El Senado aprobó el jueves por unanimidad la legislación que impone sanciones a los bancos que hacen negocios con funcionarios chinos que participan en la aplicación de la nueva ley de seguridad nacional draconiana de Beijing en Hong Kong.
El proyecto de ley, que se ha remitido ahora a la Casa Blanca para la firma del presidente Donald Trump, autorizaría sanciones a los extranjeros que estén en una lista anual de personas por haber participado en la subversión de la autonomía de Hong Kong, así como a los bancos que hacen negocios con ellos.
La legislación también fue aprobada unánimemente por la Cámara de Representantes de EE.UU. el miércoles en respuesta a la nueva ley draconiana de Beijing, marcando una muestra de apoyo bipartidista abrumador que refleja la preocupación por la erosión de la autonomía que había permitido a la antigua colonia británica prosperar como ciudad más libre de China y como centro financiero internacional.
El comité permanente de la legislatura títere de China, la Asamblea Popular Nacional (APN), aprobó la ley el 30 de junio por medio de votos ceremoniales. Esta ley penaliza a los individuos por cualquier acto de subversión, secesión, terrorismo y colusión con fuerzas extranjeras, con penas máximas de cadena perpetua. Los críticos temen que la ley se utilice para reprimir a los críticos del Partido Comunista Chino (PCCh).
«Este es un momento urgente. La ocasión no podría ser más crítica», dijo el senador Chris Van Hollen (D-Md.) —uno de los principales patrocinadores de la «Ley de Autonomía de Hong Kong»— durante un discurso en el Senado que instaba a apoyar dicha legislación.
.@ChrisVanHollen‘s and my bipartisan #HongKong Autonomy Act is now on its way to the president to be signed into law! With our bill, the CCP will learn there are ramifications for repressing Hongkongers’ freedom. President Trump should sign this bill ASAP. We #StandWithHongKong.
— Senator Pat Toomey (@SenToomey) July 2, 2020
«Toda la prosperidad y la elevación de la dignidad humana que proviene de la libertad humana y de los valores democráticos de un modelo, es decir, del modelo que se enfrenta a las oscuras sombras de los gobiernos autoritarios que están constantemente presionando para erosionar, corroer y deformar sistémicamente los valores y libertades que apreciamos», dijo el senador Pat Toomey (R-Pa.), un copatrocinador.
«A través de este proyecto de ley, el Senado de los EE.UU. deja claro de qué lado estamos», añadió.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), dijo el jueves a los periodistas durante una conferencia de prensa que la legislación estadounidense «ayudará a poner fin a la campaña de crueldad de China» contra la ciudad.
All freedom-loving people stand with the people of Hong Kong as they confront Beijing’s campaign against freedom. With my signature, the #HongKong Autonomy Act goes to the White House. The sanctions included within it are critical to holding China accountable. pic.twitter.com/prgInYxw3l
— Nancy Pelosi (@SpeakerPelosi) July 2, 2020
El primer día que se aplicó la ley de seguridad nacional, la policía de Hong Kong dijo que había detenido a 10 personas —seis hombres y cuatro mujeres— bajo sospecha de haber violado la ley de seguridad. En total se detuvo a unas 370 personas por diversos delitos, algunos de ellos por «reunión ilícita (…) obstrucción de la policía y posesión de armas», dijeron los funcionarios.
«Esta es una verdadera tragedia. Es muy triste», añadió Pelosi.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, advirtió a Estados Unidos que habría consecuencias si el proyecto de ley era firmado o implementado.
Beijing «resistirá con determinación y fuerza», dijo.
El proyecto de ley tiene implicaciones significativas para las instituciones financieras que operan en Hong Kong, ya que penaliza a los prestamistas que hacen negocios con los funcionarios chinos que participan en la aplicación de la controvertida ley de seguridad que protege al PCCh.
Según un artículo de Bloomberg, el proyecto de ley pone en juego 1.1 billones de dólares de financiación que reciben los bancos más grandes de China.
Los bancos globales también están en riesgo, según el informe, ya que pueden tener como clientes a funcionarios chinos y a sus familiares.
Emel Akan y Reuters contribuyeron a la elaboración de este artículo.
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