El plan doble de la campaña de Clinton para crear la narrativa de la colusión entre Trump y Rusia

Por Jeff Carlson y Hans Mahncke
26 de febrero de 2022 1:59 PM Actualizado: 26 de febrero de 2022 1:59 PM

Análisis de noticias

En octubre de 2016, Wikileaks hizo público un intercambio de correos electrónicos poco conocido en el que participaban la directora de comunicaciones de Clinton, Jennifer Palmieri, y el estratega demócrata Joel Johnson. El intercambio, con fecha del 26 de febrero de 2016, revelaba la existencia de un proyecto «Swift Boat» —término político utilizado para las campañas de desprestigio— de la campaña de Clinton dirigido al entonces candidato presidencial Donald Trump. En ese momento, el correo electrónico fue ignorado en gran medida, pero recientemente ha adquirido nueva relevancia a través de las revelaciones en los archivos judiciales del abogado especial John Durham.

Parece que los planes de la campaña de Clinton giraban en torno a dos frentes principales dirigidos a Trump. El primero y más conocido elemento de ese proyecto involucraba a Fusion GPS y al autor del dossier sobre Trump y exespía del MI6, Christopher Steele. El otro elemento implica los esfuerzos del abogado de la campaña de Clinton, Michael Sussmann, y su uso de datos que fueron aprovechados por el ejecutivo de tecnología Rodney Joffe y un equipo de operativos de TI. El año pasado, Sussmann saltó a la fama cuando fue acusado por Durham de mentir al FBI en relación con su papel en la entrega de los datos de Joffe al FBI.

La estrategia de dos frentes comenzó a tomar forma en la primavera de 2016, y esos planes paralelos acabarían por fusionarse a finales de julio de 2016, justo dos días antes de que el FBI abriera su investigación sobre la campaña de Trump.

Proyecto «Swift Boat» contra Trump

El 26 de febrero de 2016, el exasesor de Bill Clinton, Joel Johnson, le preguntó a Palmieri en un correo electrónico: «¿Quién estaba a cargo del proyecto de swift boat [ataque político] de Trump?». Palmieri respondió sarcásticamente: «Vaya. Gracias, Joel. Pensamos que podíamos dejarlo a medias. Vamos a discutirlo».

No se sabe qué medidas tomó la campaña de Clinton en los dos meses que siguieron al intercambio de correos electrónicos. En ese momento, Trump aún no había ganado la nominación republicana. Sin embargo, a mediados de abril de 2016, cada vez estaba más claro que Trump sería el oponente de Clinton en las elecciones generales.

El 19 de abril de 2016, Trump contrató a Paul Manafort como su director de convención. Manafort, que era conocido por ser exasesor del destituido presidente ucraniano Viktor Yanukovich, se convertiría en el director de campaña de Trump dos meses después.

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Paul Manafort sale del Tribunal Federal E. Barrett Prettyman en Washington, el 28 de febrero de 2018. (Drew Angerer/Getty Images)

Las victorias de Trump en las primarias y la contratación de Manafort coincidieron con la decisión, a finales de abril, de la campaña de Clinton de contratar a Fusion GPS, una firma de operarios políticos dirigida por el exempleado del Wall Street Journal Glenn Simpson.

Por esas mismas fechas, el 28 de abril de 2016, Amy Dacey, directora general del Comité Nacional Demócrata (DNC), alertó a Sussmann, que también es especialista en ciberseguridad, del posible hackeo de la red informática del DNC. A su vez, Sussmann se puso en contacto con Shawn Henry, de Crowdstrike, una empresa informática especializada en ciberseguridad. Se desconoce por qué el primer punto de contacto de Dacey fue Sussmann y no una empresa informática.

El 3 de mayo de 2016, Trump ganó las primarias de Indiana y se convirtió en el posible candidato del Partido Republicano.

Ese mismo día, la operadora demócrata ucraniana-estadounidense Alexandra Chalupa envió un correo electrónico al DNC y afirmó que tenía la intención de compartir información sensible sobre Paul Manafort «al margen», incluyendo «un gran componente de Trump… que llegará en [sic] las próximas semanas». Manafort dejaría la campaña de Trump unos meses más tarde después de que The New York Times afirmara que el nombre de Manafort había aparecido en un libro de contabilidad escrito a mano en Ucrania en relación con pagos secretos en efectivo. Más tarde se dijo que el libro de contabilidad había sido fabricado.

