Tras no poder reanimar a la manifestante Rosanne M. Boyland en el sótano del Capitolio, el 6 de enero la trasladaron a la Cripta, donde los bomberos y paramédicos del Departamento de Emergencias continuaron con las maniobras de reanimación durante otros 40 minutos, según muestra un nuevo video de seguridad.
Un video de circuito cerrado de televisión de la Policía del Capitolio, inédito hasta ahora y obtenido por The Epoch Times, añade nuevos detalles cruciales a la trágica historia de la Sra. Boyland, de 34 años y originaria de Kennesaw (Georgia), que murió tras desplomarse en el exterior del túnel de la Terraza Inferior Oeste el 6 de enero de 2021.
El video de seguridad desmiente las afirmaciones hechas en el informe inicial de la Policía del Capitolio de que la Sra. Boyland simplemente se desplomó en la Rotonda del Capitolio a las 5 de la tarde del 6 de enero, y que el oficial que la observó «deambulando por la Rotonda» inició inmediatamente la reanimación cardiopulmonar (RCP).
Nada de lo que el Departamento de Policía Metropolitana transmitió a la familia de la Sra. Boyland en el informe del 7 de enero resultó ser cierto, salvo que estaba muerta. Como muestra de forma concluyente el video de seguridad, la Sra. Boyland no se desplomó en la Rotonda y los paramédicos no la encontraron allí recibiendo RCP de dos oficiales anónimos de la Policía del Capitolio.
La madre de la Sra. Boyland, Cheryl Boyland, pensó que algo no encajaba en ese informe desde el momento en que lo leyó por primera vez a las 4:23 de la madrugada del 7 de enero de 2021. «Me sorprendió y me enfadó que la policía mintiera sobre la muerte de Rosanne en su informe a otros policías», dijo la Sra. Boyland a The Epoch Times en un correo electrónico.
El nuevo video no hace sino acentuar el marcado contraste entre la indiferencia mostrada por la policía ante una Sra. Boyland sin pulso en el exterior del túnel y la determinada atención traumatológica que recibió de médicos, policías y paramédicos una vez que la llevaron al interior del Capitolio.
El video subraya también los desesperados intentos de salvar la vida de la Sra. Boyland por parte de un grupo de compañeros manifestantes, que suplicaron repetidamente a la policía ayuda médica e iniciaron ellos mismos la reanimación cardiopulmonar cuando no se presentó ningún oficial.
Sin embargo, no explica por qué la policía Lila Morris golpeó a la inconsciente Boyland con un bastón mientras yacía tendida e indefensa en la acera.
«Una vez más, agradecemos mucho que estas personas intentaran salvarla, pero llegamos a la misma conclusión que antes», declaró Bret Boyland, padre de Rosanne, a The Epoch Times. «Le prestaron atención demasiado tarde».
El Sr. Boyland dijo que, en la estela inicial del 6 de enero, la familia no estaba segura de si su hija recibió atención médica tras desplomarse. El nuevo video de CCTV ayudó a responder a esa pregunta.
«Nos sentimos aliviados al ver que realmente intentaban salvarla», dijo el Sr. Boyland. «Antes de ver estos videos, no sabíamos si habían hecho algo y tal vez la habían empujado a algún rincón y la habían ignorado.
«Este video reconforta más esa incertidumbre inicial que teníamos y ayudó a responder a esa pregunta original de qué hicieron después de arrastrarla al interior», dijo el Sr. Boyland.
La Sra. Boyland viajó a Washington para asistir al discurso que el presidente Donald Trump pronunció el 6 de enero en la Elipse. Viajó con un amigo, Justin F. Winchell, de 44 años, de Marietta, Georgia. Fue la última de los cuatro partidarios de Trump que murieron en el Capitolio el 6 de enero.
La Sra. Boyland entró en el túnel de la Terraza Inferior Oeste del Capitolio a las 16:18 de aquel día. En ese momento, la muchedumbre del túnel no era violenta, aunque antes se habían producido graves enfrentamientos.
