Detrás del discurso sobre el origen natural del COVID-19

Por Jeff Carlson y Hans Mahncke
30 de Septiembre de 2021 2:54 PM Actualizado: 30 de Septiembre de 2021 2:54 PM

Comentario

Una secuencia de eventos a principios de 2020 sugiere que el Dr. Anthony Fauci y un pequeño grupo de científicos buscaron promover la teoría de los orígenes naturales como un medio para evitar el escrutinio público de la posibilidad de que el COVID-19 se hubiera filtrado de un laboratorio.

Fauci recibió varias advertencias a finales de enero de 2020 que le llevaron a celebrar una teleconferencia privada el 1 de febrero de 2020. Los correos electrónicos de los participantes muestran que durante esta teleconferencia, los dos presentadores principales dejaron claro al grupo de la teleconferencia que creían que era una posibilidad real que el COVID-19 se hubiera originado en un laboratorio.

Estos mismos presentadores estaban completando simultáneamente un artículo, más tarde conocido como Proximal Origin, que promovía públicamente la teoría de los orígenes naturales y descartaba cualquier teoría de fuga de laboratorio. Proximal Origin, que resultaría ser muy influyente, sería visto más de medio millón de veces y ha sido ampliamente utilizado por Fauci y los medios corporativos en su promoción del discurso sobre los orígenes naturales.

Dos días después de la teleconferencia, algunos de estos mismos científicos, incluyendo a Fauci, serían invitados por la Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina (NASEM, por sus siglas en inglé), para ayudar en la redacción de una carta de respuesta a una investigación realizada por la Casa Blanca de Trump sobre los orígenes del virus.

Los científicos de Fauci, que promovieron enérgicamente su narrativa de orígenes naturales ante las NASEM, no mencionaron su discusión privada de que el virus probablemente se originó en un laboratorio. Pero los directores de las NASEM optaron por ignorar su aportación en su respuesta formal a la Casa Blanca.

A pesar de este contratiempo, Fauci y sus científicos continuaron impulsando agresivamente la narrativa de los orígenes naturales durante los siguientes 18 meses.

Una propuesta de alto riesgo

En 2018, el presidente de EcoHealth Alliance, Peter Daszak, colaborador desde hace tiempo del Instituto de Virología de Wuhan, elaboró un plan para crear un virus similar al COVID en el laboratorio como parte de una propuesta de financiación presentada al programa de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) del Pentágono.

La propuesta detallaba cómo Daszak y un grupo de científicos bajo su dirección planeaban insertar un punto de corte por furina en los coronavirus para hacerlos más transmisibles a los humanos.

La DARPA decidió finalmente no financiar la investigación por considerarla demasiado arriesgada, y no está claro si se llegó a realizar.

El punto de corte por furina es la característica que define al COVID-19, que lo diferencia de cualquier otro virus relacionado y es clave para la patogenicidad del virus en los seres humanos. Esta característica del COVID-19 fue a menudo objeto de perplejidad por parte de los científicos al principio de la pandemia.

De hecho, un estudio más reciente publicado en la revista científica Nature señalaba que el virus COVID-19 estaba especialmente adaptado para infectar a los humanos, ya que “presentaba la unión más alta a la (h) ACE2 humana de todas las especies probadas”.

Daszak consiguió ocultar con éxito la existencia de su propuesta de 2018 hasta que se filtró a principios de este mes.

El inicio de una narrativa

Cuando las noticias del brote en Wuhan comenzaron a filtrarse desde China el 31 de diciembre de 2019, una de las primeras cosas que hizo Daszak fue escribir un hilo de Twitter el mismo día, que esencialmente culpaba del brote a la transmisión de animales a humanos.

El hilo de Daszak se escribió en un momento en que nadie fuera de China sabía nada sobre el virus, y mucho menos sobre sus orígenes.

Unas semanas más tarde, el 27 de enero de 2019, Daszak envió por correo electrónico una notificación a un colega de Fauci en el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID) que parecía proporcionar puntos de conversación ante la eventualidad de que los medios de comunicación preguntaran a Fauci sobre la colaboración entre él y el Instituto de Virología de Wuhan. No está claro si Fauci recibió la advertencia de Daszak y cuándo lo hizo.

En particular, la advertencia de Daszak se produjo antes de que se hiciera pública la posible conexión entre Fauci y el Instituto de Virología de Wuhan.

