El presidente Joe Biden dijo el jueves que Estados Unidos y sus aliados internacionales han decidido no aislar a Rusia del sistema de pagos internacionales SWIFT como castigo por invadir Ucrania, aunque la medida se ha dejado sobre la mesa como último recurso en caso de que la situación se intensifique.
Biden dijo en una conferencia de prensa el 24 de febrero que Rusia no sería excluida de SWIFT, el sistema de mensajería que utilizan los bancos para liquidar pagos transfronterizos y que es un mecanismo clave para financiar el comercio internacional.
El presidente dijo que las sanciones impuestas a cinco bancos rusos en respuesta a la invasión a Ucrania fueron al menos tan duras como un corte de SWIFT.
“Siempre es una opción”, dijo Biden sobre la prohibición. “Pero en este momento, esa no es la posición que el resto de Europa desea tomar”.
Los comentarios de Biden se produjeron luego que las fuerzas rusas empezaron a invadir Ucrania, invasión que Vladimir Putin denominó una “operación militar especial” para desmilitarizar y neutralizar a Ucrania como una supuesta amenaza alineada con la OTAN. Los líderes occidentales han denunciado la acción militar de Putin como un acto de agresión sin fundamento.
Si bien los líderes occidentales acordaron una serie de duras sanciones punitivas, están divididos sobre el hecho de aislar a Rusia de SWIFT, una medida que restringiría el acceso de Rusia a los mercados financieros globales.
Una prohibición de SWIFT dificultaría que las empresas rusas cobren por los bienes que exportan a otros países y les resultaría más difícil invertir en el extranjero o pedir prestado a prestamistas extranjeros.
El financiero y activista Bill Browder, quien presionó para que el Congreso aprobara la Ley Magnitsky, una medida para castigar a los violadores de derechos humanos en Rusia, dijo a The Independent que sacar a Rusia de SWIFT sería “lo único que realmente cambiaría el cálculo de Putin”.
Pero eliminar a Rusia de SWIFT también dificultaría que los compradores extranjeros de petróleo y gas rusos liquidaran transacciones, lo que podría impulsar los precios de la energía al alza. Las discusiones en torno a la prohibición se producen en un momento de elevadas presiones inflacionarias en muchas de las economías del mundo, impulsadas en gran parte por el aumento de los precios de la energía.
Según se informa, el primer ministro británico, Boris Johnson, presionó mucho para persuadir a otros líderes del G7 en una llamada del jueves para sacar a Rusia de SWIFT, aunque enfatizó la necesidad de que los líderes occidentales presenten un frente unido sobre las sanciones, según un informe del Financial Times.
Alemania y Francia están entre los reacios. El canciller alemán, Olaf Scholz, dijo el jueves que la prohibición de SWIFT debería reservarse como una opción nuclear si la situación empeora, mientras que el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, dijo el viernes que el corte de SWIFT seguía considerándose, pero solo como último recurso.
“Es muy importante que acordemos las medidas que se han preparado y mantengamos todo lo demás para una situación en la que sea necesario ir más allá”, dijo Scholz a los periodistas cuando llegó a una cumbre de emergencia en Bruselas, Bélgica, para discutir la respuesta de la Unión Europea a la invasión rusa.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, escribió un tuit feroz sobre la renuencia de los líderes occidentales a sacar a Rusia de SWIFT.
“No seré diplomático en esto”, escribió. “Todos los que ahora duden de si se debe prohibir a Swift en Rusia deben entender que la sangre de hombres, mujeres y niños ucranianos inocentes también estará en sus manos. PROHIBIR A RUSIA EN SWIFT.”
Los llamados para sacar a Rusia de SWIFT no son nuevos, ya que el Reino Unido presionó a los líderes europeos para que consideraran la medida cuando Rusia invadió Crimea en 2014.
En 2019, el entonces primer ministro de Rusia, Dmitry Medvedev, dijo que excluir a Rusia de SWIFT equivaldría a una gran escalada, equivalente a una «declaración de guerra».
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