El Partido Comunista Chino (PCCh) está intensificando su campaña de represión transnacional contra Falun Gong, especialmente en Estados Unidos, según tres denunciantes con acceso a información interna del régimen.
La nueva estrategia de Beijing consiste en manipular a los influenciadores de las redes sociales y a los medios de comunicación occidentales para propagar desinformación y falsas acusaciones, con el objetivo de sembrar la discordia pública y desencadenar una respuesta de las fuerzas de seguridad estadounidenses contra los practicantes de la disciplina espiritual Falun Gong, que han sido brutalmente perseguidos por el PCCh durante décadas.
Aunque los disidentes chinos en Estados Unidos llevan mucho tiempo en el punto de mira del PCCh, la nueva campaña parece no tener precedentes en cuanto a su escala y sofisticación, e incluso “se adentra en territorio desconocido”, según un informe del 7 de agosto del Centro de Información Falun Dafa (FDIC), una organización sin ánimo de lucro que documenta la persecución del PCCh.
“El régimen chino ha tomado la decisión estratégica de intensificar su persecución contra Falun Gong en todo el mundo, ampliando su propaganda, desinformación y actividades de represión transnacional para atacar a Falun Gong más agresivamente fuera de China, y especialmente en Estados Unidos”, dice el informe.
“Este parece ser el juego final del PCCh para destruir definitivamente a Falun Gong”.
Según los denunciantes, se ordenó a los agentes del PCCh que proporcionaran información “maliciosa” y “negativa” sobre Falun Gong a los medios de comunicación estadounidenses, así como a personas influyentes en las redes sociales.
Una de las piedras angulares de la campaña es fabricar el tipo de acusaciones que con mayor probabilidad desencadenarían una investigación por parte del gobierno de EE.UU., según la información proporcionada por los denunciantes.
Una iniciativa anterior acabó con dos chinos declarándose culpables de soborno y de actuar como agentes chinos ilegales. La pareja llevó a cabo una trama en la que ofrecieron 50,000 dólares a alguien que creían que era un funcionario del IRS, a cambio de abrir una auditoría sobre una organización con sede en Nueva York dirigida por practicantes de Falun Gong. El funcionario era en realidad un agente encubierto del FBI.
Según las notas de los denunciantes de una reunión celebrada en junio por el Ministerio de Seguridad Pública de China a nivel provincial, el régimen pretende “movilizar a agentes encubiertos para crear y escalar los conflictos internos de Falun Gong, para expandir sin parar la fuerza de combate, la profundidad y el alcance de [los influencers de las redes sociales que atacan a Falun Gong]”.
“Deben atraer la atención continua de toda la sociedad estadounidense y obligar al gobierno de Estados Unidos a atacar en todos los frentes, eliminando la fuerza de Falun Gong”, decían las notas.
Dos series de notas, proporcionadas por separado por dos informantes y revisadas por The Epoch Times, detallaban la reunión de junio. Un juego de notas también revelaba información de una reunión anterior del ministerio.
Mientras tanto, los funcionarios del PCCh fueron autorizados a “activar” sus agentes incrustados dentro de las comunidades de Falun Gong para agitar la oposición y las protestas contra el gobierno de EE.UU. y luego “crear algunos incidentes” durante las protestas, con el fin de provocar a las autoridades de EE.UU., de acuerdo con las notas de la reunión de junio.
“Es un hecho alarmante”, dijo Bradley Thayer, investigador principal del Centro de Política de Seguridad, experto en evaluación estratégica de China y colaborador de The Epoch Times.
“Esperemos que el gobierno estadounidense tenga la capacidad de filtrar eso”.
Las notas de un denunciante en un informe interno publicado en junio por la Fundación CITIC de China para Estudios de Reforma y Desarrollo revelan que el régimen tiene como objetivo “movilizar los recursos de los medios de comunicación estatales centrales, los grupos de reflexión universitarios y otros recursos de la unidad [para] compartir activamente información difamatoria sobre Falun Gong con los medios de comunicación extranjeros”.
La fundación CITIC forma parte de CITIC Group, uno de los mayores conglomerados estatales chinos con importantes participaciones en el extranjero, lo que indica que el ataque también incluye importantes entidades no estatales controladas por el PCCh. Las notas fueron facilitadas a la FDIC por uno de los denunciantes y revisadas por The Epoch Times.
Según los denunciantes, los funcionarios del Ministerio de Seguridad Pública recibieron la orden de “cortar totalmente los canales de comunicación entre Falun Gong en el país y en el extranjero” para impedir que saliera de China más información sobre la persecución.
Falun Gong, una práctica de meditación que incluye movimientos lentos y enseñanzas basadas en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, se introdujo en China en 1992. A finales de la década, se estimaba que entre 70 y 100 millones de personas habían adoptado esta práctica.
