La comisión de supervisión estatal recien creada es una gran reforma en el sistema comunista chino

10 de diciembre de 2016 11:28 PM Actualizado: 10 de diciembre de 2016 11:28 PM

Xi Jinping, el nuevo líder «central» del Partido Comunista Chino, está introduciendo una nueva comisión de supervisión estatal, con un programa piloto en marcha en Beijing, en las provincias de Shanxi y Zhejiang.

El grupo político de Xi subrayó que la comisión de supervisión es una reforma política importante, por lo que su trascendencia vale la pena examinar.

Desde que asumió el cargo en 2012, Xi Jinping ha purgado a muchos miembros de la facción del ex líder del Partido Jiang Zemin a través de una campaña contra la corrupción. La Comisión Central de Inspección Disciplinaria (CCDI), la policía interna del Partido, ha servido como la principal herramienta contra la corrupción. Pero la CCDI tiene un poder limitado: los investigadores pueden poner a los funcionarios bajo «shuangguai» [un método disciplinario extralegal donde los miembros del Partido son detenidos e interrogados], pero no tiene poder para procesarlos; los casos de corrupción son típicamente entregados al sistema legal para procesamiento.

El acuerdo existente para procesar a los funcionarios corruptos está lejos del ideal de «estado de derecho» que Xi defiende. Pero los departamentos de lucha contra la corrupción dentro de la fiscalía del régimen no pueden investigar a funcionarios de alto rango porque es una institución comparativamente de nivel inferior.

Por lo tanto, el liderazgo de Xi Jinping siempre ha considerado cambiar la forma en que se procesan los casos de corrupción. Crear un sistema estatal de supervisión independiente de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, así como de la estructura del Partido Comunista, permite a Xi trabajar fuera del sistema actual del régimen chino.

El concepto de una «Ley de Supervisión Nacional» y un comité de supervisores estatales fue propuesto por primera vez por «Study Times», la publicación oficial de la Escuela Central del Partido, en julio. Durante la Sexta Plenaria del Partido, a finales de octubre, se presentó una propuesta clara para un sistema en el que la legislatura china, el gobierno, así como la supervisión y el aparato judicial, trabajen juntos para supervisar a los funcionarios gubernamentales de conformidad con la ley. Wang Qishan, jefe de la CCDI, dijo que la comisión de supervisión es en realidad un aparato anticorrupción.

La forma en que se utilizará el nuevo aparato es clara, pero su significado más profundo no lo es. Es posible, también, que la actual situación política haga inconveniente que los dirigentes de Xi profundicen en el nuevo aparato anticorrupción.

La nueva comisión de supervisión es una gran reforma política, y se está llevando a cabo en un momento en que la facción de Jiang Zemin y el Partido Comunista Chino están siendo erradicados. De hecho, este desarrollo presagia una futura transformación del sistema político de China por varias razones:

En primer lugar, la comisión estatal de supervisión representa un intento de la administración de Xi en romper con el actual sistema político. A diferencia de la CCDI, la comisión tiene poderes de procesamiento, y puede acusar tanto a los miembros como a los no miembros del Partido. La constitución del partido tampoco tiene estipulaciones para una institución supervisora; de hecho, Xi parece estar tomando referencias de la censura o los sistemas de policía de la antigua China, así como de la institución de supervisión de la República de China (Taiwán). Tal sistema traza su linaje a la cultura tradicional china, que tiene un concepto de controles y equilibrios similares a los de las sociedades democráticas occidentales modernas.

Lo que seguiría, podría ser una transición del gobierno del partido al gobierno del estado. Xi aprovechó la popularidad que tiene con el pueblo con la campaña anti-corrupción y su propia autoridad como líder «central», para transferir los poderes de la CCDI a una institución estatal. Aparte de estar mejor posicionada para combatir la corrupción y prepararse para la detención y enjuiciamiento de Jiang Zemin, la nueva comisión de supervisión estatal podría sentar las bases para un sistema presidencial [en lugar del sistema del Politburó]. Y cuando el aparato estatal esté completamente funcional, el arreglo liderado por el Partido se debilitará un paso más; desde otro ángulo, puede presagiar y empezar a sentar las bases de una transición de un sistema comunista a un sistema post-comunista.

Además, el establecimiento de una comisión de supervisión estatal puede ser un preludio a la abolición de la Comisión de Asuntos Políticos y Jurídicos (PLAC). El PLAC es un aparato que permite al partido controlar los asuntos judiciales además de reprimir al pueblo, y la facción de Jiang lo convirtió en un segundo centro de poder. La administración de Xi ya rebajó el estatus del PLAC y ahora parece estar deshaciéndose por completo de él. Si el poder de la CCDI puede ser transferido con éxito a la comisión de supervisión estatal, entonces puede ser mantenido como un ejemplo para abolir el PLAC, el cual actualmente supervisa el aparato de seguridad pública, los tribunales y la fiscalía.

Por último, tener una comisión de supervisión estatal facilita que la administración de Xi mantenga a Wang Qishan en el cargo. Hubo mucha especulación acerca de si el jefe de la CCDI permanecerá en el poder después del 19 Congreso Nacional del Partido, una reunión de reorganización política clave en 2017, porque Wang tendría mayoría de edad permitida por las normas del Partido (altos cuadros con más de 68 años deben dimitir, según las normas políticas actuales). Sin embargo, en caso de que Wang sea nombrado jefe de la comisión, es probable que se le conceda una exención especial de jubilación debido a la importancia de su experiencia.

En resumen, la creación de Xi Jinping de una comisión de supervisión estatal sugiere que no limitará sus métodos o medidas para eliminar a la facción de Jiang y reformar el sistema político. Este desarrollo es también un paso significativo en la transición pacífica de China hacia un futuro post-comunista.

Li Tianxiao obtuvo su doctorado en ciencias políticas en la Universidad de Columbia y es un experimentado comentarista político con New Tang Dynasty Televisión.

Las opiniones expresadas en este artículo son los puntos de vista de los autores y no reflejan necesariamente los de La Gran Época.

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