A las 16.20 h, la policía lanzó gases al túnel, lo que desencadenó una estampida de manifestantes hacia la boca del túnel. La Sra. Boyland cayó al suelo en el lado norte de la entrada del túnel, donde ella y docenas de personas más quedaron atrapadas bajo montones de personas. El Sr. Winchell dijo a la familia Boyland que la Sra. Boyland se desplomó tras ser alcanzada en el pecho por un proyectil, probablemente una bola de pimienta.
«Sentí que iba a morir»
«Lo sentí porque no podía respirar. Eso es lo que sentí», declaró a The Epoch Times en 2022 el manifestante Philip Anderson, que estaba junto a la Sra. Boyland en el túnel. «Así que me doy la vuelta y salgo corriendo. Intento salir lo más rápido que puedo.
«Si me hubiera quedado quieto, sinceramente sentí que iba a morir», dijo el Sr. Anderson. «Eso es lo que sentí: ‘No vas a poder respirar dentro si no sales ahora'».
A lo largo de los últimos 18 meses, The Epoch Times ha reunido relatos de testigos presenciales, informes policiales, videos de fuentes abiertas y grabaciones de cámaras corporales de la policía como parte de su investigación sobre la muerte de la Sra. Boyland. El nuevo video de CCTV de la policía del Capitolio se obtuvo gracias al acceso concedido por el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R-Calif.).
El video de la cámara corporal de la policía publicado anteriormente documentaba las desesperadas súplicas de la multitud para que la policía dejara de empujar a los manifestantes fuera del túnel. Los gritos de «Sálvala», «Dios mío, ha caído una mujer» y «Hay gente atrapada aquí debajo» marcaban el desarrollo de la tragedia.
Los manifestantes, entre los que se encontraban Edward «Jake» Lang, el ayudante del sheriff de Tennessee Ronald Colton McAbee y el podcaster Villain Phoenix, intentaron reanimar a la Sra. Boyland tras sacarla de la boca del túnel, donde yacía inconsciente.
«Se desplomó dentro de ese pasillo por asfixia», dijo el podcaster en una transmisión en directo emitida el 6 de enero. «No podía respirar. La sacaron a la escalinata principal, fuera de allí. Varias personas empezaron a practicarle la reanimación cardiopulmonar.
«Intenté tomarle el pulso carotídeo durante varios minutos», dijo. «Le corté parte de los jeans para intentar tomarle el pulso femoral, y no pude tomarle el pulso femoral en absoluto. Lo intenté durante uno o dos minutos en ambas».
La multitud, densamente abarrotada, se enfureció tras ver a la Sra. Morris emerger en primera línea de la policía y golpear a la Sra. Boyland, sin vida, con un bastón de madera. La Sra. Boyland fue golpeada tres veces, según muestra el video de la cámara corporal.
«Nos atacaron»
«…Está tendida, tal vez muerta en este momento, pero la golpearon al menos dos veces en el cuerpo», dijo el Sr. Winchell en 2021. «Y luego la golpearon una vez en la cara, una vez justo aquí, en la nariz, y empezó a salirle sangre de la nariz. Esto no es una broma. Como si nos hubieran atacado».
El Sr. Winchell dijo a la familia Boyland que la Sra. Boyland fue alcanzada por balas de goma, un hecho transmitido a la Oficina del Médico Forense Jefe de DC.
Las imágenes de la cámara corporal revisadas por The Epoch Times muestran a un policía disparando bolas de pimienta a la multitud del túnel a las 16.20 h, justo cuando la policía inició una agresiva ofensiva hacia la boca del túnel.
Los proyectiles de pimienta contienen PAVA, un polvo irritante similar al pimiento que forma una pequeña nube al impactar. Disparados por aire comprimido, los proyectiles de pimienta se desplazan hasta 300 pies por segundo.
La nube de pimienta puede causar «irritación cutánea, irritación ocular grave e irritación respiratoria grave», según la documentación del producto de un fabricante. «La exposición puede provocar lagrimeo abundante, ceguera temporal, sensación de quemazón y dificultad para respirar».
