Getty Images)

Fuerzas «Takfiri»

ISIS sigue siendo una gran amenaza para Irán en su frontera con Afganistán, particularmente IS-Khorasan, al que los iraníes se refieren como fuerzas “Takfiri”.

«Las fuerzas takfiríes suníes, como se las llama en la jerga oficial iraní, las cuales parcelan el territorio afgano en feudos, siguen siendo una pesadilla para el Irán chiíta», dijo Burzine Waghmar, del Centro de Estudios Iraníes, SOAS, de Londres, en un correo electrónico a The Epoch Times.

Por fuerzas takfiri suníes, un término utilizado a menudo en los medios de comunicación iraníes, Waghmar se refería a la línea dura suní o wahabí del ISIS y del IS-K que lucha contra Al Qaeda y los talibanes.

Khorasan, una provincia oriental de Irán que el ISIS llama «gran Jorasán», representa el este de Irán y todo Afganistán. «Históricamente, Afganistán era una parte de la provincia de Jorasán, que se separó hace unos 200 años», dijo Bahrami.

Waghmar dijo que, tras la retirada de las tropas occidentales del 11 de septiembre, Irán tendrá la oportunidad de asegurar su frente oriental frente al IS-K.

Bahrami dijo que el IRGC puede usar a los talibanes para luchar contra las fuerzas de Takfiri o crear sus propios militantes chiítas para combatirlos y esta lucha solo se profundizará después de la retirada de las tropas.

«Tras la retirada de Estados Unidos, el equilibrador [Estados Unidos] no existe», dijo. En esta situación, los talibanes y el gobierno de Kabul seguirán debilitándose y ambos tendrían que luchar posiblemente contra un poderoso ISIS, dijo.

“ISIS es una amenaza extrema para Irán, Irán intentará respaldar a los talibanes para luchar contra ISIS pero sin destruirlo, porque la agenda de Irán es mantener viva la crisis. Al mismo tiempo, cuando el gobierno de Kabul y el ISIS luchan entre sí, el IRGC seguirá construyendo un fuerte poder chiíta”, dijo Bahrami.

Este artículo es el tercero de la serie «La situación cambiante de Afganistán en medio de la retirada de las tropas estadounidenses», en la que The Epoch Times habla con analistas globales, legisladores, líderes de opinión y ciudadanos comunes dentro de Afganistán para obtener una perspectiva más amplia de la situación del país. El primer y segundo artículo se pueden leer aquí y aquí.

Sigue a Venus en Twitter: @venusupadhayaya


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