El fiscal general de Carolina del Sur, Alan Wilson, dijo en un comunicado de prensa el martes que el mandato de mascarillas para las escuelas de Columbia viola la ley estatal y «debe ser anulado».
En una carta (pdf) dirigida al alcalde de Columbia, Stephen Benjamin, y al ayuntamiento de Columbia, Wilson dijo que, si el mandato no es anulado, «la ciudad estará sujeta a las acciones legales apropiadas para impedir su aplicación».
Wilson dio al alcalde y al ayuntamiento hasta el viernes 13 de agosto para cumplir.
Benjamin había declarado el estado de emergencia en la capital del estado el miércoles, provocado por el informe del Hospital Infantil Prisma Health de Columbia de que había llegado a una «capacidad límite» para atender a niños diagnosticados con COVID-19.
El ayuntamiento de Columbia ratificó posteriormente el estado de emergencia durante una reunión de emergencia celebrada al día siguiente, ordenando el uso de mascarillas para todo el profesorado, los empleados, los visitantes y los niños de las escuelas públicas y privadas, y las guarderías que imparten clases a niños de 2 a 14 años.
Benjamin había dicho en la reunión del ayuntamiento que la constitución del estado y el código de la ciudad le daban a él y al ayuntamiento la autoridad para exigir mascarillas en las escuelas.
La ordenanza de la ciudad atribuye el impulso de la declaración de emergencia a la variante del delta, que es una amenaza para los niños no vacunados, ya que las tasas de vacunación en Carolina del Sur están cerca de las más bajas del país.
Legislación prohíbe los mandatos de mascarillas
En una carta del 6 de agosto a Wilson, el presidente del Senado de Carolina del Sur, Harvey Peeler, y el presidente de la Cámara de Representantes de Carolina del Sur, Jay Lucas, informaron a Wilson de la intención de la legislatura de prohibir los mandatos de mascarillas en las escuelas.
Esta es la carta:
Según Wilson, la legislatura había aprobado una disposición presupuestaria que decía: «Ningún distrito escolar, ni ninguna de sus escuelas, puede utilizar los fondos asignados o autorizados en virtud de esta ley para exigir que sus estudiantes y/o empleados lleven mascarillas en cualquiera de sus instalaciones educativas».
Wilson añadió que es aceptable fomentar el uso de mascarillas, pero que debe ser opcional.
«Esta prohibición se extiende al anuncio o la aplicación de cualquier política de este tipo. Aunque la cláusula no menciona a las municipalidades, está claro, tanto por la simple lectura de su lenguaje como por la intención expresada por los líderes legislativos, que la asamblea general no cree que los estudiantes o empleados de las escuelas deban estar sujetos a mandatos de mascarillas», añade la carta.
Responsabilidad personal, no mandatos
El lunes, en una conferencia de prensa desde la casa de gobierno, el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, dijo que la respuesta es la responsabilidad personal y el sentido común —no los mandatos de mascarillas.
«Cerrar nuestro estado, cerrar las escuelas y poner mascarillas a los niños que no tienen elección, para proteger a los adultos que sí la tienen, es algo equivocado y no lo vamos a hacer», dijo McMaster.
El martes, el presidente Joe Biden dijo que su administración está «verificando» si se puede implementar el mandato universal de mascarillas en las escuelas públicas, aunque no cree que la administración tenga el poder, «hasta ahora».
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