El plan se puso en marcha justo después de que Trump se convirtiera en posible candidato

Según los archivos judiciales de Durham, el 4 de mayo de 2016, el día después de que Trump se convirtiera en el presunto candidato del Partido Republicano, un grupo cibernético que trabajaba a través de Sussmann y Joffe comenzó a recopilar y organizar datos que luego se utilizarían para crear la falsa apariencia de un vínculo entre la Organización Trump y el Alfa Bank ruso. Ese presunto vínculo sería utilizado posteriormente por la campaña de Clinton para impulsar la narrativa de que Trump tenía vínculos con el Kremlin. Cabe destacar que la recopilación de datos se completó el 29 de julio de 2016, el mismo día en que los agentes de Clinton de ambos frentes de su ataque planeado contra Trump se reunieron en Washington.

A mediados de mayo de 2016, poco después de que el grupo cibernético de Sussmann comenzara a extraer datos sobre Trump, Fusion GPS contrató a Steele para que escribiera el dossier Steele. Según relató posteriormente Simpson en su libro «Crime in Progress», «le dijo a Steele que Fusion había estado investigando a Trump durante unos ocho meses en nombre de un cliente no identificado. Ese trabajo había terminado, pero había aparecido un nuevo cliente que tenía mucho dinero». Ese cliente era la campaña de Clinton.

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Los asesores de Clinton Jake Sullivan (I), Nick Burns (2I) y John Podesta (2D) esperan con el presidente de la campaña de Clinton, la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton para una reunión con el presidente ucraniano Petro Poroshenko el 19 de septiembre de 2016 en Nueva York. (Brendan Smialowski/AFP/Getty Images)

Steele encargó a su principal subfuente, Igor Danchenko, que recopilara historias despectivas sobre Trump que pudieran utilizarse en el dossier. Danchenko fue enviado a Moscú a mediados de junio, donde pasó el tiempo chismeando con viejos amigos mientras tomaban una copa. Esos amigos se convirtieron en fuentes involuntarias para el dossier. Estas mismas personas se han presentado desde entonces como parte de la demanda por difamación de Alfa Bank contra Simpson y Fusion GPS para testificar bajo juramento que no tenían ninguna información sobre Trump y que nunca hablaron con Danchenko sobre Trump.

Como Durham ha revelado en los archivos judiciales, la verdadera fuente de varias de las historias del dossier, incluyendo una historia sobre Manafort, era el operador de Clinton Charles, Dolan. Danchenko ocultó este hecho al FBI, según Durham. En noviembre de 2021, Durham acusó a Danchenko de mentir al FBI sobre sus fuentes.

Aunque Dolan, según Durham, dio a Danchenko historias que aparecieron en el dossier y ayudó a Danchenko a obtener un visado (presuntamente para permanecer en Estados Unidos), no se sabe mucho sobre su papel más amplio en el proyecto del ataque político de Clinton. Dolan y los Clinton se remontan a muchas décadas atrás, ya que Dolan formó parte del comité exploratorio presidencial de Bill Clinton y fue director del estado de Virginia en sus campañas de 1992 y 1996. Dolan también fue asesor de la primera candidatura presidencial de Hillary Clinton en 2008. En particular, Dolan fue asesor principal del gobierno ruso entre 2006 y 2014.

El primer informe de Steele —que no solo contenía la famosa acusación de una supuesta grabación en video de Donald Trump en una situación comprometedora con prostitutas en una habitación de un hotel rusa, sino que también sembró la narrativa de la colusión— se publicó el 20 de junio de 2016.

Después de que Steele recopilara sus informes iniciales, comenzó a ponerse en contacto con el FBI a través de Michael Gaeta, un agente del FBI y agregado legal adjunto en la Embajada de Estados Unidos en Roma. Gaeta, que era director de Steele en el FBI, conocía a Steele desde 2010. A petición de Steele, los dos hombres se reunieron en Londres el 5 de julio de 2016. Para realizar este viaje, Gaeta pidió permiso a Victoria Nuland, entonces subsecretaria de Estado. En algún momento a principios de julio, Steele o Gaeta le pasaron a Nuland los primeros informes del dossier de Steele. Nuland dijo más tarde que estos documentos fueron transmitidos tanto a la dirección del FBI como al entonces secretario de Estado John Kerry.

