En reunión secreta, Xi Jinping ordena nueva estrategia para atacar internacionalmente a Falun Gong

Legisladores critican campaña internacional contra Falun Gong que busca desacreditar y manipular medios y sistema judicial de EE. UU.

Por Eva Fu
06 de diciembre de 2024 9:36 PM Actualizado: 09 de diciembre de 2024 7:55 AM

En octubre de 2022, el líder chino Xi Jinping celebró una reunión secreta donde instruyó a altos funcionarios estatales —encargados de operaciones políticas, de inteligencia y de influencia— sobre una nueva estrategia para atacar internacionalmente al grupo religioso Falun Gong, según supo The Epoch Times.

El eje de la nueva estrategia del Partido Comunista Chino (PCCh) contra Falun Gong consiste en lanzar campañas de desinformación a través de personas influyentes en redes sociales y medios de comunicación occidentales; y usar el sistema legal estadounidense para perseguir a empresas creadas por practicantes de Falun Gong.

Yuan Hongbing, un jurista chino exiliado en Australia con contactos en los círculos políticos chinos de alto nivel, proporcionó los detalles de la reunión secreta de 2022. Su relato se basa en información recibida de dos fuentes: un individuo de una familia veterana del PCCh, que ahora se opone a Xi; y un informante con conocimiento privilegiado que habla por motivos de conciencia.

La reunión tuvo lugar justo antes del XX Congreso Nacional, donde Xi obtuvo un tercer mandato sin precedentes como líder del Partido. Xi comunicó a los funcionarios presentes que los esfuerzos previos del régimen para reprimir a Falun Gong en el extranjero habían fracasado esencialmente.

A principios de la década de 1990, Falun Gong era el grupo espiritual de más rápido crecimiento en China. Basado en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, y en ejercicios de meditación, Falun Gong enseña a sus practicantes a mejorar su carácter moral. En 1999, el PCCh percibió su creciente popularidad como una amenaza e inició una campaña de persecución con el objetivo de eliminarlo. Desde entonces, el PCCh ha perseguido duramente al grupo, incluso mediante la sustracción forzada de órganos a gran escala.

Las instrucciones de Xi, hasta ahora desconocidas, parecen haber provocado una rápida escalada en la larga operación contra los practicantes de Falun Gong en el extranjero, una campaña que ha ensombrecido la vida de quienes buscaron refugio en Estados Unidos y otros países.

“Situación crítica”, dice Xi

La Comisión de Asuntos Políticos y Jurídicos celebró la reunión, a la que asistieron los ministros de Seguridad Nacional y Seguridad del Estado, el secretario y varios vicesecretarios de la Comisión de Asuntos Políticos y Jurídicos, funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores y del Departamento del Frente Unido de Trabajo —la agencia china clave para operaciones de influencia en el extranjero—, según Yuan.

Yuan señaló que una de las razones principales por las que Xi consideró fallidos los esfuerzos internacionales contra Falun Gong fue el crecimiento de los medios de comunicación creados por practicantes de Falun Gong, que, según Xi, se convirtieron en la principal “fuerza hostil” contra el PCCh, no solo en chino, sino también en inglés.

Entre los medios fundados por practicantes de Falun Gong se encuentran The Epoch Times y New Tang Dynasty Television (NTD), creados a principios de la década de 2000, inicialmente en chino y ahora en numerosos idiomas, con filiales en todo el mundo.

Sala de control de la cadena de televisión NTD, uno de los medios de comunicación objetivo del PCCh, en su sede de Nueva York, en una foto de archivo. (The Epoch Times)

Xi afirmó que, a pesar de años invirtiendo grandes cantidades de mano de obra, recursos materiales y dinero, el PCCh no solo no logró suprimir estos medios, sino que permitió que se convirtieran en una fuerza de oposición al PCCh a escala internacional y en la industria de los medios de comunicación.

El líder del PCCh calificó la situación como “crítica” y dijo que representaba una grave omisión por parte de los funcionarios responsables.

Xi cree que el fracaso se debe en parte a la falta de “planificación estratégica” y de “coordinación exhaustiva y contundente”, según Yuan.

Además, Xi considera que las tácticas de represión existentes son demasiado “reservadas, conservadoras y poco creativas”; y aunque el país destinó una cantidad significativa de recursos a este esfuerzo, una gran parte, tras una inspección disciplinaria, resultó malgastada debido a la corrupción.

Xi pidió a los asistentes que comenzaran a “cultivar de nuevo las fuerzas anti-Falun Gong”, que reevaluaran al personal asignado a la tarea en el extranjero y que impusieran sanciones o los desvincularan si fuera necesario.