Esa información pública se materializó el 31 de enero de 2020, cuando la revista Science publicó un artículo que vinculaba indirectamente un trabajo de investigación de 2015 que contenía pruebas de que el NIAID de Fauci había financiado investigaciones de ganancia de función en el Instituto de Virología de Wuhan.

El artículo del 31 de enero de 2020, que parece haberse basado en las aportaciones de los científicos que más tarde formarían parte del grupo de teleconferencia de Fauci, se esforzó en descartar la teoría de la fuga del laboratorio, señalando que las secuencias virales “echan por tierra la idea de que el patógeno procedía de un instituto de virología de Wuhan”.

Pero el artículo también enlazaba indirectamente a un trabajo de investigación de 2015 del que era coautora Shi Zhengli, directora del Instituto de Virología de Wuhan. A los tres días de su publicación, el trabajo de 2015, que detallaba experimentos de ganancia de función, desató las advertencias de la comunidad científica, lo que llevó a un científico a señalar que: “El único impacto de este trabajo es la creación, en un laboratorio, de un nuevo riesgo no natural”.

Este mismo artículo aparentemente provocó advertencias para Fauci, pero por razones totalmente diferentes. A pesar de que Fauci negó en repetidas ocasiones haber financiado experimentos de ganancia de función en el Instituto de Virología de Wuhan, el artículo de 2015 afirmaba claramente que “la investigación en este manuscrito fue apoyada por subvenciones del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas”.

Fauci envió el documento de 2015 al subdirector principal del NIAID, Hugh Auchincloss, en la mañana del 1 de febrero de 2020, diciéndole: “Es esencial que hablemos este AM. Mantén tu teléfono móvil encendido”. Auchincloss respondió a Fauci más tarde ese mismo día, reconociendo “El documento [2015] que me enviaste dice que los experimentos se realizaron antes de la pausa de ganancia de función, pero desde entonces han sido revisados y aprobados por el NIH”.

Auchincloss concluyó diciendo a Fauci que “tratarían de determinar si tenemos algún vínculo lejano con este trabajo en el extranjero”.

Fue el camino hacia este trabajo de investigación de 2015, contenido en el artículo de Science del 31 de enero de 2020, lo que desencadenó los acontecimientos que llevaron a la teleconferencia secreta de Fauci del 1 de febrero de 2020.

Casi inmediatamente después de que el artículo de Science se publicara a primera hora de la tarde del 31 de enero de 2020, Fauci comenzó a compartirlo entre sus colegas del NIAID y con Jeremy Farrar, el director de Wellcome Trust del Reino Unido. Fauci también reenvió el artículo a Kristian Andersen, un científico del Scripps Research financiado por Fauci, señalando que era “de interés para el debate actual”.

En el preludio de la teleconferencia del 1 de febrero de 2020, Andersen y Fauci discutieron la secuencia genómica única del virus, y Andersen le dijo a Fauci que el virus parecía diseñado.

Este tema de discusión se trasladó a la teleconferencia del día siguiente con un participante que envió un correo electrónico a otros participantes: “¿Tenemos que hablar también de la columna vertebral, no solo del inserto?”.

Los científicos crearon la teoría del origen natural el mismo día que dijeron en privado que el virus procedía del laboratorio

Según los correos electrónicos que se hicieron públicos en virtud de una solicitud de la Ley de Libertad de Información, durante esta teleconferencia se hicieron al menos dos presentaciones, en las que Andersen dijo al grupo de Fauci que estaba “entre un 60 y un 70 por ciento” seguro de que el virus procedía de un laboratorio. Edward Holmes, un científico que trabajó para y con el jefe de los CDC chinos desde 2014 hasta 2020, dijo al grupo de la teleconferencia que estaba “80 por ciento seguro de que el virus salió de un laboratorio”.

El mismo día en que Andersen y Holmes le decían a Fauci que el virus probablemente salió de un laboratorio, ellos, junto con otros dos miembros del grupo de teleconferencia, completaron un borrador de un documento de investigación que promovía el discurso sobre los orígenes naturales. Ese documento, Proximal Origin, fue publicado el 16 de febrero de 2020, y sería utilizado por Fauci, otros científicos y los medios de comunicación para promover el discurso sobre los orígenes naturales, mientras que simultáneamente condenaba cualquier teoría de fuga de laboratorio como teorías de conspiración.

El hecho de que Andersen y Holmes estuvieran redactando activamente su artículo Proximal Origin el mismo día en que le decían a Fauci y a su grupo que creían que el virus podría haber procedido de un laboratorio ha escapado hasta ahora al escrutinio adecuado.

