La reincorporación al Acuerdo Climático de París, tal y como está ahora, tendrá consecuencias económicas devastadoras para Estados Unidos, con poco beneficio medioambiental real, según los expertos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó el 20 de enero una orden ejecutiva para reincorporarse al pacto mundial, una de sus primeras medidas importantes de su mandato. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los países desarrollados en el marco del acuerdo deben «tomar la iniciativa en la prestación de asistencia financiera a los países menos dotados y más vulnerables», al tiempo que fomentan las contribuciones voluntarias de otros países.
Aunque «bienintencionado», el acuerdo fue defectuoso desde el principio desde el punto de vista económico y medioambiental, según Nicolas Loris, subdirector del Instituto Thomas A. Roe de Estudios de Política Económica de la Heritage Fundation.
«Será muy costoso para las familias y las empresas estadounidenses, porque el 80 por ciento de nuestras necesidades energéticas se satisfacen con combustibles convencionales que emiten carbono», dijo Loris a The Epoch Times. «Regularlos y subvencionar las alternativas va a perjudicar a las familias estadounidenses y a los contribuyentes».
«Debido a que el acuerdo climático de París no tiene realmente un contenido, los países en desarrollo están recibiendo un pase libre en términos de sus emisiones», dijo. «Es probable que el acuerdo climático de París no vaya a alcanzar su objetivo previsto».
El objetivo del Acuerdo de París es limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 grados Celsius, preferiblemente a 1.5 grados Celsius, en comparación con los niveles preindustriales. Según la ONU, para lograr este objetivo a largo plazo, los países «aspiran a alcanzar un máximo global de emisiones de gases de efecto invernadero lo antes posible para lograr un mundo climáticamente neutro a mediados de siglo».
Un informe de Heritage Foundation de 2016, redactado por Loris y otros expertos, explora las consecuencias a las que se enfrentaría Estados Unidos formando parte del Acuerdo de París. El informe, titulado «Consecuencias del Protocolo de París: Costes económicos devastadores, beneficios medioambientales esencialmente nulos», analizó los costes de las consecuencias económicas, así como el impacto que tendría en la reducción de las emisiones de carbono a nivel mundial.
Las empresas van a repercutir estos costes en el consumidor, según Loris.
«Calculamos que, en un periodo de 15 años, estamos hablando de una pérdida agregada de 20,000 dólares por familia de cuatro miembros», señaló. «Si se incrementa el coste de la energía, los estadounidenses no solo tendrán que pagar más por electricidad y en el surtidor, sino que también tendrán que pagar más por los comestibles, por salir a comer o por comprar ropa, ya que todo requiere energía para su elaboración».
El golpe económico para las familias será importante y afectará de forma desproporcionada a los pobres, que son los que gastan el mayor porcentaje de su presupuesto en costes energéticos, dijo Loris.
«Es una política muy regresiva, en lugar de algo que debería ser más proactivo y centrado en la innovación que pueda conducir al bienestar económico y medioambiental», dijo.
«Este acuerdo realmente no logró ni lo uno ni lo otro (…) El verdadero resultado es que todo es dolor económico y ninguna ganancia climática real desde una perspectiva global».
Anthony Watts, investigador principal de medio ambiente y clima en el Instituto Heartland, dijo según su análisis, que el acuerdo costaría a Estados Unidos «unos 2.7 millones de puestos de trabajo para 2025 debido a la reducción de parte de la industria. Esto significaría que perderíamos unos 440,000 empleos manufactureros».
Estados Unidos abandonó formalmente el acuerdo de París en noviembre de 2020, aunque el presidente Donald Trump había hablado de dejarlo ya en 2017. Trump criticó el acuerdo por impactar negativamente la economía estadounidense, al tiempo que señaló que algunos otros países no tendrían los mismos estándares.
«Bajo el acuerdo, China podrá aumentar estas emisiones en un número asombroso de años —13», dijo Trump. «Pueden hacer lo que quieran durante 13 años. Nosotros no (…) Hay muchos otros ejemplos».
China es el mayor financiador y constructor de infraestructuras tanto de combustibles fósiles como de renovables en todo el mundo, según Climate Action Tracker. También es el mayor emisor de CO2 del mundo.
Los partidarios del Acuerdo de París elogiaron al gobierno de Biden por su decisión.
«La recuperación económica y la lucha contra el cambio climático van de la mano y el presidente Biden hizo de estos asuntos críticos una de sus principales prioridades al asumir el cargo», dijo Heather Zichal, directora ejecutiva de la American Clean Power Association, en un comunicado.
«Para que el mundo supere este reto, nuestro país debe hacer algo más que desempeñar un papel; debemos liderar», dijo. «Las industrias de energía limpia de Estados Unidos están dispuestas a invertir en las comunidades y la fuerza de trabajo de Estados Unidos, mientras trabajamos juntos para lograr un futuro más próspero y con menos emisiones de carbono».
Por su parte, el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, calificó la medida de Biden como un paso en la dirección equivocada. El senador dijo que Estados Unidos «ya ha estado reduciendo las emisiones de carbono mientras que China y otras naciones en el acuerdo han seguido aumentando las suyas».
«El presidente dio marcha atrás el el fallido acuerdo climático de París, un terrible acuerdo que nos llevaría a autoinfligir un gran dolor económico para las familias trabajadoras estadounidenses sin ninguna garantía de que China o Rusia cumplan sus compromisos», dijo McConnell el 21 de enero.
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