Embajador de EE. UU. pide a varios países liberar prisioneros religiosos en medio de la pandemia

Por Frank Fang
03 de abril de 2020 5:42 PM Actualizado: 03 de abril de 2020 5:42 PM

El embajador de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional pidió a los gobiernos que liberen a sus prisioneros religiosos en medio de la actual pandemia. Uno de los países señalados por el embajador fue China.

«Es una buena medida de salud pública para sus naciones y moralmente es obviamente lo correcto. Lamentablemente, tenemos una cantidad de prisioneros religiosos en todo el mundo en varios países que están detenidos», dijo el embajador Sam Brownback durante una sesión informativa el 2 de abril.

Explicó que el COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh, se podría propagar fácilmente en las prisiones dado el poco espacio disponible. The Epoch Times se refiere al nuevo coronavirus, que causa la enfermedad COVID-19, como el virus del PCCh porque el encubrimiento y la mala gestión del Partido Comunista Chino permitieron que el virus se propagara por toda China y provocara una pandemia mundial.

Brownback pidió a varios países que liberaran sus prisioneros religiosos, incluyendo Irán, Vietnam, Rusia, Eritrea y China.

«China sigue teniendo una cantidad de personas encarceladas por su fe», dijo Brownback, señalando a las minorías étnicas musulmanas en Xinjiang, los creyentes de iglesias protestantes, católicas y caseras, los budistas tibetanos y los seguidores de Falun Gong.

«Todos ellos [en China] deberían ser liberados en esta época de pandemia», dijo.

Brownback también pidió a los gobiernos que se aseguren que las minorías religiosas reciban ayuda médica en caso de que se vean afectadas por el virus.

«En varios países hemos visto que a menudo una minoría religiosa es excluida de la atención a las necesidades de salud pública y de distribución en las naciones, y le estamos pidiendo a todas las naciones que distribuyan esto en este tiempo de pandemia a todas las comunidades sin importar la afiliación religiosa o de otra manera», dijo.

También le pido a los gobiernos a no culpar a las minorías religiosas como la fuente del virus, aunque no dio ejemplos específicos.

«Estamos viendo cómo se pone en marcha ese tipo de juego de culpas en diferentes lugares del mundo, y esperamos que sea rechazado agresivamente por esos gobiernos anfitriones», dijo Brownback.

El 2 de abril, la Comisión Ejecutiva del Congreso de EE. UU. sobre China (CECC) también se unió a la solicitud para que los seguidores de Falun Gong encarcelados en China sean liberados.

En un tweet, la CECC explicó que era el primer aniversario de ocho practicantes de Falun Gong, que fueron sentenciados hasta 10 años de prisión por su fe.

«Los practicantes de Falun Gong continúan enfrentando arrestos y torturas en #China», declaró el CECC, y agregó que «#SunZhifen y otros practicantes de #FalunGong detenidos deben ser liberados inmediata e incondicionalmente». Aún se desconoce el paradero de Sun y de los demás.

Falun Gong

Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una antigua práctica espiritual que incluye ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en tres principios: Verdad, Compasión y Tolerancia. La práctica fue extremadamente popular en China; a finales de los años 90, había entre 70 y 100 millones de practicantes, según las estimaciones oficiales.

Sin embargo, el exlíder del partido Jiang Zemin consideró la popularidad de la práctica como una amenaza a su gobierno, e inició una persecución a nivel nacional desde el 20 de julio de 1999. Desde entonces, el régimen chino ha arrojado cientos de miles de practicantes de Falun Gong a prisiones, campos de trabajo, centros de lavado de cerebro, pabellones psiquiátricos y otras instalaciones de detención, según el Centro de Información de Falun Dafa.

La persecución de China contra los seguidores de Falun Gong ha continuado en medio de la pandemia mundial.


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Según Minghui.org, un sitio web que monitorea la persecución de Falun Gong en China, el régimen chino arrestó a 282 seguidores, sentenció ilegalmente a 15 y acosó a 113 solo en febrero.

El acoso suele consistir en que las autoridades saqueen los hogares de los practicantes o los presionen para que firmen documentos oficiales en los que prometen renunciar a su fe.

Ese mismo mes, por lo menos seis practicantes de Falun Gong, cinco de los cuales residían en la provincia de Liaoning, en el norte de China, murieron debido a la persecución del régimen, según Minghui.org.

El 8 de marzo, Zou Liming, de 66 años, residente de la ciudad de Panjin en Liaoning, murió dentro de una prisión en Dalian, otra ciudad de la misma provincia. Según Minghui.org, la prisión se negó a explicar a la familia de Zhao por qué cayó en coma el 7 de febrero, después de enviarlo a un hospital local para reanimación.

Zou fue detenido en una prisión en la ciudad de Jinzhou de Liaoning en septiembre de 2019, y luego fue transferido a la prisión de Dalian en noviembre.

Desde finales de enero, el régimen chino ha pedido a los ciudadanos que participen en tareas voluntarias para combatir el virus del PCCh. Minghui.org informó de un caso en marzo, en el que algunos voluntarios decidieron denunciar a los practicantes de Falun Gong.

El 16 de marzo, Tang Huanxiang y Tang Shuhua, residentes de la ciudad de Tianmen en la provincia de Hubei —la región más afectada por el virus— fueron llevados a una comisaría de policía local después de que algunos voluntarios los denunciaran a la policía. Los voluntarios vieron a los dos practicantes de Falun Gong repartiendo folletos sobre la persecución que está llevando a cabo el régimen chino.

Pasaron la noche en una comisaría de Zaoshi, un condado de Tianmen. La policía registró sus casas. Fueron liberados alrededor de las 4 p.m. del día siguiente.


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