Los miembros del grupo de la teleconferencia afirmarían más tarde que su aceptación y promoción de la teoría del origen natural comenzó durante un período de semanas y meses después de la teleconferencia, una vez que tuvieron la oportunidad de examinar más a fondo las pruebas.

Pero el hecho de que cuatro miembros del grupo de la teleconferencia hubieran finalizado un borrador del documento que se utilizaría para promover la narrativa del origen natural el mismo día de la teleconferencia frustra la excusa del grupo. Se dieron cuenta de que el brote de COVID probablemente se había originado en un laboratorio y se pusieron a construir una teoría de los orígenes naturales que se utilizaría en su intento de disfrazar el origen de la pandemia.

Fauci, junto con Farrar, controla una gran parte de los fondos disponibles para la investigación virológica en el mundo occidental y en China. Solo Andersen ha recibido al menos 12 subvenciones de la organización de Fauci por un total de más de 10 millones de dólares.

Líder de la OMS mencionado en los correos electrónicos; ZeroHedge es vetado

A pesar de las afirmaciones de que el grupo cambió posteriormente su opinión, los esfuerzos para promover su teoría del origen natural comenzaron inmediatamente.

Los correos electrónicos enviados por el grupo tras la teleconferencia y hasta el día siguiente hacían repetidas referencias al director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus. El director de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), Francis Collins, envió un correo electrónico a Fauci y Farrar: “Puedo estar disponible en cualquier momento las 24 horas del día para la llamada con Tedros”.

Al día siguiente, Collins respondió diciendo a Fauci y Farrar que estaba disponible para una “llamada a Tedros. Háganme saber si puedo ayudar a atravesar su maraña de protectores”, escribió.

Un último correo electrónico, algo codificado, fue enviado a Fauci y Collins por Farrar en la tarde del 2 de febrero de 2020, diciéndoles que Tedros necesitaba “decidir hoy”. Al final del correo electrónico, Farrar añadió una referencia al sitio de noticias online ZeroHedge, que acababa de publicar un artículo sobre la posibilidad de que el coronavirus procediera de un laboratorio.

Durante un discurso pronunciado al día siguiente, el 3 de febrero, Tedros anunció que “las plataformas de redes sociales, como Twitter, Facebook, Tencent y TikTok, también han tomado medidas para limitar la difusión de desinformación”.

El mismo día que Tedros pronunció su discurso, y solo un día después del mensaje de Farrar, ZeroHedge fue vetado de Twitter.

Dos días después de la teleconferencia los científicos de Fauci impulsan la teoría de los orígenes naturales ante las NASEM

El 3 de febrero de 2020, el mismo día del discurso de Tedros, el director de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca, Kelvin Droegmeier, dirigió a las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina, o NASEM, para “ayudar a determinar los orígenes del 2019-nCoV”.

La carta de Droegmeier del 3 de febrero desencadenó una rápida respuesta. Al mediodía, Andrew Pope, director de las NASEM, había organizado una conferencia en persona para discutir la petición de la Casa Blanca.

La reunión de las NASEM, programada para las 2 de la tarde del mismo día, incluyó una presentación de 10 minutos de Fauci y también incluyó a Daszak y Andersen.

Aunque la reunión de las NASEM tuvo lugar solo dos días después de que Andersen y Holmes le dijeran a Fauci que una fuga de laboratorio era probable, esta información no fue revelada a los directores de las NASEM. En cambio, Fauci y sus científicos promovieron activamente su discurso sobre los orígenes naturales.

Tras la reunión de las NASEM, Pope pidió a los científicos su opinión sobre un borrador de carta que había preparado, basado en la información y las presentaciones realizadas el día anterior por los científicos de Fauci.

Andersen le dijo a Pope que “las principales teorías chifladas que circulan en este momento se refieren a que este virus ha sido diseñado de alguna manera con intención y está demostrado que no es así. La ingeniería puede significar muchas cosas y podría hacerse tanto por investigación básica como por razones nefastas, pero los datos muestran de forma concluyente que no se hizo ninguna de las dos cosas”.

Trevor Bedford, profesor asociado del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson, que ha recibido grandes cantidades de fondos de la organización principal de Fauci, los NIH, dijo a Pope que “si se empieza a sopesar la evidencia, hay mucho que considerar para ambos escenarios”. A pesar de su reconocimiento privado, Bedford sugirió que la carta de Pope debería decir que “no hay pruebas de ingeniería genética y punto”.