Gaeta, que recibiría informes adicionales de Steele a mediados de julio y agosto de 2016, envió un correo electrónico a un supervisor del FBI el 28 de julio de 2016, señalando que Steele le había informado personalmente  que los informes de Steele podrían estar ya circulando a un «alto nivel» en Washington, D.C.

La campaña de Clinton invoca la injerencia rusa

El 24 de julio de 2016, el director de la campaña de Clinton, Robbie Mook, sugirió públicamente por primera vez que Rusia estaba ayudando de alguna manera a Trump. Mook afirmó en una entrevista con Jake Tapper de CNN que el gobierno ruso estaba detrás de la publicación de correos electrónicos del DNC. Esos correos electrónicos mostraban, en parte, que altos funcionarios del DNC habían estado socavando al candidato demócrata, el senador Bernie Sanders.

Mook se negó a abordar las alegaciones de Sanders, y en su lugar dijo a Tapper que «los expertos dicen ahora que los rusos están publicando estos correos electrónicos con el propósito de ayudar realmente a Donald Trump», Mook afirmó que «esta no es mi afirmación. Hay un número de expertos que están afirmando esto. … Eso es lo que nos dicen los expertos». Pero Mook no se refirió a quiénes podrían ser esos supuestos «expertos». Tampoco explicó la fuente de su supuesta información.

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Robby Mook, director de campaña de la candidata presidencial demócrata, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, habla a bordo del avión de campaña mientras viaja a Cedar Rapids, Iowa, el 28 de octubre de 2016. (Justin Sullivan/Getty Images)

Dos días después de que Mook invocara a Rusia, el 26 de julio de 2016, Clinton ganó la nominación presidencial demócrata. Según los documentos publicados por el Director de Inteligencia Nacional, John Ratcliffe, el 6 de octubre de 2020, el mismo día en que ganó la nominación, Clinton presuntamente aprobó una propuesta de «uno de sus asesores de política exterior» para «difamar a Donald Trump suscitando un escándalo en el que se afirmaba la injerencia de las fuerzas de seguridad rusas»: la calumnia de la colusión Trump-Rusia. Se rumorea que ese asesor de política exterior es el actual asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, que en ese momento era el asesor principal de política exterior de la campaña de Clinton.

Inmediatamente después de la presunta aprobación de Clinton, Steele se apresuró a presentar su memorándum 95 sin fecha —escrito alrededor del 27 de julio de 2016— en el que se alegaba «una conspiración bien desarrollada de cooperación» entre los asociados de Trump y el Kremlin. El memorándum de Steele, que coincidía con la base del plan de la campaña de Clinton, también afirmaba que un asociado desconocido de Trump había admitido que el Kremlin estaba detrás de la publicación de los correos electrónicos del DNC.

El 28 de julio de 2016, el director de la CIA, John Brennan, informó al presidente Barack Obama sobre el plan de Clinton del 26 de julio —incluyendo la intención de su campaña de vincular a Trump con la interferencia electoral rusa— «como medio de distraer al público de su uso de un servidor de correo electrónico privado». El director del FBI, James Comey, también podría haber estado en esta reunión, ya que las notas manuscritas de Brennan, ahora desclasificadas, afirman que «JC» estuvo en esta reunión.

Los dos frentes convergen

El día después de que Brennan informara a Obama, se unieron las dos vertientes de la campaña de desprestigio de la campaña de Clinton: el trabajo de Joffe y Fusion con Steele. En una reunión que tuvo lugar en las oficinas de Perkins Coie el 29 de julio de 2016, Sussmann y su colega abogado de Perkins, Marc Elias, se reunieron con los directores de Fusion GPS, incluido el propietario Glenn Simpson y Steele, según la acusación de Durham.

Según la acusación de Durham contra Sussmann, el momento de esta reunión en Perkins coincide perfectamente con la finalización de la recopilación de datos de Sussmann y Joffe el 29 de julio de 2016.

John Durham habla en una conferencia en New Haven, Connecticut, el 20 de septiembre de 2018. (Cortesía de la Oficina del Fiscal Federal para el Distrito de Connecticut)

Steele había dicho previamente ante un tribunal británico que Sussmann le informó en esta reunión de las alegaciones de Alfa Bank, declarando: «Tengo muy claro es [sic] que la primera persona que mencionó el asunto del servidor de Trump, el asunto del servidor Alfa, fue el señor Sussman [sic]». Steele también testificó que recibió instrucciones del cofundador de Fusion GPS, Simpson, para incluir esta información en uno de sus propios informes del dossier. Steele, que en repetidas ocasiones escribió informes personalizados para Fusion GPS, mencionó a Alfa Bank en un informe del 14 de septiembre de 2016.