Cambio de estrategia

“Infiltrarse, desmantelar y disolver”: estas son las estrategias que los agentes de influencia chinos utilizan contra objetivos en la diáspora china, como Falun Gong.

Xi dijo que no eran suficientes.

Tradicionalmente, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino y la Oficina 610 —un aparato extralegal específicamente encargado de la persecución— habían llevado a cabo la campaña en el extranjero. Xi ordenó una reorganización estructural, según Yuan.

Xi asignó a la Comisión Central de Asuntos Políticos y Jurídicos, supervisora de todas las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley, la coordinación de la tarea tanto dentro como fuera de China.

Bajo la supervisión de la Comisión, el Ministerio de Seguridad Pública, con sus aproximadamente 2 millones de agentes de seguridad, se encargó de los esfuerzos de persecución en China.

El Ministerio de Seguridad del Estado, la principal agencia de espionaje de China, recibió la tarea de atacar a Falun Gong en el extranjero, con el Departamento del Frente Unido de Trabajo, el brazo operativo de influencia del PCCh en el extranjero, y el departamento pertinente del Ministerio de Asuntos Exteriores, desempeñando un papel de apoyo.

“Para luchar contra una serpiente, golpea en la séptima pulgada”, citó Yuan a Xi. La frase es un modismo chino que significa golpear donde más duele.

El jurista chino Yuan Hongbing en una foto de archivo. (Chen Ming/The Epoch Times)

Xi instruyó a los funcionarios a utilizar la guerra jurídica y la desinformación, desplegando medios de comunicación sin vínculos rastreables con el PCCh y las redes sociales para atacar a Falun Gong. Les dijo que dirijan su energía a difamar al fundador de Falun Gong, Li Hongzhi, y a desacreditar a los medios de comunicación fundados por Falun Gong a través de agentes internos.

La razón para confiar en las redes sociales y los medios de comunicación occidentales en su guerra de opinión pública radica en que Xi cree que el uso de los medios estatales del PCCh no es eficaz en el extranjero, ya que se percibe como propaganda.

La prensa occidental se utilizó durante mucho tiempo en guerras de propaganda por países comunistas.

“Lo que hace el PCCh es precisamente lo que hicieron los soviéticos: intentar introducir su narrativa, su propaganda, en periódicos, revistas y medios de comunicación occidentales reconocidos”, declaró a The Epoch Times Ronald J. Rychlak, profesor distinguido de Derecho de la Universidad de Mississippi y experto en desinformación.

Casey Fleming, director ejecutivo de BlackOps Partners y experto en contrainteligencia, afirma que el PCCh lleva décadas haciéndolo y “simplemente se ha vuelto muy, muy bueno”. Y que las nuevas tecnologías solo les permiten escalar.

“Las redes sociales pueden distribuir instantáneamente un mensaje falso a nivel mundial para desestabilizar la opinión pública y menoscabar nuestra libertad en Estados Unidos y en el mundo libre”, dijo Fleming a The Epoch Times.

Un nuevo jefe de seguridad

Días después del Congreso del Partido, el Ministerio de Seguridad del Estado tuvo un nuevo líder, Chen Yixin.

Chen había sido anteriormente alcalde de Wuhan y más tarde secretario general de la Comisión Central de Asuntos Políticos y Jurídicos. Durante su mandato en ambos puestos se incrementó la persecución contra Falun Gong.

Otro denunciante que se presentó el mes pasado también señaló a Chen como el que impulsa personalmente la campaña contra Falun Gong en el extranjero.

El denunciante dijo que Chen considera el asunto como su capital político y que su objetivo es “resolver el ‘problema de Falun Gong’ para fin de año”.

La ascensión del jefe de espías al cargo coincidió con un aumento en las violaciones de los derechos humanos bajo su supervisión.

Decenas de miles de practicantes de Falun Gong sufrieron acoso o arrestos durante el periodo en que Chen dirigió la Comisión Central de Asuntos Políticos y Jurídicos, mientras que cientos han muerto, según estimaciones incompletas de Minghui.org, que recopila testimonios directamente de China.

Mientras tanto, Wuhan, la ciudad que había dirigido previamente, se convirtió en un modelo de persecución. La comisión incluso envió personas al centro de lavado de cerebro de Wuhan —una instalación utilizada para obligar a la gente a renunciar a su fe— para que aprendieran las tácticas y las aplicaran en todo el país, según Minghui.