El experto en uso de la fuerza Stan Kephart declaró anteriormente a The Epoch Times que el uso de la fuerza por parte de Morris fue un delito grave de «agresión bajo la apariencia de legalidad», con intención de causar graves lesiones corporales. Afirmó que Morris debía ser procesado penalmente y despedido de la policía. La Policía Metropolitana calificó todos los usos de la fuerza del 6 de enero de «objetivamente razonables«, incluido el golpe de la Sra. Morris a la Sra. Boyland.
Kephart también cuestionó el uso de gas en un espacio cerrado debido a la falta de salida fácil y a la tendencia del gas a eliminar el oxígeno del aire.
Numerosos manifestantes que instaron a la policía a que dejara de empujar a la multitud escaleras abajo y atendiera a la Sra. Boyland recibieron disparos en la cara con gas pimienta, según muestra un video de seguridad aéreo. La desesperación inicial de la multitud se convirtió en ira, lo que llevó a algunos manifestantes a atacar a la línea policial. En un momento dado, la gran multitud empezó a corear: «¡No puedo respirar! ¡No puedo respirar!».
Tras unos minutos de intentos de reanimación cardiopulmonar, seis hombres llevaron a la Sra. Boyland de vuelta a la línea policial y la pusieron delante de los oficiales. «¡Llamen a un médico!» gritó el Sr. McAbee mientras la policía llevaba finalmente a la Sra. Boyland al Capitolio.
Una vez que la Sra. Boyland fue colocada en el centro de dos pasillos del sótano del Capitolio, recibió atención médica inmediata. Las primeras compresiones torácicas se realizaron poco antes de las 16:32, según muestra el video de la cámara corporal de la policía.
Dos médicos de la Policía de Parques de EE. UU. se hicieron cargo de los cuidados de la Sra. Boyland. Continuaron las compresiones torácicas y, tras siete minutos de respiraciones de rescate, le insertaron un tubo respiratorio.
Un agente del Departamento de Policía de Memphis manejó torpemente un desfibrilador externo automático (DEA), lo que obligó a traer una segunda unidad. Una vez aplicados los electrodos del desfibrilador, el aparato no recomendó una descarga, sino que indicó a los reanimadores que continuaran con las compresiones torácicas y la respiración artificial.
Un médico de la Policía de Parques informó de «respiración agónica, sin pulso» justo antes de las 16.40 h. Minutos después, declaró: «Se está enfriando».
A las 16:46, trasladaron a la Sra. Boyland a un carro improvisado y la subieron por una rampa hacia la Cripta, adonde se dirigían los paramédicos. Entre los rescatadores se encontraban el sargento paramédico Timothy Bennett, el jefe del batallón de bomberos Christopher Holmes, un médico de la policía de parques y dos oficiales no identificados de la policía del Capitolio.
El nuevo video de seguridad recoge el momento en que la Sra. Boyland fue trasladada a través de la Cripta, un nivel por encima del sótano. No parece que se utilizara el ascensor, lo que significa que los rescatadores subieron el carro por las escaleras hasta el nivel de la Cripta.
La hicieron pasar por la Cripta hasta la Puerta Conmemorativa. Unos paramédicos con una camilla se reunieron con el grupo al final de un pasillo que conduce a la puerta del ala residencial a las 16:47. Tras colocar a la Sra. Boyland en la camilla, los rescatadores se dirigieron hacia la puerta del ala residencial, pero se detuvieron en seco y la bajaron al suelo.
«Cuando entramos en el Capitolio, la tenían en una especie de plataforma rodante o carro de arrastre, y tiraban de ella por el pasillo hacia nosotros», declaró Ellen Kurland, capitana del Servicio de Emergencias Médicas, en un documental del 6 de enero producido por los Bomberos y el Servicio de Emergencias Médicas de DC. «Trabajamos con ella durante 30 minutos, y llevaba en el suelo 20 minutos antes de que pudiéramos llegar hasta ella».
Eran las 16:50. La Sra. Boyland llevaba desmayada desde las 16:22. Los bomberos trajeron un equipo de monitorización cardiaca. Le pusieron una vía intravenosa. Le administraron epinefrina para mejorar el flujo sanguíneo al corazón. Las compresiones torácicas continuaron durante 40 minutos.
