El FBI no debería haber iniciado una investigación completa basada en inteligencia no verificada a la campaña del entonces candidato presidencial Donald Trump, dijo el fiscal especial John Durham el 21 de junio.
Tres días después de recibir noticias de funcionarios australianos en julio de 2016 que decían que el asesor de campaña de Trump, George Papadopoulos, dijo que el equipo de Trump había recibido una sugerencia de Rusia de que podría ayudar a divulgar información perjudicial para los demócratas, el FBI optó por abrir una investigación completa, en lugar de dar un paso más mesurado.
“Según nuestra investigación, no es una base legítima para abrir una investigación completa”, dijo Durham el miércoles, hablando por primera vez públicamente sobre un informe que compiló su equipo.
El FBI dio el paso a pesar de que no comprobó sus propias bases de datos ni las de otras agencias de inteligencia, ni llevó a cabo otras acciones que son típicas antes de iniciar una investigación completa. Los agentes tampoco entrevistaron a los diplomáticos australianos.
Si el FBI lo hubiera hecho, «se habría enterado de que sus propios y experimentados analistas de Rusia no tenían información de que Trump estuviera involucrado con funcionarios de la cúpula rusa, ni otros en puestos sensibles de la CIA, la NSA y el Departamento de Estado estaban al tanto de tales pruebas sobre el tema», dijo Durham en su informe.
“Inmediatamente fueron a una investigación completa”, dijo Durham a los miembros del Congreso durante una audiencia en el Capitolio.
El Buró no respondió a una solicitud de comentarios. Ha dicho que implementó reformas en los últimos años que evitarán los “pasos en falso” identificados en el informe.
Durham descubrió que el FBI tenía la obligación de evaluar la información transmitida desde Australia, pero dijo que la oficina debería haber dado el paso más pequeño de abrir una investigación preliminar o iniciar una evaluación.
Las reglas del FBI permiten la apertura de una evaluación para examinar los reclamos, mientras que se puede abrir una investigación preliminar sobre la información de que “puede estar” ocurriendo un delito federal o una amenaza a la seguridad nacional. Solo después de que se lleva a cabo una investigación preliminar se puede abrir una investigación completa, siempre que exista “una base fáctica articulable para la investigación” que indique que el delito o amenaza puede estar ocurriendo y que una investigación “puede obtener información relacionada con la actividad”.
El 31 de julio de 2016, solo tres días después de recibir la información de Australia, el entonces funcionario del FBI Peter Strzok abrió una investigación completa conocida como Crossfire Hurricane sobre Papadopoulos y sobre otros tres funcionarios de la campaña de Trump. Strzok ha dicho que el entonces subdirector del FBI, Andrew McCabe, luego despedido por mentir, le ordenó que abriera la investigación. Strzok ha expresado animosidad contra Trump en múltiples ocasiones, incluso diciendo en un mensaje de texto: “Evitaremos” que Trump se convierta en presidente.
El Crossfire Hurricane se abrió para ver si las personas asociadas con la campaña de Trump estaban «al tanto y/o coordinando actividades con el gobierno de Rusia».
Los funcionarios del FBI han defendido la apertura rápida de la investigación completa al señalar cómo Rusia posiblemente estuvo conectada con los materiales hechos públicos por WikiLeaks y los intentos de Rusia de interferir con las elecciones de 2016. Trump dijo durante un evento de campaña que esperaba que Rusia pudiera encontrar correos electrónicos perdidos.
La oficina de Durham obtuvo pruebas que mostraban que McCabe y otros funcionarios de la sede del FBI en Washington apoyaron unánimemente la apertura de la investigación y que no había señales de que consideraran abrir una evaluación o investigación preliminar.
Abrir una investigación completa pone a disposición ciertas herramientas, incluida la capacidad de espiar a los estadounidenses. El FBI pronto trató de obtener órdenes de espionaje para Papadopoulos y Carter Page, otro trabajador de la campaña. No obtuvieron permiso para espiar a Papadopoulos. Tuvieron éxito con Page después de incluir alegaciones del expediente de Christopher Steele, financiado por la campaña de Hillary Clinton, en la solicitud.
Durham le dijo al Congreso que el FBI «estaba demasiado dispuesto a aceptar y utilizar investigaciones de la oposición coordinadas y financiadas políticamente, como el expediente Steele» y que la oficina se basó en el expediente a pesar de saber que probablemente había material respaldado por el oponente político de Trump, incluso después de que el presidente Barack Obama y otros recibieron información de inteligencia de que la campaña de Clinton estaba trabajando para “provocar un escándalo que vincula a Trump con Rusia”.
Michael Horowitz, el inspector general del Departamento de Justicia, dijo en 2019 que el FBI estaba justificado al abrir una investigación completa.
El entonces fiscal general William Barr, quien luego nombró a Durham, no estuvo de acuerdo.
“El informe del inspector general ahora deja en claro que el FBI inició una investigación intrusiva a una campaña presidencial de EE.UU. sobre la más mínima sospecha que, en mi opinión, fue insuficiente para justificar los pasos tomados”, dijo Barr en ese momento.
A diferencia de varios casos similares que involucran a Clinton, el FBI decidió no informar al equipo de Trump antes de abrir la investigación. William Priestap, quien aprobó la apertura del caso, dijo que la sesión informativa habría tenido el riesgo de que “si alguien en la campaña estuviera involucrado con los rusos, muy probablemente cambiaría sus tácticas y/o trataría de encubrir de algún modo sus actividades, impidiendo así que encontremos la verdad”.
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