En el extranjero, el ministerio de Chen cuenta con varias redes que pueden desplegarse fácilmente. Una carta obtenida por The Epoch Times en marzo de 2021 muestra que la agencia y el Ministerio de Seguridad Pública supervisan conjuntamente una «Oficina anti Falun Gong de Norteamérica».

Un individuo llamado Wu Xiuhua acababa de ser nombrado director de la oficina, según la carta. Se le atribuye la «planificación y organización de múltiples tareas para obstaculizar» los esfuerzos de los practicantes de Falun Gong por difundir información sobre la persecución dentro de China y se le describe como un hombre con «amplia experiencia anti Falun Gong».

Hay poca información sobre esta oficina en internet, lo que sugiere que es uno de los órganos del Partido que opera en secreto. Además de la oficina de Norteamérica, el régimen ha integrado una red extralegal de agentes de otras maneras. En 2023, el FBI arrestó a dos agentes del PCCh que operaban una comisaría secreta en Manhattan, bajo la fachada de una organización civil prochina.

(Arriba) Dos policías chinos detienen a un practicante de Falun Dafa en la plaza de Tiananmen de Beijing el 10 de enero de 2000. (Abajo) Practicantes de Falun Gong participan en una vigilia con velas en memoria de los practicantes de Falun Gong que murieron a causa de la persecución del Partido Comunista Chino, en el National Mall de Washington, el 20 de julio de 2023. (Chien-Min Chung/AP Photo, Samira Bouaou/The Epoch Times)

Plan sistemático y completo

La campaña internacional contra Falun Gong y sus grupos afiliados se ha intensificado notablemente en el último año.

Decenas de cuentas en redes sociales surgieron específicamente para atacar a Falun Gong y Shen Yun Performing Arts, una compañía de danza y música clásica china fundada por practicantes de Falun Gong que representa una China tradicional como la que existía antes del comunismo.

Una persona influyente en redes sociales de origen chino-estadounidense se atribuyó públicamente el mérito de ayudar a The New York Times a iniciar una serie de ataques contra Shen Yun.

“Yo presenté a la gente [exartistas de Shen Yun] al New York Times, especialmente para las entrevistas iniciales. Gracias a eso encontraron a más gente”, escribió en X tras la publicación de un artículo de ataque del New York Times sobre Shen Yun a principios de este año.

El individuo también se jactó de haber presentado denuncias contra Shen Yun ante las autoridades del estado de Nueva York para generar acciones legales contra el grupo artístico. Animó a otros a hacer lo mismo.

El año pasado, las fuerzas de seguridad lo localizaron cerca del campus de Shen Yun. El FBI emitió una advertencia a las fuerzas de seguridad locales describiéndolo como “potencialmente armado y peligroso”. Ahora enfrenta cargos por posesión ilegal de armas de fuego.

Los artículos del New York Times intentaron desprestigiar a Shen Yun tergiversando un programa de prácticas que permite a un número limitado de estudiantes talentosos de dos escuelas religiosas de artes afiliadas, Fei Tian Academy y Fei Tian College, realizar giras con Shen Yun. La publicación de sus artículos recientes coincidió con el inicio de una demanda civil presentada por una antigua alumna que alegaba acoso laboral.

«Mangas que fluyen», del programa 2009 de Shen Yun Performing Arts. (Shen Yun Performing Arts)

La mujer que presentó la demanda está vinculada a una entidad del gobierno chino y concedió entrevistas a personas que el aparato del PCCh utiliza para atacar a Shen Yun, según un comunicado de Shen Yun.

Según dos denunciantes que hablaron con el Centro de Información de Falun Dafa en agosto, en una reunión del Ministerio de Seguridad Pública celebrada dos meses antes se había pedido a todos los gobiernos provinciales que “apoyaran plenamente” a la persona influyente en redes sociales que habló con el New York Times, proporcionando “toda la información maliciosa sobre Falun Gong” que el ministerio reunía internamente.

El PCCh también intensificó sus esfuerzos para atacar a Shen Yun utilizando el sistema legal estadounidense.

Las autoridades estadounidenses condenaron en septiembre y noviembre a dos agentes chinos que conspiraron para sobornar a un agente del IRS con 50,000 dólares para que abriera una auditoría sobre Shen Yun. El dinero provino de funcionarios del PCCh durante viajes a China.

Los mismos dos agentes habían viajado al condado de Orange, Nueva York, donde tiene su sede Shen Yun, para vigilar a los practicantes de Falun Gong y recopilar información que sirviera de “base para una posible demanda medioambiental destinada a inhibir el crecimiento de la comunidad de Falun Gong en el condado de Orange”, según documentos presentados ante la corte.

