El FBI continuó abusando del programa secreto que surgió con la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera, incluyendo la búsqueda de información sobre personas que habían acudido a la oficina para denunciar que eran víctimas de un delito, según muestra un documento recientemente desclasificado.
Un especialista en información del FBI, entre el 11 de abril de 2019 y el 8 de julio de 2019, realizó aproximadamente 124 consultas de información obtenida a través de métodos secretos bajo la ley, o FISA, que permite la vigilancia sin orden judicial de extranjeros fuera de Estados Unidos.
La vigilancia puede y ha sido utilizada para obtener en última instancia información sobre estadounidenses.
Las búsquedas incluyeron la búsqueda de información de personas que habían solicitado participar en una academia de ciudadanos dirigida por el FBI, un programa para líderes locales diseñado para fomentar una mayor comprensión del papel de las fuerzas de seguridad, y de personas que necesitaban entrar en la oficina de campo en la que estaba el trabajador del FBI para realizar un trabajo, como una reparación, informó el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera en el documento recién publicado.
En otros casos, las personas que entraron en la oficina de campo, que no fue identificada, para denunciar que eran víctimas de un delito fueron sometidas a la búsqueda de antecedentes.
En otro ejemplo que preocupó al juez jefe del tribunal, James Boasberg, un funcionario del grupo de trabajo del FBI realizó 69 consultas que no se ajustaban a las normas internas de la agencia sobre cómo realizar las búsquedas.
«El Tribunal sigue preocupado por las prácticas de consulta del FBI que implican términos de consulta de personas estadounidenses, incluyendo (1) la aplicación de la norma sustantiva para realizar consultas; (2) las consultas que están diseñadas para recuperar pruebas de delitos que no son información de inteligencia extranjera; y (3) los requisitos de mantenimiento de registros y documentación», escribió Boasberg.
El gobierno también informó de numerosos incidentes en los que las consultas que involucraban a estadounidenses estaban diseñadas para devolver pruebas de un delito completamente ajeno a la inteligencia extranjera sin obtener una orden del tribunal. Los mismos problemas se encontraron el año anterior, «lo que sugiere que probablemente se hayan producido violaciones similares en todo el FBI».
El resumen de Boasberg sobre el uso de la FISA por parte del FBI fue redactado el 18 de noviembre de 2020, pero acaba de hacerse público esta semana.
Varios trabajadores del FBI han abusado repetidamente del sistema que les permite examinar la inteligencia obtenida en virtud de la FISA, según han demostrado reportajes y análisis anteriores.
El tribunal descubrió en 2018 que el personal del buró buscó indebidamente en una amplia base de datos de vigilancia extranjera decenas de miles de números de teléfono y direcciones de correo electrónico que incluían aquellos pertenecientes a estadounidenses.
Además, una revisión de las solicitudes de órdenes judiciales para espiar a Carter Page, un antiguo asociado del expresidente Donald Trump, descubrió 17 errores u omisiones significativas.
Finalmente, Boasberg ordenó al FBI que renovara los procedimientos que usa con arreglo a la ley FISA y la oficina ha introducido cambios como añadir en los formularios de solicitud de órdenes judiciales si el objetivo de la vigilancia era una fuente gubernamental, renovar la formación sobre cómo usar el sistema y modificar una lista de comprobación utilizada para investigar las fuentes confidenciales.
Los procedimientos actualizados de selección de objetivos se presentaron al tribunal el año pasado.
En unas declaraciones enviadas por correo electrónico a The Epoch Times, un alto funcionario del FBI dijo que la oficina implementó una serie de cambios en diciembre de 2019, incluyendo el despliegue de la formación actualizada a todo el personal que tiene acceso a la información ilimitada de la vigilancia FISA.
La mayoría de los incidentes de incumplimiento a los que se hace referencia en el informe recién publicado ocurrieron antes de la implementación de los cambios del FBI, añadió el funcionario. Boasberg afirmó lo mismo en el informe.
A falta de pruebas que demuestren lo contrario y bajo las circunstancias únicas derivadas de la COVID-19, se sigue determinando que los procedimientos del FBI cumplen con la legalidad y los requisitos de la Cuarta Enmienda, decidió el juez.
«Aunque el tribunal está preocupado por las aparentes violaciones generalizadas de la norma de consulta (…) carece de información suficiente en este momento para evaluar la idoneidad de los cambios en el sistema y la formación del FBI, después de su aplicación», escribió.
El buró señaló que Boasberg apoyó en general al FBI y aprobó la solicitud de reautorización del buró para seguir utilizando el sistema FISA.
Boasberg, nominado por Obama, es el juez que en enero condenó al exabogado del FBI Kevin Clinesmith —que admitió haber alterado un correo electrónico para ocultar que Carter Page era un activo de la CIA— a una pena de libertad condicional, sin pasar por la cárcel.
Varios destacados miembros demócratas y republicanos de los comités de Inteligencia de la Cámara de Representantes y del Senado no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre el informe recién publicado.
Jake Laperruque, asesor principal del Project On Government Oversight, escribió en Twitter que los nuevos documentos muestran que el FBI ha estado llevando a cabo las llamadas búsquedas por la puerta trasera en personas «para realizar tareas de policía doméstica» sin recibir la aprobación obligatoria del tribunal.
«Esencialmente, esto significa que el FBI pudo llevar a cabo búsquedas domésticas sin orden judicial, sin la aprobación del Tribunal FISA que se suponía debía obtener, en el mejor de los casos porque el personal era descuidado, en el peor porque el uso de la configuración predeterminada daba lugar a que se permitiera el rechazo [de la aprobación FISA] para [cometer] un abuso», añadió.
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