Las deportaciones de inmigrantes ilegales han caído a nuevos mínimos bajo el mandato del presidente Joe Biden, según datos recién publicados.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), encargado de expulsar a los extranjeros ilegales, expulsó a más de 20,000 cada mes en 2019, excepto en enero.
Las deportaciones en los primeros cinco meses de 2019 sumaron 186,089. Las deportaciones en los primeros cinco meses de 2020 se redujeron a 93,247, en parte debido a la pandemia de COVID-19. Las deportaciones en los primeros cinco meses de este año se desplomaron a 18,713, según los registros del ICE, obtenidos por el Centro de Estudios de Inmigración (CIS).
Las expulsiones van camino de alcanzar mínimos históricos, según los datos.
Biden y los altos funcionarios de su administración, incluido el Secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas, han puesto en marcha una serie de medidas para reducir la aplicación de la ley de inmigración.
Entre ellas, Mayorkas ha ordenado a los agentes del ICE que revisen los antecedentes de los inmigrantes ilegales antes de realizar cualquier detención y que solo arresten a aquellos que se considere que suponen una amenaza para la seguridad nacional, la seguridad pública o la seguridad fronteriza.
Los funcionarios de la administración dicen que la reducción de las prioridades de aplicación de la ley permite a los agentes centrarse en los peores delincuentes.
Los nuevos datos desmienten esa afirmación.
El número de extranjeros ilegales condenados por un delito en serie como el homicidio, la agresión sexual o el secuestro y expulsados se redujo en más de la mitad hasta el 9 de julio en comparación con el año anterior, y en casi tres veces desde 2019.
«Aunque los dirigentes de Biden afirman que están enfocando al ICE más directamente en los extranjeros criminales, en realidad ni siquiera están deportando a tantos criminales serios como antes. Así de problemáticas son estas políticas», dijo a The Epoch Times Jessica Vaughan, directora de estudios políticos del CIS.
«Las políticas de Biden parecen haber sido adoptadas con el objetivo de obstaculizar la aplicación de la ley de inmigración, no de mejorar la seguridad pública ni de garantizar la integridad de las leyes de inmigración, ni siquiera de hacer un mejor uso de los recursos del gobierno», escribió Vaughan en una entrada de su blog en la que analiza las nuevas cifras.
El ICE confirmó la recepción de las preguntas enviadas por correo electrónico, pero no envió respuestas.
La Casa Blanca no respondió a una solicitud de comentarios.
El ICE suele publicar las cifras de deportaciones en diciembre de cada año. Éstas deberían dar más información sobre el impacto de las políticas de la administración en la aplicación de la ley de inmigración.
Los republicanos y muchos críticos dicen que las políticas también han causado el aumento de inmigrantes ilegales que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México.
El gobierno de Biden ya ha establecido el récord de detenciones en la frontera en un año fiscal y en un año natural, con dos meses de cifras aún por publicar.
Para combatir la caída de las deportaciones, el Congreso podría ordenar al ICE que aumente su capacidad de detención y la utilice, o que amplíe las categorías de extranjeros ilegales que el ICE debe expulsar obligatoriamente, dijo Vaughan.
Fuera de eso, predice que más estados tomarán el asunto en sus manos.
Texas ha intensificado la aplicación de la ley de inmigración a medida que los extranjeros cruzan la frontera, deteniéndolos por poner en peligro a los niños y por entrar sin autorización.
Florida prohibió a los organismos estatales que prestaran ayuda para el reasentamiento de extranjeros ilegales y nombró un zar de la seguridad pública para ayudar a resolver el problema.
«Los estados van a tener que dificultar la obtención de puestos de trabajo, permisos de conducir y prestaciones a los extranjeros ilegales, para que éstos no elijan esos estados para establecerse», dijo Vaughan. «Hemos visto que en el pasado, cuando hay más aplicación de la ley a nivel local —que tal vez no sean deportaciones directas, pero aún así hace más difícil que los extranjeros ilegales se establezcan— entonces menos de ellos eligen venir».
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