Es interesante observar que Bedford respondió a Pope como si supusiera que éste estaba alineado con el grupo de los orígenes naturales. Pero es posible que la admisión de Bedford de que había pruebas que apoyaban múltiples teorías, al mismo tiempo que sugería que solo mencionaban un origen natural, haya llevado a Pope a reconsiderar cuánta confianza podía depositar en el pequeño grupo de científicos.

El borrador inicial de la carta de Pope parecía aceptar la teoría de los orígenes naturales, afirmando que los datos disponibles eran “consistentes con la evolución natural”. El borrador de Pope también señalaba que “actualmente no hay pruebas de que el virus haya sido diseñado para propagarse más rápidamente entre los humanos”.

Los correos electrónicos obtenidos en virtud de una solicitud de la Ley de Libertad de Información indican que Daszak y los demás científicos creían que las NASEM adoptarían la narrativa de los orígenes naturales que ellos habían planteado. Daszak parecía estar tan seguro de ello que incluso había empezado a solicitar firmas para el borrador de su propia carta sobre los orígenes naturales que se publicaría en Lancet, diciendo a los posibles firmantes que pensaba hacer circular su carta para que coincidiera con la de las NASEM.

Pero la versión final de la carta de las NASEM de Pope no iba en la dirección que pretendían los defensores del origen natural.

La carta de las NASEM descarta la narrativa del grupo de Fauci

Sin que Daszak ni los demás científicos lo supieran, Pope había redactado una respuesta completamente nueva, con un tono mucho más cauteloso, en la que señalaba que se necesitaban más datos para determinar el origen del virus. En ninguna parte de la versión final de la respuesta de la Casa Blanca de las NASEM se mencionaba el origen natural. Además, las referencias anteriores a que el virus era “consistente con la evolución natural” y la afirmación de que no había “ninguna prueba de que el virus fuera manipulado” se eliminaron por completo.

El inesperado cambio de opinión de Pope fue un fuerte indicio de que las NASEM tenía importantes reservas sobre la narrativa de los orígenes naturales que habían impulsado los expertos de Fauci.

Daszak acabó posponiendo la publicación de su carta en Lancet hasta el 19 de febrero de 2020. En su carta, afirmaba: “Nos unimos para condenar enérgicamente las teorías conspirativas que sugieren que el COVID-19 no tiene un origen natural”. Pero afirmaba falsamente que “Esto está respaldado además por una carta de los presidentes de las [NASEM]”.

No se sabe por qué Lancet publicó la carta de Daszak sin comprobar sus afirmaciones. El editor de The Lancet, Richard Horton, tiene un largo historial de halagar al gobierno chino, incluyendo una aparición en la CCTV de China, durante la cual dijo que no se debía culpar a China de la pandemia y en la que criticó a los políticos estadounidenses por “dar crédito a las teorías conspirativas”.

Al día siguiente del cambio de rumbo de las NASEM, Farrar envió repentinamente un correo electrónico a uno de los tres firmantes de la carta de las NASEM, Victor Dzau. Farrar ofreció ayuda para entender los orígenes del virus, señalando que “un grupo muy unido ha estado estudiando esto durante los últimos 10 días y podría tener alguna información para compartir que podría ayudar”. Farrar no mencionó que miembros de su propio grupo ya habían asesorado a las NASEM.

Al dirigirse directamente a Dzau, a quien conocía personalmente, Farrar puede haber estado tratando de eludir a Pope, así como a los otros firmantes de las NASEM, en un intento de cambiar la conclusión de las NASEM de nuevo hacia la narrativa de origen natural.

Aunque las NASEM no revisaron su carta, el grupo de Fauci parece haber logrado lo que se proponía.

Durante una conferencia de prensa en abril de 2020, el presidente Donald Trump mencionó la posibilidad de una fuga del laboratorio. Cuando un reportero preguntó a Fauci sobre su opinión acerca de la teoría de la fuga de laboratorio, Fauci la descartó inmediatamente, afirmando que un artículo reciente había determinado que el virus era “totalmente consistente con un salto de especie de un animal a un humano”.

El artículo citado por Fauci era Proximal Origin, escrito por Andersen y Holmes el mismo día de la teleconferencia en que afirmaron en privado que probablemente el virus había surgido de un laboratorio.


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