Análisis de noticias
El 10 de septiembre, el exfuncionario policial chino Deng Huilin fue juzgado en la ciudad norteña de Baoding. Acusado de aceptar sobornos, el exjefe de la seguridad pública de Chongqing, una megalópolis del suroeste con 23 millones de habitantes, se declaró culpable y expresó su arrepentimiento por sus acciones.
Deng fue uno de los miles de funcionarios de seguridad destituidos en la campaña anticorrupción del mandatario chino Xi Jinping, que el 17 de agosto expulsó del Partido Comunista al jefe de la censura de internet retirado Peng Bo, tras una investigación de varios meses.
Las recientes purgas de Deng, Peng y otros aparecen como una continuación de la prolongada lucha de Xi por eliminar o reducir la influencia de las facciones que han socavado su autoridad desde que asumió el cargo en 2012.
La víspera del juicio de Deng, el secretario general de la Comisión Central de Asuntos Políticos y Jurídicos (PLAC), Chen Yixin, exhortó a las ramas de la poderosa organización del Partido a buscar «ocho deficiencias y debilidades» en sus filas.
Uno de los puntos en los que Chen hizo hincapié fue en la necesidad de «purgar a fondo» la «influencia venenosa» de los jefes de seguridad del Partido Comunista Chino (PCCh) caídos en desgracia, incluidos los exviceministros de policía Sun Lijun y Meng Hongwei, así como el infame exjefe de la PLAC central Zhou Yongkang.
Chongqing, donde Deng también fue teniente de alcalde, es la ciudad que fue dirigida por el exmiembro del Politburó del PCCh Bo Xilai desde 2007 hasta su caída en 2012.
El juicio y la condena de Bo en 2013 dieron el pistoletazo de salida a la campaña anticorrupción de Beijing, que, en pocos años, se saldó con las detenciones y los juicios de múltiples miembros de alto rango del PCCh, incluido Zhou. Su cadena perpetua en junio de 2015 supuso la primera vez que un miembro del Comité Permanente del Politburó —el puñado de hombres que dirigen el Partido Comunista— fue oficialmente investigado y condenado.
Educación y rectificación
El 11 de septiembre, la rama del PCCh del Ministerio de Seguridad Pública anunció la creación de un «grupo dirigente» para oficiales de policía retirados con el fin de «fortalecer y mejorar aún más» la «unidad y cohesión» de los antiguos cuadros del ministerio.
Dos días más tarde, el colega de Chen en la PLAC, Guo Shengkun, destacó que las unidades de trabajo de la organización y los «funcionarios dirigentes» asumen la «mayor responsabilidad política» en la campaña de «educación y rectificación» en curso.
La campaña, que incluye las «ocho deficiencias y debilidades» señaladas por Chen el 9 de septiembre, fue lanzada en julio de 2020, semanas después de la investigación de Deng Huilin.
Ese año también se investigó al exvicejefe de seguridad pública Sun Lijun, así como la condena de Meng Hongwei, que había ocupado el mismo cargo. Meng había estado desempeñando el cargo de jefe de Interpol cuando fue detenido abruptamente en septiembre de 2018.
Peng Bo, el subdirector de la administración del ciberespacio, que supervisa internet en China, fue investigado en marzo. Las autoridades disciplinarias del PCCh afirmaron que «sus ideales y creencias se habían derrumbado», que «había perdido sus principios políticos» y que «se había desviado de las decisiones del Partido Central». Además, Peng aceptaba sobornos y visitaba con frecuencia clubes nocturnos.
El 14 de septiembre, un cibernauta que utiliza el nombre de Shang Xian Lao Hou publicó una circular en la plataforma china NetEase en la que afirmaba que existían vínculos entre Deng Huilin y el exfuncionario policial de la Oficina de Seguridad Pública de la provincia de Jiangsu, Luo Wenjin, que también fue investigado en marzo.
Según el bloguero, Deng y Luo, ambos de la ciudad central china de Wuhan, tuvieron tratos ilícitos entre sí, y Luo utilizó su influencia para formar una «mafia judicial» en Jiangsu, una ciudad del este de China.
Además, ambos mantuvieron «discusiones inapropiadas sobre las principales políticas del Partido Central» e «insultaron a líderes nacionales clave».
La circular señalaba además que el antiguo superior de Luo «tuvo interacciones» con Wang Lijun, un antiguo jefe de policía de Chongqing que en febrero de 2012 intentó desertar al consulado estadounidense en Chengdu tras una pelea con su jefe Bo Xilai.
Algunos observadores de China creen que el «incidente de Wang Lijun» alertó a Beijing de un intento de Bo, Zhou Yongkang y otros funcionarios poderosos de subvertir el ascenso de Xi al poder.
Lucha política
Un hilo común entre la mayoría de los funcionarios de seguridad purgados por Xi Jinping es su vinculación con el antiguo líder del PCCh, Jiang Zemin.
Según un artículo del Wall Street Journal publicado el 16 de febrero, «muchos de los aliados del Sr. Jiang han sido purgados en la campaña anticorrupción del Sr. Xi». Pero «sigue siendo una fuerza entre bastidores».
En particular, Zhou Yongkang, Sun Lijun y Peng Bo eran cuadros dirigentes de la Oficina 610, una poderosa agencia extralegal creada por Jiang para coordinar los medios policiales y de propaganda en la persecución a Falun Gong y a otros grupos religiosos.
En el caso de Peng, su condición de jefe adjunto de la Oficina 610 central entre 2015 y 2017 solo se hizo pública en la notificación de marzo en la que se anunciaba su investigación. Antes de servir en la Oficina 610, Peng fue subdirector de la Administración de Seguridad del Ciberespacio (CAC). Lu Wei, jefe de la CAC durante la etapa de Peng allí y de otro funcionario asociado a la facción de Jiang, fue investigado en 2017 y condenado en 2019.
Ming Chu-cheng, profesor emérito de ciencias políticas de la Universidad Nacional de Taiwán, señaló en el programa de televisión local «Era Money» que la influencia de Zhou Yongkang y sus aliados era una amenaza para Xi y su predecesor Hu Jintao, que luchó durante mucho tiempo con Jiang por la autoridad en el PCCh.
«Cuando Hu Jintao luchó contra Bo Xilai, fue a por Zhou Yongkang. ¿Por qué? Porque Zhou era el jefe de la PLAC, que tenía el poder de desplegar la Policía Armada».
Ming dijo que la PLAC estaba facultada para desplegar miles de efectivos de la Policía Armada —tropas de seguridad interna con un equipamiento comparable al del ejército regular chino— sin notificarlo primero a Beijing.
Ming, que hace frecuentes apariciones en los medios de comunicación taiwaneses, ha destacado las amenazas a largo plazo que Xi afronta para su poder, incluidas las de la facción Jiang, las de los funcionarios civiles y militares descontentos, afectados por la campaña anticorrupción y la reestructuración de las fuerzas, y las de la comunidad financiera.
Otra fuente de resentimiento hacia Xi, como señaló Ming en el programa «Era Money» el 9 de septiembre, son los principitos o hijos de los líderes fundadores del PCCh, grupo al que pertenece el propio Xi.
Todo esto aumenta los desafíos para Xi cuando se prepara para asumir un tercer mandato en una próxima remodelación de la dirección del PCCh, que se celebrará a finales de 2022.
«El año que viene se celebrará el XX Congreso del Partido, por lo que la lucha entre facciones aumentará constantemente y pasará a primer plano», dijo Ming.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.