La mayor parte de los restos del globo espía chino derribado por el ejército estadounidense la semana pasada aún yacen en el océano.
El FBI ha recuperado hasta ahora evidencias físicas muy limitadas del globo de vigilancia chino derribado frente a la costa de Carolina del Sur el 4 de febrero. Los altos funcionarios del FBI dijeron que la oficina aún no tiene suficiente información de los restos para evaluar las capacidades del globo.
«Es muy pronto para nosotros en este proceso y las pruebas que se han recuperado y traído al FBI son extremadamente limitadas», indicó un funcionario durante una rueda de prensa el 9 de febrero.
Eric Pokorak, director adjunto de la División de Laboratorio del FBI, dijo que era demasiado pronto para poder determinar en la investigación la intención y las capacidades del globo.
Pokorak describió el campo de escombros como una «escena a gran escala» y declaró que las condiciones meteorológicas «pueden afectar» la recogida de evidencias y el transporte de los objetos recuperados en los próximos días.
También el director adjunto de la División de Operaciones y Tecnología (OTD) del FBI, Michael Paul, dijo que el FBI no tenía acceso a la mayor parte de la carga útil del dirigible, donde se habría transportado su electrónica, y que la mayor parte de la superestructura permanecía bajo el agua.
«Nosotros no hemos visto la carga útil, donde esperamos ver la mayor parte de la electrónica», indicó Paul.
«La OTD desplegó especialistas para ayudar en el rastreo y evaluar específicamente los componentes electrónicos que pudieran recuperarse durante la operación», añadió el director adjunto.
Aún así, dijeron los funcionarios, los agentes estaban trabajando para descontaminar e identificar los componentes que se habían recuperado, que hasta ahora consisten principalmente en algunos cables y una pequeña cantidad de componentes electrónicos.
Globo espía chino forma parte de una campaña mundial de espionaje
Estados Unidos acusó al régimen comunista chino de utilizar el globo y otros similares en una campaña de espionaje que se ha extendido durante años por 40 países y cinco continentes.
Durante una rueda de prensa celebrada el 8 de febrero, el Secretario de Estado, Antony Blinken, declaró que Estados Unidos estaba compartiendo información de inteligencia con las 40 naciones seleccionadas, y que utilizando nuevos datos de inteligencia se había descubierto cuatro incidentes anteriores en los que globos espía chinos incursionaron ilegalmente en el espacio aéreo estadounidense.
A primera hora del miércoles, el portavoz del Pentágono, el general de brigada, Pat Ryder, confirmó esos cuatro incidentes e indicó que los globos de vigilancia chinos habían entrado en el espacio aéreo de Estados Unidos continental en un aparente esfuerzo por espiar «lugares estratégicos», en cada uno de los casos.
La presencia del globo espía y su aparente esfuerzo por recabar información sobre emplazamientos nucleares estadounidenses hizo saltar las alarmas en todo el país ante la posibilidad de un ataque por parte de China en caso de un conflicto de mayor envergadura.
Algunos expertos creen que un globo similar podría utilizarse para detonar armas de pulso electromagnético (EMP) sobre las instalaciones nucleares estadounidenses, inutilizando así el arsenal de la nación.
Sin embargo, Paul dijo que el FBI no había encontrado ninguna evidencia de que este globo llevara una carga útil de este tipo.
«No hemos identificado ningún tipo de material energético u ofensivo», afirmó.
A primera hora del día, un portavoz del Departamento de Estado afirmó que la empresa responsable de la fabricación de los globos para el programa de espionaje chino estaba directamente relacionada con el ejército chino.
Los responsables del FBI dijeron que aún no disponían de información sobre dónde se fabricaron los componentes de los globos, pero que las evidencias, cuando se recuperen, podrían utilizarse con fines de inteligencia o para presentar cargos penales.
Con información de Reuters
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