Tras la reunión en las oficinas de Perkins Coie, Steele preparó al día siguiente un nuevo memorándum para su dossier, que alegaba falsamente un esfuerzo ruso de ocho años para preparar a Trump.

La proximidad de estos acontecimientos, en particular la reunión informativa de Brennan con Obama, son significativos porque se produjeron solo días antes de que el FBI abriera oficialmente su investigación Crossfire Hurricane sobre los vínculos entre la campaña de Trump y Rusia.

Esa investigación del FBI presuntamente se abrió el 31 de julio de 2016, después de que el embajador australiano en Londres, Alexander Downer, diera a la embajada de Estados Unidos una pista sobre el asesor de política exterior de Trump, George Papadopoulos.

Según Downer, él y Papadopolous se habían reunido en mayo de 2016 cuando Papadopoulos supuestamente hizo una sugerencia de que Rusia podría tener información despectiva sobre Hillary Clinton que podría ayudar a Trump. Ese rumor ya era conocido en ese momento y había sido compartido por el juez Andrew Napolitano en Fox News el 9 de mayo de 2016, el día antes de que Downer se reuniera con Papadopoulos.

George Papadopoulos
El exasesor de la campaña de Trump, George Papadopoulos, en los estudios de Fox News en Nueva York el 26 de marzo de 2019. (Noam Galai/Getty Images)

Downer confirmó más tarde en una entrevista de 2019 en la televisión australiana que Papadopoulos no dijo nada fuera de lo normal. Pero a pesar de lo poco sólido de las declaraciones de Papadopoulos, el FBI utilizó la información de Downer como pretexto para abrir una investigación formal sobre la campaña de Trump.

En las semanas que siguieron a la apertura de la investigación Crossfire Hurricane del FBI, el director de la CIA, Brennan, tomaría una serie de acciones que parecen haber tenido la intención de reforzar activamente la premisa básica detrás del plan de Clinton: que Rusia estaba interfiriendo en las elecciones para ayudar a Trump.

Brennan impulsa la colusión Trump-Rusia a pesar de conocer los planes de Clinton para desprestigiar a Trump

Las dos vertientes del ataque contra Trump habían sido ahora fusionadas por los jefes de la comunidad de inteligencia en una sola lanza unificada que incorporaba las agencias gubernamentales y la acción del gobierno.

Una de las primeras acciones de Brennan tuvo lugar el 4 de agosto de 2016, cuando Brennan advirtió repentinamente al jefe del FSB de Rusia, Alexander Bortnikov, que no participara en la interferencia electoral de Estados Unidos. Al parecer, Bortnikov negó rotundamente cualquier implicación rusa pero «dijo que llevaría la preocupación de Brennan al presidente ruso Vladimir Putin». Brennan afirmó más tarde que «fue el primer funcionario de EE. UU. en confrontar a Rusia en este asunto».

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El exdirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, John Brennan, testifica ante el Comité Permanente Selecto de Inteligencia de la Cámara de Representantes en el Capitolio, el 23 de mayo de 2017 en Washington, DC. (Alex Wong/Getty Images)

Según el testimonio de Brennan ante el Congreso del 23 de mayo de 2017, a continuación comenzó una serie de sesiones informativas para el Grupo de los Ocho del Congreso —los líderes de la mayoría y la minoría de cada cámara del Congreso, así como los presidentes y los miembros de la minoría de mayor rango de los Comités de Inteligencia. Brennan declaró que, «en consulta con la Casa Blanca, informé personalmente a los líderes del Congreso de todos los detalles de nuestro conocimiento de los intentos rusos de interferir en las elecciones». Brennan dijo que estas reuniones informativas, que se hicieron individualmente, en lugar de en grupo, tuvieron lugar entre el 11 de agosto y el 6 de septiembre de 2016.

El mensaje que Brennan transmitió a estos miembros del Congreso fue notablemente similar a los detalles esbozados en el presunto plan de la campaña de Clinton para desprestigiar a Trump. Según el testimonio de Brennan, dijo a cada uno de los miembros de la Banda de los Ocho que «los objetivos de Rusia eran socavar la fe pública en el proceso democrático de Estados Unidos, denigrar a la secretaria Clinton y perjudicar su posibilidad de ser elegida y su potencial presidencia. Y ayudar a las posibilidades electorales del presidente Trump».

