McALLEN, Texas—El aspecto más preocupante de la crisis fronteriza es el creciente número de extranjeros ilegales que se escapan, dice el presidente del Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza, Brandon Judd.
«No sabemos quiénes son, de dónde vienen o cuáles son sus intenciones», dijo Judd a The Epoch Times. «Cuando se considera la seguridad fronteriza, cuando se considera la frontera, tenemos que ser capaces de identificar quién entra en Estados Unidos. Y si no podemos hacerlo, es imposible proteger a la población estadounidense».
En febrero, la Patrulla Fronteriza calculó que unos 30,000 extranjeros ilegales cruzaron la frontera entre Estados Unidos y México y eludieron su captura; en marzo, fueron unos 37,000; y las cifras preliminares de abril muestran que escaparon unos 42,600. Eso supone unos 1400 al día.
El 5 de mayo, la oficina del sheriff del condado de Webb descubrió a 76 inmigrantes ilegales encerrados en una residencia en Laredo, Texas.
Además, dijo Judd, «es muy justo decir que hay un gran número de personas que son capaces de escapar y que ni siquiera detectamos».
Algunos de esos extranjeros ilegales que consiguen eludir a la Patrulla Fronteriza acaban siendo atrapados durante una persecución de vehículos a gran velocidad, o encerrados en una unidad de tractor-remolque, o empaquetados por docenas en una casa escondite. Otros mueren en los ranchos intentando esquivar un punto de control de la Patrulla Fronteriza, o son abandonados por un contrabandista porque enferman.
«Todo lo que estamos viendo —este barco que volcó— está relacionado», dijo Judd, refiriéndose a una operación de contrabando de personas que salió mal en la costa de San Diego el 2 de mayo. Un total de 33 personas fueron sacadas del agua después de que una embarcación de arrastre de 40 pies chocara contra las rocas y se rompiera. Tres personas murieron.
«Mientras sigamos, en esencia, animando a la gente a cruzar nuestras fronteras ilegalmente, vamos a seguir viendo las casas de escondite, vamos a seguir viendo las embarcaciones, vamos a seguir viendo los semirremolques llenos de gente», dijo Judd.
«Es lo más inhumano que he visto en mi vida en lo que respecta a la frontera, pero se está fomentando. Porque ahora mismo tenemos básicamente una política de fronteras abiertas».
A principios de mayo, la policía de Houston descubrió 97 inmigrantes ilegales en una casa de los suburbios en un supuesto caso de contrabando de personas, según el Departamento de Justicia. Los extranjeros ilegales procedían de México, El Salvador y Honduras, y tenían entre 21 y 31 años. Cinco personas han sido acusadas de contrabando de personas.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza en el sector de Laredo han participado en el desmantelamiento de unas 140 casas de escondite desde el 1 de octubre de 2020, lo que supone un aumento del 230% respecto al total encontrado durante todo el año fiscal anterior.
«Los rescatados fueron encontrados en muy malas condiciones», escribió la oficina del sheriff en un posteo de Facebook.
«Hemos visto otros casos en los que, debido al calor y al hacinamiento, situaciones como ésta han llevado a la muerte», dijo el sheriff del condado de Webb, Martin Cuellar.
Los sheriffs y propietarios de tierras de todo Texas afirman que no tienen recursos para hacer frente a la nueva afluencia de actividad ilegal que llega desde la frontera.
El alcalde de Uvalde, Don McLaughlin, dijo a The Epoch Times que el 6 de mayo, un vehículo que atravesaba la ciudad a 140 millas por hora se estrelló contra dos edificios mientras intentaba evadir a las fuerzas policiales.
El sheriff Pinky Gonzales, del condado de Refugio, Texas, dijo que ha calculado más de 3000 horas-hombre de los ayudantes del sheriff para hacer frente a la delincuencia transfronteriza desde enero.
«Estamos desbordados, abrumados con estos casos. Tengo 13 ayudantes trabajando las 24 horas del día, y a veces tengo que llamar a los que están libres para que vengan a ayudarnos», dijo Gonzales.
Más al norte, en el condado de Lavaca, el sheriff Micah Harmon dijo que sus ayudantes han tratado con numerosas persecuciones de vehículos y rescates.
En una persecución reciente, una camioneta que llevaba entre 18 y 20 extranjeros ilegales se estrelló contra un árbol y se incendió.
A nivel estatal, el gobernador Greg Abbott puso en marcha la Operación Lone Star el 6 de marzo en respuesta al creciente número de cruces fronterizos ilegales, así como al contrabando de personas y drogas en todo el estado.
Durante las primeras cuatro semanas de la operación, los agentes del Departamento de Seguridad Pública de Texas remitieron a más de 16,000 inmigrantes ilegales a la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras y detuvieron a 598 delincuentes, dijo Abbott el 1 de abril. Además, la policía estatal incautó 14 libras de cocaína, 23 armas de fuego y casi un millón de dólares en moneda, y detuvieron a nueve miembros de bandas implicadas en el contrabando, dijo.
Judd dijo que no ve nada en el horizonte de la Administración Biden que reduzca la trayectoria de la actividad ilegal en la frontera.
«Cuando no expulsamos a las personas que cruzaron la frontera ilegalmente, eso es, de hecho, una frontera abierta», dijo. «Y creo que cuando el público estadounidense empiece a reconocer y a darse cuenta de esto, creo que va a haber un enorme clamor. Creo que va a haber un gran rechazo. Por desgracia, el daño ya está hecho».
El presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris han dicho que se están concentrando en enviar más ayuda para abordar las «causas de raíz» de la inmigración ilegal en los países centroamericanos y en México.
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