Por otra parte, un estadounidense con estrechos vínculos con China inició una serie de demandas medioambientales frívolas contra Shen Yun. En el último caso, el juez Kenneth Karas, de la Corte de Distrito del Distrito Sur de Nueva York, desestimó la demanda con perjuicio por sus defectos, lo que significa que no puede volver a presentarse.

Un jardín frente a la puerta sur del campus de Dragon Springs en Cuddebackville, Nueva York, el 1 de octubre de 2023. (Cara Ding/The Epoch Times)

Mientras tanto, la semana pasada se condenó a un ciudadano chino por espiar a Falun Gong en Estados Unidos.

Llamamientos a la vigilancia

La escalada de la represión transnacional contra Falun Gong alarmó a legisladores estadounidenses, como el representante Scott Perry (R-Pa.).

Que un “país adversario intente utilizar los instrumentos de nuestro gobierno federal para castigar a sus rivales ideológicos está totalmente fuera de lugar y es excepcionalmente preocupante”, declaró Perry a The Epoch Times. Perry patrocinó en la Cámara la Ley de Protección a Falun Gong, un proyecto de ley para responsabilizar al PCCh por el delito de sustracción forzada de órganos.

Otros legisladores expresaron preocupaciones similares sobre la exportación por parte del PCCh a Estados Unidos de sus abusos contra los derechos humanos.

El representante Michael McCaul (R-Texas), presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, dijo que “condena enérgicamente los últimos intentos de China de cometer violaciones de los derechos humanos contra el grupo prodemocrático Falun Gong en Estados Unidos y en el extranjero”.

Los regímenes opresivos como el PCCh deben rendir cuentas por atacar los derechos humanos mediante la desinformación y la persecución
— Representante Michelle Steel

“El PCCh tiene un historial de reprimir grupos prodemocráticos más allá de sus fronteras en su intento de reforzar su control autoritario sobre su propio pueblo”, declaró a The Epoch Times, añadiendo que elogia a las fuerzas de seguridad estadounidenses por “proteger la vida de los activistas democráticos, las libertades civiles y el Estado de derecho”.

La representante Michelle Steel (R-Calif.) ya había pedido anteriormente el uso de medios legales para combatir la represión transnacional del régimen contra los disidentes.

Como los demás, cree que debe haber responsabilidad por lo que Beijing está haciendo.

“Durante 25 años, el Partido Comunista Chino ha perseguido a los practicantes de Falun Gong y a todos los que intentan practicar su fe sin injerencias gubernamentales. Los regímenes opresivos como el PCCh deben rendir cuentas por atacar los derechos humanos mediante la desinformación y la persecución”, declaró a The Epoch Times.

Para abordar las operaciones encubiertas chinas, el representante Jim Banks (R-Ind.), elegido en noviembre para el Senado, citó la Ley para Contrarrestar la Guerra Política de China que él mismo presentó. El Congreso debe aprobar la ley para “sancionar a grupos del PCCh como el Frente Unido, que libran una guerra política contra ciudadanos estadounidenses y disidentes chinos en suelo estadounidense”, declaró a The Epoch Times.

(Arriba a la izquierda) Scott Perry (R-Pa.) en la Rotonda del Capitolio de Estados Unidos en Washington el 25 de junio de 2024. (Arriba a la derecha) Michelle Steel, supervisora del condado de Orange, fuera de su oficina en Santa Ana, California, el 24 de abril de 2018. (Abajo a la izquierda) Jim Banks (R-Ind.) en el Capitolio el 27 de marzo de 2019. (Abajo a la derecha) Michael McCaul (R-Texas), presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, en Washington el 29 de agosto de 2023. (Madalina Vasiliu/The Epoch Times, Yiyuan Chang/NTD, York Du/NTD)

Perry dijo que, dado que el PCCh es un adversario, Estados Unidos debe estar alerta.

“Debemos aumentar el escrutinio de todas sus actividades, con la mentalidad de que harían estas cosas intencionalmente, y cuando descubramos que así es, se deben imponer consecuencias severas, estrictas e inmediatas”.

Aquí ve una oportunidad para “enviar un mensaje más contundente” al PCCh y a Xi Jinping.

“Cerrar consulados y otros medios diplomáticos pueden ser opciones a considerar” si el régimen quiere seguir este tipo de política, dijo.

“El Partido Comunista de China es esencialmente una organización criminal que gobierna un país”, dijo Perry, añadiendo que, dado que Estados Unidos no permite que organizaciones criminales utilicen sistemas gubernamentales para perseguir adversarios o violar derechos humanos básicos, “ciertamente tampoco deberíamos permitir que el PCCh lo haga”.


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