Estados Unidos firma un pacto de asilo con Honduras para frenar el cruce ilegal de fronteras

Por Tom Ozimek
26 de septiembre de 2019 12:50 PM Actualizado: 26 de septiembre de 2019 12:50 PM

El gobierno de Trump ha firmado un acuerdo con Honduras para ayudar a frenar el flujo de migrantes de Centroamérica a Estados Unidos.

El acuerdo, firmado al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York el 25 de septiembre, permite a Estados Unidos enviar a Honduras a algunos solicitantes de asilo de terceros países.

Si bien los detalles siguen siendo escasos y no está claro cuándo se implementará el acuerdo, este también permite a Estados Unidos apoyar el desarrollo de la capacidad de asilo en Honduras para que sea más factible para el país albergar a quienes buscan un nuevo hogar.

El Presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández Alvarado, habla en el Debate General del 74º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York, Nueva York, Estados Unidos, el 25 de septiembre de 2019. (EFE/Michael Nagle)

En un guiño a la ausencia de una red sólida para absorber a los refugiados, el Secretario de Seguridad Nacional en funciones, Kevin McAleenan, anunció el lunes 47 millones de dólares en ayuda para Guatemala a fin de establecer su sistema de asilo. Estados Unidos y Guatemala firmaron en julio un acuerdo de asilo similar al que se acaba de firmar con Honduras. No está claro qué tipo de asistencia puede recibir Honduras.

Una declaración conjunta de Estados Unidos y Honduras dijo: «Los dos países colaborarán para aumentar las opciones de protección para las poblaciones vulnerables. Estados Unidos y Honduras trabajarán juntos para asegurar que estas poblaciones vulnerables no sean víctimas de los contrabandistas».

Un acuerdo similar se firmó con El Salvador la semana pasada y otros también se acordaron previamente con México y Guatemala.

Los acuerdos son parte de la estrategia de la administración Trump para prevenir la migración incontrolada a través de la frontera suroeste y para combatir las operaciones de contrabando de personas.

Trump dijo a los periodistas que los acuerdos, junto con medidas más estrictas de México tras las amenazas arancelarias, «marcarán una enorme diferencia en nuestra frontera sur». En una reunión con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, al margen de la Asamblea General, Trump dijo que los acuerdos eran «buenos para todos nosotros».

El presidente salvadoreño, Nayib Bukele. (EFE/Rodrigo Sura/Archivo)

Los migrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador –conocidos colectivamente como el Triángulo del Norte– constituyen la mayoría de los arrestados o detenidos en la frontera México-Estados Unidos.

Los funcionarios de inmigración de Estados Unidos dijeron en marzo que la frontera de Estados Unidos había llegado a un punto límite, con decenas de miles de familias migrantes cruzando constantemente. Eso ha llevado a un hacinamiento masivo y a informes de condiciones fétidas y sucias, y a una detención prolongada en instalaciones fronterizas de Estados Unidos que no tenían por objeto retener a la gente más que unos pocos días. No está claro si las cifras aumentarán de nuevo a medida que el clima del desierto se enfríe.

En otros esfuerzos para endurecer las restricciones de inmigración, la administración Trump ha hecho que más de 42.000 personas, en su mayoría centroamericanos, esperen en México y crucen la frontera para tener audiencias en las cortes de inmigración de Estados Unidos.

Mientras tanto, este mes la Corte Suprema de Estados Unidos abrió el camino para que la administración niegue asilo a ciertas categorías de migrantes. El objetivo de esta política es denegar el asilo a cualquier persona que pase por otro país de camino a Estados Unidos sin buscar protección allí.

Los solicitantes de asilo deben pasar un examen inicial llamado entrevista de «miedo creíble», un obstáculo que la gran mayoría pasa. En virtud de la nueva política, no superarán la prueba a menos que hubieran solicitado asilo en al menos un país por el que hayan viajado y se les haya negado. Serán sometidos a procedimientos de deportación acelerada y enviados a sus países de origen a expensas de Estados Unidos.

La prohibición de asilo ha entrado en vigor junto con los esfuerzos de Estados Unidos para ayudar a los países centroamericanos empobrecidos, peligrosos y corruptos a absorber a un gran número de personas que buscan refugio allí.

El secretario de Estado Mike Pompeo dijo en una entrevista el 22 de julio que Estados Unidos ha ampliado su compromiso económico con el Triángulo del Norte, señalando que además de la migración directa de los tres países, muchos de los migrantes que llegan a la frontera de Estados Unidos pasan por dicha región.

«Muchas de las personas que capturamos hoy en nuestra frontera sur no son solo de esos tres países, sino que están en tránsito a través de esos tres países. Estos tienen una obligación», dijo Pompeo al presentador de radio Buck Sexton.

«Es interesante: vi algunas estadísticas sobre cuántos guatemaltecos se han ido, qué tan profundo es el nivel de migración. Tampoco es bueno para Guatemala que sus ciudadanos se vayan. Necesitan que su gente quiera quedarse en el país, y sus líderes necesitan crear un Estado de derecho y sistemas que los convenzan de que eso es lo correcto».

Con información de Peter Svab de La Gran Época, Reuters y The Associated Press.

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