«La trasladamos al pasillo, donde pudimos trabajar con ella en el lugar», dijo el paramédico Sean Magee, del cuerpo de bomberos.
Una multitud de bomberos, policías y agentes tácticos del FBI con el equipo completo se reunieron alrededor mientras continuaban los esfuerzos de rescate, según muestra el video de CCTV.
A la Sra. Boyland se le administró epinefrina siete veces más, según la información facilitada a su familia por los bomberos y el servicio de emergencias de DC. Tras la octava dosis, se agotó el suministro.
Volvieron a colocar a la Sra. Boyland en la camilla y la llevaron de nuevo a través de la Cripta hasta la Biblioteca Jurídica, donde la camilla salió del Capitolio a las 17.33 horas.
La ambulancia no llegó al Hospital Universitario George Washington hasta las 18.00 h. La Sra. Boyland fue declarada muerta a las 18.09 h.
Tras ver el nuevo video de CCTV, el Sr. Boyland dijo que se queda con la misma inquietante pregunta: ¿qué hubiera pasado si se hubieran iniciado los esfuerzos avanzados de rescate fuera del Capitolio cuando los manifestantes pedían ayuda?
«Fíjate en cuando estaba tumbada fuera, cuando Lila Morris cogió ese palo», dijo el Sr. Boyland. «Si ella hubiera empezado a intentar ayudar, quizá algo sería distinto.
«O si hubieran empezado a socorrerla incluso antes, cuando los demás manifestantes gritaban que estaba en el suelo y necesitaba ayuda».
CRONOGRAMA DE LOS EVENTOS EN TORNO A LA MUERTE DE LA SRA. BOYLAND EL 1 DE ENERO. 6
4:20:13
Un policía dispara balas de goma desde la parte trasera del túnel contra la multitud apretujada. Una nube de gas liberada por la policía en el túnel llega a los manifestantes y desencadena una estampida hacia la entrada del túnel. Los manifestantes salen del túnel como una cascada y caen por los escalones de hormigón del exterior. Cuanto más empuja la policía por detrás, más crece el montón.
4:21:41
Alguien en la parte delantera del túnel dice: «¡Dios, ha caído una mujer!».
4:22:07
La misma voz dice: «¡Están pisoteando a una mujer!»
4:24:26
Se oye a un manifestante en la cámara corporal: «¡Oh, Dios, voy a caer!»
4:24:56
Justin Winchell grita a la línea de policía: «¡Hay gente atrapada aquí debajo!».
4:25:37
Un manifestante con barba negra grita: «¡Están aplastando a alguien!».
4:25:43
El mismo hombre suplica: «¡Levántala! ¡Levántenla! ¡Levántenla, por favor! ¡Sálvala! ¡Sálvale la vida, por favor!».
4:25:49
La cámara corporal capta varias toses débiles de una voz femenina.
4:26:19
La policía empuja a tres hombres fuera del túnel hacia la Sra. Boyland.
4:26:27
Un manifestante que sangra por la cabeza tras ser golpeado por la policía suplica a los oficiales: «¡Sálvenla!», mientras señala a la Sra. Boyland en el suelo.
4:26:38
El Sr. Winchell grita: «¡Levántenla, por favor! ¡Se va a morir! ¡Se va a morir! Se va a morir!»
4:26:42
La policía empuja a otros dos hombres grandes fuera del túnel hacia la Sra. Boyland.
4:26:47
El Sr. Winchell sigue suplicando ayuda. «¡Está muerta! Está muerta. Dios mío, está muerta. ¡Está muerta! ¡Rose!».
4:26:59
El Sr. Winchell mira a la multitud y exclama: «¡Necesito a alguien! ¡Necesito médicos!».
4:27:05
El manifestante Edward «Jake» Lang saca a un Philip Anderson inconsciente de la pila humana.
4:27:17
Un manifestante lanza un bastón de madera a la oficial del MPD Lila Morris, que está agachada en la boca del túnel.