En ningún momento durante el testimonio de Brennan planteó el plan de la campaña de Clinton para denigrar al candidato Trump y no se ha presentado ninguna prueba que indique que informó a los miembros de la Banda de los Ocho del presunto plan.

Una convergencia de afirmaciones sobre la colusión con Rusia

Tras recibir su información de Brennan, el entonces líder demócrata Harry Reid envió una carta el 27 de agosto de 2016 al director del FBI, James Comey, en la que afirmaba que «las pruebas de una conexión directa entre el gobierno ruso y la campaña de Donald Trump siguen aumentando», pedía una investigación pública sobre el asunto y solicitaba que la investigación se completara antes de las elecciones presidenciales de noviembre.

Tres días después, el 30 de agosto, los demócratas de la Cámara de Representantes escribieron a Comey pidiéndole que investigara la colusión entre Trump y Rusia en el contexto del supuesto hackeo del DNC. Su carta pedía a Comey que investigara si «las conexiones entre los funcionarios de la campaña de Trump y los intereses rusos pueden haber contribuido a estos ataques con el fin de interferir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos».

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El exdirector de la Oficina Federal de Investigación James Comey, habla a través de un monitor de televisión durante una audiencia en el Capitolio en Washington el 30 de septiembre de 2020. (Stefani Reynolds/Pool/Getty Images)

Mientras los demócratas avanzaban en la divulgación de las afirmaciones de Brennan, Hillary Clinton acusó públicamente a Rusia de interferir en las elecciones estadounidenses el 5 de septiembre de 2016, dando a entender que Putin «veía una victoria de Donald J. Trump como un acontecimiento desestabilizador que debilitaría a Estados Unidos y reforzaría los intereses rusos».

El 7 de septiembre de 2016, dos días después de las afirmaciones públicas de Clinton sobre la injerencia rusa, la CIA de Brennan envió un memorando sobre el plan de la campaña de Clinton para difamar a Trump al director del FBI Comey y al subdirector de la división de contrainteligencia, Peter Strzok. En el momento en que se envió el memorándum de la CIA, Crossfire Hurricane del FBI estaba muy avanzado. En lugar de abrir una investigación sobre la campaña de Clinton, el FBI continuó sin inmutarse con su investigación sobre la campaña de Trump.

El informe de Brennan a Obama y su memorándum en el que informaba al FBI de los planes de Clinton parecen ser las únicas veces que Brennan planteó la cuestión del plan de Clinton. Como se ha señalado anteriormente, las notas manuscritas de Brennan también demuestran la posibilidad de que Comey estuviera presente durante la sesión informativa de Brennan a Obama del 28 de julio, pero no se sabe con certeza.

Las acusaciones de Sussmann sobre Alfa Bank

Una semana después del memorando de Brennan al FBI, Steele preparó una secuencia de tres memorandos, todos ellos con fecha del 14 de septiembre de 2016. Uno de los tres memorandos hacía referencia al Alfa Bank ruso, escrito erróneamente como «Alpha» en su memorando. Ese mismo día, según la acusación de Durham, Sussmann se reunió personalmente con Joffe en las oficinas de Perkins Coie.

Al día siguiente, Marc Elias intercambió correos electrónicos con tres asesores de Clinton —el director de comunicaciones Palmieri, el director de campaña Mook y el asesor de política exterior Sullivan— sobre las acusaciones de Alfa Bank. Según la acusación de Durham contra Sussmann, esta misma información había sido compartida recientemente por Sussmann con The New York Times.

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El exagente de inteligencia británico Christopher Steele en Londres, Reino Unido, el 24 de julio de 2020. (Tolga Akmen/AFP vía Getty Images)

Cuatro días después, el 19 de septiembre de 2016, Sussmann mantuvo una reunión privada con James Baker, el abogado general del FBI. Sussmann proporcionó a Baker una gran cantidad de datos, incluyendo documentación técnica y varias memorias USB, diciéndole a Baker que había sido contactado por «múltiples expertos cibernéticos» en relación con las acusaciones de Alfa Bank.

