Opinión
Cuba es una dictadura que utiliza el terror y la propaganda para reprimir a su pueblo. Encierra a los ciudadanos, los despoja de los derechos humanos más básicos, los silencia, y enfrenta a las familias mediante extorsiones y amenazas.
Las constantes prácticas de detenciones ilegales, ruina personal de los disidentes políticos, y limitación de derechos fundamentales por parte del régimen no tienen nada que ver con ningún bloqueo o embargo, sino con la dictadura comunista totalitaria.
Toda la propaganda que encubre la dictadura cubana se basa en dos mentiras: el inexistente «bloqueo» y el supuestamente excelente «sistema de salud pública».
Cuba solo sufre un bloqueo: el de la dictadura contra su pueblo, que limita la importación de alimentos, medicinas, el uso de internet y la libertad de viajar. Vimos la evidencia la semana pasada cuando el régimen “levantó temporalmente” los aranceles sobre las importaciones de alimentos y medicinas.
La mentira de la atención médica
Desmantelar la mentira de los llamados excelentes servicios públicos cubanos es fácil. Solo tienes que ir a Cuba para verlo.
El sistema de salud que tanto anuncia el régimen es un sistema fallido y ruinoso que solo brinda servicio de calidad a los extranjeros adinerados y a los líderes del régimen. Cuba sufre la “atención médica gratuita más cara del mundo”, como me dijeron en La Habana.
El mito de la calidad de la atención médica ha sido desmentido en varias ocasiones. María Werlau, de la ONG Archivo Cuba, explicó al diario ABC de España que “la sanidad en Cuba es pésima para el ciudadano de a pie por la falta de recursos. Existe un apartheid que favorece a la élite gobernante y a los extranjeros que pagan en dólares”. Se ha demostrado que el sistema de salud cubano “carece de transparencia y rendición de cuentas”. Sus políticas de salud no solo no han dado buenos resultados sino que también limitan los derechos básicos de los pacientes; “difícilmente es un modelo a seguir”, según un artículo de 2018 en la revista Health Policy and Planning.
Cualquiera que viaje a Cuba puede ver que la repetida “inexistencia de desnutrición infantil” que algunos dicen que muestra UNICEF es una mentira y solo enmascara un régimen que todavía usa libretas de racionamiento y la miseria como herramientas para mantener a la población bajo su bota.
Sin embargo, UNICEF nunca afirmó que Cuba había terminado con la desnutrición infantil, sino que la incidencia de niños con bajo peso se redujo al 4 por ciento, un récord que rompió Chile, por ejemplo, que alcanzó el 1 por ciento. En el informe de UNICEF de 2009 (pdf) “Seguimiento de los Progresos en la Nutrición de los niños y las Madres: Una Prioridad en Materia de Supervivencia y Desarrollo”, muestra claramente cómo otros países lo han hecho significativamente mejor que Cuba.
Los datos reales sobre mortalidad infantil son el doble de la cifra oficial y mucho peor que en países como Chile o Costa Rica, según estudios.
El mito del bloqueo
El mito del bloqueo es aún más delirante. El bloqueo inexistente es una mentira que sirve de excusa para blanquear la dictadura.
El comercio internacional de Cuba fue del 27 por ciento del PBI en 2020, en comparación, por ejemplo, con Brasil, que fue del 32 por ciento, según datos del Banco Mundial. Sus exportaciones fueron el 14.5 por ciento del PBI en comparación con el 16.9 por ciento en Brasil.
Estados Unidos es el noveno socio comercial de Cuba, con el 3 por ciento de las importaciones. Cuba tiene más de 27 tratados bilaterales con más de 90 países y exporta a Canadá (22 por ciento), China (21 por ciento), Venezuela (13 por ciento), España (11 por ciento), Holanda (7 por ciento), Alemania, Bélgica, Suiza, Chipre (2 por ciento cada uno), y Francia (1 por ciento), entre otros.
Las exportaciones de alimentos y productos agrícolas de Estados Unidos a Cuba aumentaron 74.7 por ciento en marzo de 2021, un aumento de 54.3 por ciento anualizado (pdf).
Cuba, a su vez, importaba bienes de Venezuela (crudo al costo o gratis), China, España, Rusia, México, Italia, Argentina, Brasil, Alemania, entre otros.
Lo único que tiene Cuba es un embargo sobre aquellos artículos que el régimen dictatorial utiliza con fines militares.
