Una coalición cada vez mayor de republicanos de la Cámara de Representantes y el Senado se unificó en torno a una estrategia legislativa de dos pasos destinada a impulsar la agenda de seguridad fronteriza y política fiscal del presidente electo Donald Trump en el nuevo Congreso.
En una carta dirigida al próximo líder de la mayoría en el Senado, John Thune (R-S.D.), y al presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (R-La.), un grupo de 29 legisladores republicanos delineó un proceso de reconciliación en dos etapas para lograr la rápida aprobación de medidas de seguridad fronteriza y política fiscal que cumplan las promesas de campaña de Trump.
Firmada por republicanos destacados, incluyendo los senadores Lindsey Graham (R-S.C.), Marsha Blackburn (R-Tenn.) y Rick Scott (R-Fla.); y los representantes Lauren Boebert (R-Colo.) y Chip Roy (R-Texas), la carta refleja una coalición más amplia que los de los miembros del Freedom Caucus de la Cámara para impulsar un proceso de reconciliación en dos vías que avance la agenda de Trump en el próximo 119° Congreso.
Los republicanos planean acelerar sus propuestas mediante la reconciliación presupuestaria, un proceso que evita el obstruccionismo del Senado y requiere solo 50 votos para los proyectos de ley relacionados con el presupuesto, en lugar del umbral habitual de 60 votos. Con una mayoría de 53-47 en el Senado, este mecanismo se considera crucial para impulsar rápidamente las prioridades de Trump. La carta que indica el creciente apoyo al proceso de dos pasos surge en medio de algunas divisiones republicanas sobre la viabilidad de avanzar múltiples paquetes legislativos importantes a través de la reconciliación en un solo año.
La coalición de republicanos de la Cámara y el Senado indicó que la financiación de la seguridad fronteriza debería ser la primera prioridad legislativa, seguida de la extensión de los recortes fiscales de la era Trump, que vencen a finales de 2025. Estas prioridades, afirmaron, responden a la victoria decisiva de Trump en las elecciones de noviembre y su promesa a los votantes.
«Una de esas promesas fue asegurar nuestras fronteras y restaurar la integridad del sistema migratorio de nuestra nación después de cuatro años de políticas de fronteras abiertas del presidente Biden», escribieron. «Por eso creemos que es fundamental priorizar la pronta aprobación de un proyecto de ley de reconciliación centrado en la seguridad fronteriza».
Los legisladores proponen un paquete de seguridad fronteriza que proporcionaría cuatro años de financiación para completar y reforzar el muro fronterizo iniciado durante el primer mandato de Trump, contratar miles de empleados adicionales para Protección Fronteriza, Inmigración y Control de Aduanas, y ampliar las instalaciones de detención y retención temporal.
La propuesta también incluye medidas para fomentar la autodeportación de inmigrantes indocumentados mediante importantes sanciones económicas. Además, restringe el acceso de los no ciudadanos a los beneficios sociales financiados por los contribuyentes.
Citando la responsabilidad fiscal, los legisladores quieren que el proyecto de ley fronterizo se compense totalmente con recortes obligatorios del gasto e incluya medidas de reducción del déficit. Estas medidas irían más allá de cualquier reducción del gasto que Trump planee implementar mediante acciones ejecutivas.
El segundo proyecto de ley de reconciliación se centraría en evitar el vencimiento de los recortes fiscales de Trump el 1 de enero de 2026, a los que los republicanos atribuyen el impulso del crecimiento económico. La propuesta incluye reformas del gasto, la derogación de los créditos fiscales ecológicos establecidos en la Ley de Reducción de la Inflación, y una estimación de 2.5 billones de dólares en recortes de gastos que la iniciativa del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), dirigida por Elon Musk y Vivek Ramaswamy, identificará como «necesarios para restaurar la salud fiscal de la nación».
La coalición de legisladores reconoció las dificultades de aprobar dos grandes proyectos de ley de reconciliación en un solo año, citando la estrecha mayoría republicana en la Cámara y los obstáculos procedimentales que plantea el obstruccionismo en el Senado. Se comprometieron a trabajar estrechamente con los líderes de los partidos para conseguir el apoyo necesario para aprobar ambos paquetes.
La última vez que el Congreso aprobó más de una ley de reconciliación en un año fue en 1997.
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