Los aparentes esfuerzos de la China comunista para negociar la paz en el Medio Oriente son parte de una campaña más amplia para socavar la influencia global de Estados Unidos, según un experto.
El papel del régimen en la mediación de una distensión diplomática entre Irán y Arabia Saudí, en marzo, fue tanto un intento de obtener una ventaja sobre Estados Unidos como un esfuerzo para estabilizar la región, afirmó Alex Vatenka, director fundador del Programa sobre Irán del think tank Middle East Institute.
“Hasta ahora, lo que China ha hecho es actuar como una especie de sede y anotarse un tanto diplomático frente a Estados Unidos», dijo Vatenka durante una charla el 4 de abril con la Fundación Jamestown, un think tank con sede en Washington.
“Los chinos simplemente entraron y fueron capaces de crear el escenario. Y estoy seguro de que esto fue deliberado tanto para Irán como para los saudíes”.
Vatenka dijo que el Partido Comunista Chino (PCCh), que gobierna China como un Estado de partido único, estaba trabajando para socavar la influencia internacional de Estados Unidos tratando de convencer a otras naciones de que es una influencia desestabilizadora, y que el modelo autoritario de paz del régimen chino era preferible para el sistema internacional.
“China quiere ser, no solo un intermediario de acuerdos, sino un pacificador”, dijo Vatenka.
“Aquí es donde Estados Unidos debe preocuparse. El contraste con el modelo chino es el modelo estadounidense, que Beijing quiere presentar como belicista o como un incitador deliberado de tensiones en todas las regiones del mundo”.
Aun así, agregó Vatenka, el PCCh no tiene el poder o la influencia para crear y defender tal acuerdo por sí solo.
De hecho, dijo, Irán y Arabia Saudita comenzaron conversaciones para llegar a un acuerdo de este tipo en Bagdad, en abril de 2021, y China solo se involucró más tarde para proporcionar un lugar para la negociación y enviar una señal a Estados Unidos de que las dos potencias estaban diversificando sus opciones para el compromiso internacional.
“Dudo que China tenga la experiencia y la influencia necesarias en Medio Oriente para hacerlo por sí sola”, dijo Vatenka.
La administración Biden no logra mantener su presencia en Medio Oriente
El auge diplomático del PCCh en el Medio Oriente y la decisión de las potencias regionales de señalar su descontento con Estados Unidos a través de esa diplomacia se deriva en parte de la decisión de la administración Biden de retirar recursos de la región para dar prioridad al Indo-Pacífico, dijo el senador James Lankford (R-Okla.).
Esta transición dejó a los líderes en el Medio Oriente inseguros del compromiso de Estados Unidos y desconcertados sobre lo que la nación estaba realmente dispuesta a hacer para estabilizar y comprometerse con la región, agregó.
“Nadie en la región sabe cuál es la posición de Estados Unidos con respecto a Irán”, dijo Lankford durante una discusión el 23 de marzo con el America First Policy Institute, un grupo de expertos conservador.
“Si [los líderes en Medio Oriente] no saben lo que Estados Unidos está dispuesto a hacer, recurrirán a China, recurrirán a otra persona, descubrirán cómo pueden sobrevivir porque no hay un plan claro”.
En este sentido, Lankford afirmó que la victoria, en gran medida simbólica, del PCCh en la mediación del deshielo de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudí se debió más a un fracaso de la estrategia política estadounidense que a cualquier merito por parte de China.
“Mientras estábamos ‘girando hacia Asia’, Asia pivotaba hacia el Medio Oriente”, dijo Lankford.
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