Las detenciones en la frontera sur de Estados Unidos superaron las 200,000 por segundo mes consecutivo y siguen en camino de establecer un nuevo récord anual, según datos recién publicados.
Los agentes fronterizos detuvieron a 208,887 personas, un ligero descenso respecto a julio, pero un aumento de más de cuatro veces respecto a agosto de 2020 y de tres veces respecto a agosto de 2019, muestran los datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
La mayoría de los inmigrantes ilegales capturados eran adultos solos, casi 100,000, mientras que aproximadamente 80,000 personas detenidas formaban parte de una unidad familiar. Unos 18,500 menores no acompañados, o niños inmigrantes ilegales sin un adulto responsable, fueron detenidos.
«Los hombres y mujeres de la CBP siguen dando un paso adelante para responder a las exigencias del elevado número de encuentros en nuestra frontera sur», dijo el comisario interino de la CBP, Troy Miller, en un comunicado.
El número de detenciones en la frontera había subido durante 16 meses consecutivos, a partir de la Administración Trump, después de haber alcanzado un mínimo de apenas 17,106 en abril de 2020, poco después de que comenzara la pandemia del COVID-19.
Las detenciones se dispararon después de que el presidente Joe Biden asumiera el cargo y cambiara drásticamente el sistema de aplicación de la ley de inmigración, alterando o deteniendo directamente los elementos clave de las políticas de la administración anterior.
En un cambio de política, la Administración de Biden dejó de utilizar los poderes del Título 42, activados a causa de la pandemia, para expulsar a los menores no acompañados, con el argumento de que hacerlo sería cruel. También se han reducido las expulsiones de otros inmigrantes ilegales mediante estos poderes. Los funcionarios utilizaron los poderes en menos de la mitad de los encuentros en agosto, después de utilizarlos previamente en más del 60% a principios de este año.
Las nuevas cifras elevan el número total de encuentros de este año fiscal a 1.54 millones. Esto significa que la Administración de Biden podría establecer un nuevo récord del año fiscal, dependiendo del flujo en septiembre. El récord actual es de 1.64 millones, establecido en 2000.
Incluso si eso no ocurre, es casi seguro que la administración establezca un nuevo récord en un año natural, dijo Steven Kopits, presidente de la organización conservadora Princeton Policy Advisors, a The Epoch Times el mes pasado.
Muchos de los inmigrantes expulsados de Estados Unidos no están siendo disuadidos de volver a intentarlo, según los datos. Una cuarta parte de los inmigrantes detenidos en agosto había tenido al menos un encuentro previo con agentes estadounidenses en los 12 meses anteriores, lo que supone un aumento respecto al 14% de años anteriores.
El senador Rob Portman (R-Ohio), el principal republicano de la Comisión de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado, dijo que los nuevos datos muestran que Estados Unidos está experimentando «la peor crisis de migración ilegal en más de 20 años».
Portman dijo que esperaba que el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, testificara ante el panel la próxima semana. Planea «preguntarle cuándo la administración cambiará de rumbo y abordará esta oleada de migrantes ilegales», dijo. «Insto a la Administración de Biden a tomar medidas porque la crisis de los migrantes es un resultado directo de su decisión de desmantelar las políticas de la administración anterior sin tener en cuenta la afluencia histórica que incitaría», añadió.
El senador Gary Peters (D-Mich.), presidente del panel, no respondió a una solicitud de comentarios, como tampoco lo hizo la Casa Blanca, que no ha comentado las cifras.
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