La explosión del gasto federal impulsada por la respuesta del gobierno a la pandemia del virus del PCCh obligará a que el déficit anual sea de al menos 3,8 billones de dólares este año, según las proyecciones del Comité para un Presupuesto Federal Responsable (CFRB).
«Nuestras últimas proyecciones indican que, según la ley actual, los déficits presupuestarios ascenderán a más de 3.8 billones de dólares, el 18.7 % del Producto Interno Bruto (PIB), este año y 2.1 billones de dólares (9.7 % del PIB) en 2021», dijo el CFRB en un comunicado.
«Proyectamos que la deuda en poder del Estado superará el tamaño de la economía a finales del año fiscal 2020 y eclipsará el récord anterior establecido tras la Segunda Guerra Mundial para el 2023», dijo el organismo.
La deuda nacional es actualmente de 24.3 billones de dólares, según el reloj de la deuda nacional de Estados Unidos, y el valor actualmente proyectado de la economía es de 22.3 billones de dólares. La cifra de la deuda no incluye los beneficios futuros no financiados de los que el gobierno es responsable bajo los programas de derechos a la Seguridad Social (37.6 billones de dólares) y Medicare (52.7 billones de dólares).
El grupo advirtió, sin embargo, que las cifras reales probablemente serán peores al final del actual año fiscal el 30 de septiembre, «ya que asumen que no se promulga ninguna otra legislación para abordar la crisis y que los responsables políticos se aferran a la ley actual cuando se trata de otras políticas de impuestos y gastos».
Además, el grupo señaló que sus proyecciones «también asumen que la economía experimentará una fuerte recuperación en 2021 y vuelve plenamente a su trayectoria anterior, a la crisis para 2025″. Suponiendo una recuperación más lenta y débil (pero sin cambios en la ley), estimamos que la deuda crecerá hasta el 117 % del PBI para 2025».
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Anteriormente, el mayor déficit federal como porcentaje del PBI llegó en 1943 durante la Segunda Guerra Mundial, cuando alcanzó el 29.6 %, según el CFRB.
En lo que va del año 2020, el Congreso y el presidente Donald Trump han promulgado tres leyes separadas para establecer una multiplicidad de nuevos programas y regulaciones diseñados para detener la propagación del virus del PCCh, conocido popularmente como el nuevo coronavirus, y para ayudar a la economía de los Estados Unidos a recuperarse del gran cierre ordenado por las autoridades en marzo.
La primera ley del virus del PCCh, un proyecto de ley de financiación de emergencia, se promulgó a principios de marzo a un costo de 8.3 mil millones de dólares, seguida a mediados de mes por una segunda ley, la Ley de respuesta al primer coronavirus de las familias, que costó 196 mil millones.
Estas dos medidas fueron opacadas a finales de marzo por la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica para el Coronavirus (CARES) de 2.2 billones de dólares, la ley más cara de la historia del país.
Trump y múltiples líderes del Congreso también están comenzando a debatir lo que piensan que debería ser incluido en un cuarto proyecto de ley de recuperación. Un intento de los republicanos del Senado la semana pasada de añadir 250,000 millones de dólares en préstamos para pequeñas empresas a la Ley CARES fue bloqueado por los demócratas.
Los republicanos del Congreso están abogando por medidas adicionales dirigidas a grupos específicos como las pequeñas empresas, mientras que los demócratas en el Congreso ven la legislación sobre la recuperación como oportunidades para promulgar planes para mascotas no relacionados con su una agenda que beneficien intereses específicos.
«Estas políticas aumentarían aún más los niveles de déficit y deuda. Por ejemplo, si los responsables de las políticas terminan gastando otro billón de dólares anuales durante los próximos tres años en medidas de estímulo adicionales, la deuda como porcentaje del PBI sería unos 12 puntos porcentuales más alta para 2025», advirtió la CFRB.
«Si los legisladores utilizan la crisis actual como excusa para promulgar una serie de políticas permanentes y no relacionadas, la deuda podría crecer aún más y los déficits más grandes persistirían a perpetuidad», añadió el grupo.
«En algún momento, esos déficits y niveles de deuda tan elevados y crecientes resultarán insostenibles, por lo que será necesario adoptar medidas correctivas», continuó la CFRB. «La puesta en práctica de medidas de reducción del déficit a largo plazo más temprano que tarde permitiría a los encargados de la formulación de políticas introducir los cambios de manera más gradual y daría a los afectados una mayor advertencia y capacidad de preparación».
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