El FBI descartó los datos a los pocos días. Según los correos electrónicos entre el grupo de Sussmann citados por Durham, Joffe era plenamente consciente de que cualquier persona con los conocimientos técnicos necesarios desecharía los datos como algo sin sentido. Uno de los técnicos del grupo de Sussmann calificó en privado la alegación del canal secreto de comunicaciones como «una pista falsa». Otro participante añadió que «lo único que nos mueve en este momento es que simplemente no nos agrada [Trump]».

Aunque no se sabe por qué Sussmann y Joffe procedieron a entregar datos tan poco sólidos al FBI, su objetivo puede no haber sido iniciar una investigación exhaustiva del FBI. En cambio, puede que simplemente quisieran dar un gancho a los medios de comunicación al poder afirmar que los datos estaban siendo examinados por el FBI. Esto se alinearía con el hecho de que, en agosto de 2016, Sussmann y Joffe estaban en contacto con Fusion GPS, que parece haber sido el medio operativo para coordinar la estrategia mediática del ataque por dos frentes de la campaña de Clinton.

Sussmann está acusado de haber mentido al FBI sobre quién era realmente su cliente. Afirmó no representar a ningún cliente cuando, en realidad, Sussmann trabajaba para la campaña de Clinton, algo que Durham pudo demostrar a través de los registros de facturación.

La ICA de Brennan se convierte en la piedra angular del discurso mediático sobre la colusión con Rusia

Al mismo tiempo que Sussmann se reunía con el FBI, Steele recibía instrucciones de Fusion GPS para reunirse con los medios de comunicación, incluidos The New York Times, The Washington Post y Yahoo News, que fueron informados verbalmente por Steele sobre su expediente.

Fue durante este período, a instancias de Brennan, que la Comunidad de Inteligencia comenzó sus esfuerzos para construir una narrativa de que Rusia estaba interfiriendo en las elecciones de 2016. El 7 de octubre de 2016, la comunidad de inteligencia emitió una declaración conjunta que afirmaba que la Comunidad de Inteligencia estaba segura de que Rusia «dirigió los recientes comprometimientos de los correos electrónicos … incluso de las organizaciones políticas estadounidenses».

Barack Obama speaks to guests
El expresidente Barack Obama habla a los invitados en la Cumbre de la Fundación Obama en el campus del Instituto de Tecnología de Illinois en Chicago, Illinois, el 29 de octubre de 2019. (Scott Olson/Getty Images)

Las acciones de Brennan para establecer firmemente una narrativa de interferencia rusa se volverían aún más significativas cuando Brennan estaba a punto de embarcarse en su creación de la Evaluación de la Comunidad de Inteligencia (ICA).

La ICA se convertiría en la piedra angular de la falsa acusación de que Trump se confabuló con Rusia.

La evaluación, que fue encargada oficialmente por Obama después de las elecciones de 2016 —pero que parece haber comenzado antes— se completó a principios de enero de 2017. Crucialmente, un resumen de dos páginas del dossier Steele se adjuntó a la versión final de la ICA.

Tan pronto como se publicó la ICA, todo el foco de atención de los medios de comunicación se centró en el dossier Steele, que fue publicado por Buzzfeed el mismo día en que los medios de comunicación comenzaron a reportar sobre la ICA, el 10 de enero de 2017.

El hecho de que el dossier se incluyera en la ICA de Brennan le dio efectivamente la credibilidad necesaria para que los medios de comunicación publicaran historias basadas en él, incluida la infame historia del video de Trump en un hotel ruso.

Los medios de comunicación habían tenido el dossier o sus historias desde al menos septiembre de 2016, cuando Steele comenzó a informar a los periodistas. Sin embargo, aparte de algunas excepciones notables, los medios no reportaron sobre el dossier de Steele porque no pudieron corroborar ninguna de sus historias.

Al legitimar el dossier, la comunidad de inteligencia se aseguró efectivamente de que Trump cargara con las acusaciones de colusión con Rusia durante toda su presidencia.

A los 14 días de la publicación de la ICA, el 24 de enero de 2017, Danchenko fue entrevistado por el FBI y desmintió muchas de las historias del dossier. Fue en ese momento cuando la comunidad de inteligencia supo de hecho que el dossier había sido inventado por Steele y sus asociados. Ya sabían que las afirmaciones de Sussmann sobre Alfa Bank eran falsas. Sin embargo, se reservaron esta información. Es a través de Durham, así como de los esfuerzos de los investigadores de Internet, que la verdad sobre el proyecto de ataque político de la campaña de Clinton está finalmente emergiendo.


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