La policía de Hong Kong disparó gas pimienta, gas lacrimógeno y cañones de agua a manifestantes locales y realizó más de 70 arrestos en la tarde del 1 de julio, justo un día después de que la ley de seguridad nacional de Beijing entrara en vigor.
Ahora, por primera vez desde que comenzaron las protestas masivas en junio del año pasado, los manifestantes están siendo atacados por corear eslóganes como «La independencia de Hong Kong, la única salida». La policía de Hong Kong publicó un posteo en su página de Facebook alrededor de las 14.20 horas, hora local, advirtiendo que ese lema podría «incitar o instigar» a otros a cometer «secesión» y, por tanto, violar la ley de seguridad nacional.
#HongKongPolice have already raised new purple flag at peaceful #July1st pro-democracy march attendees – threatening prosecution under #NationalSecurityLaw. https://t.co/qWuY8krCwY
— The Epoch Times Hong Kong (@EpochTimesHK) July 1, 2020
La ley de seguridad nacional entró en vigor a finales de junio, después de las votaciones ceremoniales de la legislatura títere de China, la Asamblea Popular Nacional (APN). La ley penaliza a los individuos por cualquier acto de subversión, secesión, terrorismo y colusión con fuerzas extranjeras, con penas máximas de cadena perpetua.
Entre los más de 70 arrestos, dos fueron detenidos por tener en su poder artículos que expresaban el deseo de que Hong Kong fuera un estado independiente.
Los demás fueron detenidos por cargos como «reunión ilegal» e «interferencia con la labor policial».
Según dijo la policía de Hong Kong en Facebook, un hombre fue arrestado en Causeway Bay alrededor de la 1:30 p.m. hora local por tener en su poder una pancarta con las palabras «Independencia de Hong Kong».
También en Causeway Bay, una mujer fue arrestada alrededor de las 3 p.m. hora local por sostener una pancarta que rezaba «Independencia de Hong Kong» con una bandera nacional británica y una bandera estadounidense adherida a ella.
Durante años, la gente de Hong Kong ha celebrado una marcha el 1 de julio, que marca el día del regreso de Hong Kong a China en 1997, para expresar su oposición a la invasión de Beijing en los asuntos de la ciudad.
El grupo local prodemocracia Civil Human Rights Front (CHRF), que ha sido el organizador de la mayoría de las marchas del 1 de julio en el pasado, atrajo a una multitud de más de medio millón de personas el año pasado, expresando su oposición al proyecto de ley de extradición del gobierno, ahora totalmente desechado.
La policía rechazó la solicitud del CHRF para realizar una marcha este año, diciendo que tenía un «potencial de violencia» y que violaría el límite de reunión local de 50 personas para evitar la propagación del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como el nuevo coronavirus.
«El CHRF está absolutamente en desacuerdo con la decisión del comisionado de policía. Todo el mundo sabe que la salud pública es solo una excusa para privar nuestras libertades civiles bajo la ley de seguridad nacional», según anunció el CHRF en una declaración en su Facebook el 30 de junio.
Como el CHRF no consiguió la aprobación de la policía, varios activistas de Hong Kong anunciaron que serían los organizadores de una marcha desde Causeway Bay hasta el distrito Central de la ciudad el 1 de julio para que la gente expresara su oposición a la ley de seguridad nacional, a pesar de no tener la aprobación oficial de la policía para la manifestación.
Aunque algunos manifestantes iniciaron su marcha el 1º de julio desde Causeway Bay bajo la dirección de activistas locales, entre ellos el legislador Eddie Chu y el convocante adjunto de el CHRF, Figo Chan, la marcha duró poco, ya que los agentes de la policía local se movilizaron para dispersar a los manifestantes rociando gas pimienta y disparando cañones de agua.
Alrededor de las 16.00 horas, hora local, varios medios de comunicación de Hong Kong informaron de que sus periodistas habían sido alcanzados por el cañón de agua de la policía en Causeway Bay cuando ésta intentaba sacar a los manifestantes de las calles.
Media hora más tarde, el grupo comercial local Asociación de Periodistas de Hong Kong (HKJA) emitió una declaración en la que criticaba a la policía por haber recurrido a la violencia contra varios periodistas, diciendo que habían resultado heridos al ser alcanzados por el cañón de agua y el spray pimienta de la policía.
La HKJA pidió a la policía que dejara de interferir en el trabajo de los reporteros para que pudieran ejercer sus deberes como cuarto poder.
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