4:27:52
La Sra. Morris coge el bastón con la mano izquierda y golpea al manifestante Luke Coffee en el brazo izquierdo. A continuación, golpea rápidamente a la Sra. Boyland en tres ocasiones, en las costillas, la cabeza y la cara.
4:27:57
Cuando la Sra. Morris intenta asestar un cuarto golpe, el bastón sale volando de sus manos, rebota en el arco superior y cae a su izquierda.
4:28:10
Mientras el Sr. Coffee levanta una muleta de aluminio por encima de su cabeza en la línea policial, los manifestantes se acercan y apartan a la Sra. Boyland de la boca del túnel e inician la reanimación cardiopulmonar.
4:28:50
La Sra. Morris parece desplomarse y es arrastrada de vuelta al túnel por otros policías, jadeando: «¡No puedo respirar!».
4:30:37
El ayudante del sheriff de Tennessee, Ronald Colton McAbee, y varios hombres más cargan con la Sra. Boyland y la colocan justo delante de la policía en la boca del túnel. «¡Llamen a un médico!», grita el Sr. McAbee.
4:31:02
Los oficiales agarran a la Sra. Boyland por los jeans y la arrastran hacia la entrada del túnel del Capitolio.
4:31:29
Una voz en la cámara corporal comenta la necesidad de un desfibrilador externo automático (DEA). El oficial de policía de Memphis William Bogner comenta: «Aquí había un DEA en una caja amarilla. ¡Busca una caja amarilla! Había un DEA en una caja amarilla».
4:31:37
El oficial del MPD Michael Dowling agarra el pie derecho de la Sra. Boyland para ayudarla a entrar en el edificio. Otro agente cae sobre ella cerca de la cabeza. Le quita la sudadera negra. La arrastra hasta una intersección de dos pasillos.
4:31:56
Los oficiales del MPD realizan las primeras compresiones torácicas a la Sra. Boyland. Un médico de la Policía de Parques toma el mando de sus cuidados.
4:33:08
La oficial del MPD Sarah Beaver se esfuerza por preparar el DEA para su uso. Parece que rompe la unidad. «No sé cómo hacerlo», dice frustrada.
4:35:53
Se acopla una nueva unidad de DEA a la Sra. Boyland. Una voz informatizada de la unidad dice: «Evaluando ritmo cardiaco. No se recomienda descarga. Realiza compresiones torácicas y respiraciones de rescate».
4:39:47
Un médico de la Policía de Parques informa: «Respiración agónica, sin pulso».
4:40:43
Un segundo médico de la Policía de Parques introduce un tubo de respiración en la garganta de la Sra. Boyland.
4:45:35
Los equipos de rescate empiezan a trasladar a la Sra. Boyland del suelo a un carro improvisado.
4:46:35
Suben a la Sra. Boyland por una rampa hacia la Cripta, donde la esperan los paramédicos.
4:47:40
Los rescatadores introducen a la Sra. Boyland en el carrito en la Cripta por la entrada oeste y salen por el pasillo sur.
4:48:25
El carrito que transporta a la Sra. Boyland pasa por la Puerta Conmemorativa del nivel de la Cripta.
4:48:54
Los bomberos y paramédicos de DC con una camilla se encuentran con el carrito que transporta a la Sra. Boyland al final del pasillo que lleva a la Puerta del Ala de la Casa. La trasladan a la camilla.
4:50:20
La camilla se detiene cerca de la puerta del ala residencial. Sacan a la Sra. Boyland y la dejan en el suelo, donde le siguen practicando la reanimación cardiopulmonar hasta las 17:30 aproximadamente.
5:33 p.m.
Se vuelve a colocar a la Sra. Boyland en la camilla y la llevan a través de la Cripta hasta la Biblioteca Jurídica, donde los equipos de emergencia salen con ella para llegar al escuadrón de rescate, que se retira a las 17:33:40.
6:00 p.m.
El escuadrón de rescate llega al Hospital Universitario George Washington.
6:09 p.m.
La Sra. Boyland es declarada muerta.
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