El entonces líder del PCCh, Jiang Zemin, intolerante con cualquier grupo fuera del control del partido, lanzó una campaña para “erradicar” Falun Gong en 1999.
Desde entonces, millones de personas han sido recluidas en prisiones, campos de trabajo y centros de detención, donde se les ha lavado el cerebro y torturado para obligarles a abandonar la práctica, según denuncias de grupos de derechos humanos. Varias investigaciones independientes concluyeron que el PCCh ha estado matando a presos de conciencia para alimentar su lucrativa industria de trasplantes de órganos, siendo los practicantes de Falun Gong la principal fuente de órganos.
Los denunciantes advirtieron que el PCCh cuenta con un gran número, aunque no especificado, de agentes dentro de la comunidad de Falun Gong en el extranjero.
La FDIC obtuvo el testimonio de un practicante de Falun Gong de Europa que fue detenido el año pasado cuando visitaba a sus familiares en China. Durante su detención, los agentes del PCCh intentaron convencer a la persona para que consiguiera un trabajo en una entidad fundada por practicantes de Falun Gong en Europa y espiara para el PCCh. Le prometieron un sueldo generoso e incluso le animaron a seguir haciendo comentarios contrarios al PCCh en las redes sociales para mantener las apariencias. The Epoch Times revisó un resumen del testimonio.
El régimen ha incitado a sus agentes a “aprovecharse de las elecciones estadounidenses y de los conflictos entre ambas partes” para promover sus objetivos, según las notas del informe de la CITIC.
La FDIC insta al público y al gobierno de EE.UU. a que examinen con lupa cualquier afirmación escandalosa relativa a Falun Gong.
“Es urgente y vital que el gobierno de Estados Unidos y el público en general reconozcan que la fuente real de los incidentes y comentaristas aparentemente ‘independientes’ es probablemente el aparato de seguridad de China”, dijo la FDIC.
La organización también está alentando al gobierno de EE.UU. para hacer cumplir las leyes que requieren el registro de agentes extranjeros y empresas de redes sociales “para detectar y limitar la propagación de la desinformación del PCCh dirigida a Falun Gong”.
El gobierno estadounidense se ha mostrado cada vez más activo en su oposición a la persecución del PCCh contra Falun Gong. En los últimos años, varios agentes del PCCh que perseguían a practicantes han sido detenidos; el Departamento de Estado ha emitido varias declaraciones pidiendo al PCCh que libere a los practicantes de Falun Gong encarcelados; y en junio, la Cámara de Representantes aprobó la Ley de Protección de Falun Gong, un proyecto de ley que impondría sanciones a los extranjeros implicados en la extracción forzada de órganos en China. En julio se presentó un proyecto de ley similar en el Senado.
Shen Yun en el punto de mira
Gran parte de la información filtrada describía la estrategia del PCCh para sabotear Shen Yun Performing Arts, una compañía de danza clásica china con sede en Nueva York fundada por practicantes de Falun Gong en 2006.
Shen Yun es vista como una amenaza para el régimen porque representa la cultura china no contaminada por la influencia del régimen, según la FDIC.
“Con una sola actuación, Shen Yun demuestra la magnificencia de la cultura china antes del ascenso del comunismo y, al hacerlo, ofrece una visión de lo maravillosa que podría ser China sin el PCCh”, dice el informe.
Algunas de las piezas de danza de Shen Yun representan historias actuales, como las de los practicantes de Falun Gong perseguidos en China.
La compañía se ha convertido en una fuerza cultural de primer orden, con ocho conjuntos de danza, cada uno con su propia orquesta, que actúan para un público de aproximadamente un millón de espectadores al año. The Epoch Times es uno de los patrocinadores de la compañía.
Shen Yun ha sido uno de los principales objetivos del PCCh, según Casey Fleming, director ejecutivo de BlackOps Partners y experto en ciberseguridad, riesgo estratégico y análisis de amenazas corporativas.
“La mera presencia de Shen Yun humilla al PCCh”, declaró a The Epoch Times.
La nueva estrategia del PCCh se centra en crear denuncias que puedan desencadenar una investigación a la compañía de artes escénicas por parte del gobierno estadounidense, indica la información de los denunciantes.
El medio de la campaña parecen ser las personas influyentes en las redes sociales, en particular dos individuos que han estado produciendo y promoviendo contenidos anti-Falun Gong y anti-Shen Yun en YouTube en los últimos años.
Uno de ellos es un antiguo empleado de un medio de comunicación del PCCh afincado en Japón. El otro es un inmigrante chino en Estados Unidos que ha hecho varios comentarios amenazadores contra el personal de Shen Yun en sus vídeos.
