Un funcionario de la Casa Blanca hizo el 20 de junio una afirmación falsa sobre las vacunas contra COVID-19 mientras animaba a los padres a vacunar a sus niños pequeños.
El Dr. Ashish Jha, coordinador de COVID-19 de la Casa Blanca, dijo que «no ha habido ningún efecto secundario grave de estas vacunas», lo que no es cierto.
Reacciones alérgicas graves, coagulación de la sangre, inflamación del corazón y parálisis son algunos de los efectos secundarios graves relacionados con las tres vacunas contra COVID-19 disponibles en Estados Unidos.
«Existe un riesgo bien documentado de miocarditis por la vacuna COVID, especialmente en hombres jóvenes y adolescentes, además de un riesgo elevado de coagulación en mujeres jóvenes con la vacuna Moderna», dijo a The Epoch Times el Dr. Jay Bhattacharya, profesor de medicina de la Universidad de Stanford, en un correo electrónico.
«No es correcto que los asesores científicos del gobierno resten importancia a los riesgos documentados de la vacuna porque, en última instancia, socava la confianza en la salud pública», añadió Bhattacharya.
La Casa Blanca no devolvió la solicitud de comentarios.
Jha, que recientemente ocupó un puesto en la administración Biden y que se encuentra en un descanso de su cargo de decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown, estuvo el lunes en una gira de medios de comunicación promoviendo la vacuna COVID-19 para niños menores de 5 años.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos autorizó la semana pasada las vacunas de Pfizer y Moderna para los niños pequeños, y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomendaron que prácticamente todos los niños que cumplen los requisitos reciban una de las vacunas.
Jha dijo que las medidas se tomaron porque los datos sobre las vacunas son «bastante claros» y seguros y eficaces, incluso cuando surgieron grandes dudas sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas.
«Es realmente tranquilizador saber que, para los niños pequeños, estas vacunas son extremadamente seguras», dijo Jha.
Los niños del ensayo de Moderna resultaron más propensos a sufrir un acontecimiento adverso grave después de la vacunación que después de recibir un placebo. A su vez, más voluntarios vacunados en el ensayo de Pfizer experimentaron casos graves de COVID-19 en comparación con el grupo de placebo.
«La frase ‘seguro y eficaz’ se ha convertido en algo sin sentido y ya no se puede confiar en ella. Ha sido secuestrada por los intereses comerciales. Una frase más precisa sería ‘comprador tanga cuidado'», dijo Kim Witzczak, una defensora de la seguridad de los medicamentos que creó un grupo llamado Woody Matters, en un correo electrónico reciente después de revisar los datos de los ensayos.
Jha también dijo que las vacunas «están haciendo un trabajo extraordinario para mantener a los niños fuera del hospital». Si bien eso parece haber sido así al principio de la pandemia, puede que no lo sea ahora, según los datos presentados durante las reuniones con los paneles asesores de vacunas del gobierno la semana pasada.
Por ejemplo, la eficacia contra la hospitalización fue solo del 22 por ciento después de 60 días entre los jóvenes de 12 a 15 años que recibieron la vacuna de Pfizer, según datos de la red VISION de los CDC.
Otros estudios indicaron una mayor efectividad, pero no está claro si las vacunas están haciendo un «trabajo extraordinario».
Además, no hay pruebas clínicas de que las vacunas protejan contra los casos graves en los niños pequeños.
Jha habló en la CBS y la ABC.
Todos los expertos que asesoran al gobierno votaron a favor de las vacunas.
Pero algunos dijeron que los padres deberían conocer detalles clave, como que los datos de seguridad y eficacia se basan en un pequeño número de niños.
«Creo que es la decisión correcta hoy en día hacer que estas vacunas estén disponibles para este grupo de edad, pero también creo que es importante que la gente entienda que es un pequeño número de niños que han recibido estas vacunas y que la seguridad no está tan bien establecida como en los adolescentes y los adultos», dijo durante una de las reuniones quien asesora a la FDA sobre las vacunas, el Dr. Cody Meissner. «Así que es importante continuar con el seguimiento del perfil de seguridad de estas vacunas. No creo que deban exigirse para ninguna situación específica».
Por otro lado, otros dijeron que creen que los padres deberían vacunar a sus hijos, independientemente de la salud del niño.
«Mi esperanza personal [es] que todos los niños de EE. UU. busquen y se vacunen en un futuro próximo», dijo el Dr. Michael Nelson, otro asesor.
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