Lo que la izquierda esconde sobre el embargo: El embargo se implementó en 1958 con el régimen de Batista para limitar la venta de armas. El embargo de 1960 a las exportaciones estadounidenses a Cuba no incluía alimentos ni medicinas. Desde 2000, no ha habido ningún embargo sobre las exportaciones estadounidenses de alimentos o medicinas.
Más de 90 multinacionales norteamericanas han exportado a Cuba desde 2001. Desde 2014, 60 empresas norteamericanas han estado operando directamente en Cuba, según el Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba.
Cuba exportó bienes por un total de USD 14.9 millones a Estados Unidos e importó USD 176.8 millones en 2020 según la Oficina del Censo de EE. UU. Las importaciones y exportaciones a China también son particularmente importantes.
“Estados Unidos es el mayor proveedor de alimentos y productos agrícolas a Cuba”, según el Departamento de Estado, “con exportaciones de esos bienes valoradas en 220.5 millones de dólares en 2018. Estados Unidos también es un importante proveedor de bienes humanitarios a Cuba, incluidos medicamentos y productos médicos”, con un valor total de USD 275.9 millones en 2018. Las remesas de Estados Unidos, estimadas en USD 3500 millones en 2017, son la mayor fuente de divisas de la dictadura.
Destruido por el comunismo
Lo que ha destruido a Cuba es el comunismo: un régimen dictatorial destructivo y derrochador.
El régimen de Castro era una máquina de despilfarrar subsidios. Consumió ayuda de la Unión Soviética entre 1960 y 1990 equivalente a cinco Planes Marshall y no logró mejorar su patrón de crecimiento ni aprovechar los enormes subsidios para mejorar la productividad. Entre 1960 y 1990, se estima que Cuba recibió más de USD 65,000 millones de la Unión Soviética, sin contar lo que recibió de otros países socialistas.
La dictadura cubana ha malgastado subsidios y ayudas de China, Rusia y Venezuela.
China también ha perdonado una deuda de USD 6000 millones con Cuba, más de la mitad de la deuda total que ha perdonado a sus socios comerciales durante los 18 años hasta 2018 (pdf). Por supuesto, el comercio con China ha disminuido debido a los constantes incumplimientos del régimen dictatorial cubano.
Rusia ha donado miles de millones de dólares a Cuba, con donaciones a través de, por ejemplo, la representación del Programa Mundial de Alimentos y la condonación en 2014 del 90 por ciento de la deuda contraída con Rusia, unos USD 32,000 millones.
Solo entre 2011 y 2014, México, Japón, China y Rusia juntos eximieron USD 40,000 millones de deuda de la dictadura cubana, lo cual equivale al 50 por ciento del PBI de Cuba en 2019, según Forbes.
Los acreedores del Club de París en 2015 también cancelaron USD 8500 millones en deuda pendiente.
La dictadura cubana siempre hace lo mismo: pedir prestado, despilfarrar dinero, empobrecer a la población, e incumplir sus compromisos. Y luego se queja de un «bloqueo» inexistente.
Si sumamos las donaciones, la cancelación de deudas y el apoyo financiero, Rusia, China, Venezuela y los principales socios comerciales de Cuba han brindado ayudas financieras y donaciones a la dictadura cubana que superan los USD 200,000 millones en los últimos 16 años.
Pese a todo esto, y con una política monetaria tan destructiva como la de Venezuela, imprimiendo pesos cubanos sin valor ni demanda mientras dilapida las reservas que recibe, la inflación en 2021 llegará al 500 por ciento según Reuters.
¿Qué ha hecho la dictadura cubana con todo este dinero? Dilapidar el país condenando a la miseria al pueblo cubano.
Cuba tiene un nivel de pobreza que, calculado de forma independiente, podría llegar al 50 por ciento. Según cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de Cuba (ONEI), el 35.6 por ciento de la población en edad laboral no tiene empleo o está desocupada. El desastre monetario y económico bajaría el Índice de Desarrollo Humano de Cuba, del puesto 73 a uno de los últimos lugares entre los países del mundo.
¿Qué es lo que destruyó a Cuba? El comunismo, no el bloqueo inexistente.
Daniel Lacalle, Ph.D., es economista jefe del fondo de cobertura Tressis y autor de «Freedom or Equality», «Escape from the Central Bank Trap» y «Life in the Financial Markets».
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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