El año pasado, el FBI advirtió a las autoridades locales de Nueva York de que se trataba de un hombre “potencialmente armado y peligroso”, tras ser visto cerca del centro de formación de Shen Yun. Actualmente se enfrenta a cargos por posesión ilegal de armas de fuego.
Las notas del informante de la reunión de junio afirman que “todos los gobiernos a nivel provincial [deben] proporcionar recursos para apoyar plenamente [a los dos influenciadores y otros] para luchar contra Falun Gong”.
“Suministren toda la información maliciosa sobre Falun Gong recopilada internamente por la Seguridad Pública”, dicen las notas.
Los dos YouTubers entrevistaron a varios exartistas de Shen Yun descontentos que fueron despedidos de la compañía por violar las políticas o no dar la talla artísticamente, según el informe de la FDIC.
“Estos individuos, que parecen guardar rencor a Shen Yun, a menudo mezclan mentiras flagrantes con distorsiones de hechos o personas reales para crear una imagen muy engañosa de Shen Yun”, afirma el informe de la FDIC.
La FDIC dijo que “el resultado final de estas historias fantásticas es una narrativa diseñada para incitar a la población estadounidense a volverse contra Shen Yun y Falun Gong”.
Los esfuerzos del PCCh por promover falsas narrativas entre los medios de comunicación estadounidenses parecen haber tenido cierto éxito. Durante más de medio año, The New York Times ha tenido a dos reporteros trabajando en una historia que parece estar basada en las afirmaciones de los artistas descontentos, informó The Epoch Times en marzo.
“Parece haber solapamiento entre los entrevistados que hablan con [uno de los YouTubers] y con reporteros del New York Times, lo que plantea dudas sobre si la información del periódico se está viendo afectada por una campaña de desprestigio apoyada por el PCCh”, se lee en el informe de la FDIC.
En los últimos meses se ha producido un aumento de los incidentes contra Shen Yun, señala la FDIC, incluidas cuentas en X en las que se hacen pasar por empleados de Shen Yun y hacen “declaraciones escandalosas”.
“Las cuentas han sido eliminadas por la empresa de redes sociales tras las quejas presentadas, pero apuntan a una campaña más amplia para manipular la opinión pública en Internet, especialmente entre los hablantes de chino”, señala el informe.
Acciones previas
La FDIC había documentado anteriormente más de 100 intentos del PCCh de sabotear a Shen Yun, la mayoría de las veces presionando a teatros o funcionarios del gobierno para que cancelaran las actuaciones de la compañía bajo amenaza de poner en peligro las relaciones con China.
También ha habido casos en los que los autobuses de gira de Shen Yun han sufrido pinchazos en los neumáticos de tal forma que se habrían reventado mientras circulaban. Se han denunciado varios incidentes de allanamiento y destrucción de propiedades en el campus de la compañía, al norte del estado de Nueva York. Se ha perseguido a familiares de artistas en China.
Los dos agentes del PCCh que intentaron sobornar a un agente del FBI haciéndose pasar por funcionario del IRS el pasado mes de mayo también intentaron utilizar una demanda medioambiental contra las instalaciones de entrenamiento y las escuelas de Shen Yun para “inhibir” su crecimiento, según documentos judiciales.
Mientras tanto, un estadounidense con vínculos comerciales con China ha estado presentando demandas medioambientales infundadas contra Shen Yun en los últimos años.
En marzo, el campus de Shen Yun, así como los lugares donde se presentan sus espectáculos en Estados Unidos y Taiwán, fueron atacados por una serie de amenazas de bomba y de tiroteo masivo enviadas por correo electrónico.
Los metadatos de los correos, obtenidos por The Epoch Times, sugieren que algunas de las amenazas procedían de cuentas reales del Ministerio de Justicia taiwanés. Por lo tanto, el culpable debe haber accedido a las cuentas, por ejemplo mediante piratería informática, o haberlas suplantado para crear la apariencia de correos electrónicos oficiales, dijeron varios expertos en ciberseguridad a The Epoch Times.
“Esto supondría demasiados problemas para un individuo que simplemente tiene un problema con Shen Yun”, dijo Fleming.
Al examinar los metadatos con su equipo, llegó a la conclusión de que el PCCh era el culpable más probable, aunque advirtió que una atribución definitiva es un proceso minucioso que podría llevar meses.
“A primera vista, hay que ver quién tiene más que ganar, quién tiene el mayor problema, y ese es probablemente el PCCh”, afirmó.
Gary Miliefsky, especialista en ciberseguridad y uno de los miembros fundadores del Departamento de Seguridad Nacional, expresó una opinión similar.
“Si camina como un pato, si grazna como un pato, si parece un pato, probablemente sea un pato”, dijo por correo electrónico. “No quiero meterme en política internacional, pero es obvio que la fuente no está en Taiwán”.
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