Funcionarios del Condado de Orange debaten la forma más segura de reabrir las escuelas en otoño

Por Jamie Joseph
08 de julio de 2020 4:02 PM Actualizado: 08 de julio de 2020 4:02 PM

El debate sobre cómo manejar mejor la reapertura del Condado de Orange después de los cierres obligatorios debido a la pandemia de COVID-19 se ha extendido a las escuelas.

Los funcionarios escolares y los profesionales médicos del condado no están de acuerdo en muchos detalles, pero la mayoría está de acuerdo en la importancia de que los niños vuelvan a la escuela en persona en otoño. Algunos dicen también que el daño psicológico causado por el aislamiento puede ser una mayor amenaza para los jóvenes vulnerables que la COVID-19.

«El impacto en los niños, creo, es incluso peor que en los adultos», dijo el psiquiatra infantil Mark McDonald a The Epoch Times. «Los niños están destinados a ir a la escuela, al igual que los adultos están destinados a ir a trabajar».

Un reciente foro público organizado por la Junta de Educación del Condado de Orange (OCBE) puso de manifiesto una serie de diferencias en el enfoque de la reapertura, especialmente en lo que respecta al uso de mascarillas y al distanciamiento social.

McDonald, junto con otros profesionales de la salud y la educación, habló en el foro del 24 de junio, que tenía el objetivo declarado de proporcionar «orientación y recomendaciones a los distritos escolares del Condado de Orange sobre la reapertura segura y eficaz de las escuelas públicas».

McDonald, que se especializa en la evaluación y el tratamiento de jóvenes con enfermedades mentales, dijo que el «entorno natural del desarrollo neurológico» de los niños se frustró cuando las escuelas cerraron a principios de marzo. Dijo que es vital que los estudiantes jueguen con otros niños, toquen cosas y aprendan a concentrarse en una habitación con otras personas.

«Puedo decirles que si las escuelas no reabren (…) quiero decir, físicamente sentados en la silla de la escuela, vamos a ver a toda una generación de niños que… no solo tienen problemas ahora, sino que también están traumatizados», dijo McDonald.

La necesidad psicológica de la escuela en persona

El desarrollo natural de los estudiantes se detuvo cuando las escuelas cerraron y las aulas fueron reemplazadas por sesiones de Zoom, según McDonald. El tiempo enfrente de la pantalla se disparó, mientras que las actividades sociales fueron eludidas.

«Muchos niños están realmente en regresión», dijo. «También están desarrollando trastornos de ansiedad, trastornos depresivos. Se rascan, se cortan, tienen ataques de pánico, tienen pesadillas por la noche».

No todos los padres están en posición de educar en casa, dijo McDonald, ahondando en el problema. Algunos son padres solteros que trabajan todo el día; otros no tienen tiempo de cuidar a sus hijos mientras completan tareas en internet. Algunos niños viven con cuidadores que tienen más de un hijo que cuidar. Por otro lado, las familias de bajos ingresos no tienen los recursos para afrontar el gasto que supone realizar el aprendizaje por internet.

A los niños pequeños se les enseña una ilusión de seguridad basada en el miedo al permanecer confinados, lo que inhibe su capacidad de crecer a partir de los errores o de la incomodidad, dijo McDonald. Con el tiempo se sienten cómodos en casa y «ya no quieren ni salir».

«Comienzan a convertirse en una cáscara de su antiguo yo. Y para que vuelvan a sus patrones de crecimiento [psicológico] normales (…) tienen que llevarlos a terapia».

En junio, la Academia Americana de Pediatría (AAP) presentó sus recomendaciones para la reapertura de las escuelas. Se esbozaron el distanciamiento físico, las medidas de limpieza y los tests de COVID-19.

«La AAP aboga firmemente por que todas las consideraciones [que vayan a perfilar] la política para el próximo año escolar comiencen con el objetivo de que los estudiantes estén físicamente presentes en la escuela», decía la guía.

«La importancia del aprendizaje en persona está bien documentada, y ya hay pruebas de los impactos negativos en los niños debido al cierre de escuelas en la primavera de 2020».

Los padres también están abrumadoramente de acuerdo en mantener el aprendizaje en persona.

El Distrito Escolar Unificado de Orange (OUSD), que atiende a más de 28,000 estudiantes en Anaheim, Orange y Santa Ana, obtuvo la opinión de los padres a través de una encuesta en internet el 3 de junio, en la que se pidió a las familias que eligieran entre volver a la escuela en otoño o la educación virtual.

Se recogieron más de 8400 respuestas, y el 73 por ciento de las familias optó por el aprendizaje tradicional de vuelta a la escuela. Solo el 27 por ciento restante prefirió una opción virtual.

¿Cómo serán las escuelas en otoño?

El Departamento de Educación del Condado de Orange (OCDE) ha desarrollado una guía para la reapertura de las escuelas que incluye el aporte de expertos en salud y de los distritos escolares locales. Las recomendaciones incluyen una mezcla de aprendizaje presencial y virtual, programación innovadora y monitoreo de la situación de la salud.

El departamento señaló en sus directrices la importancia de instruir a los estudiantes en el lavado adecuado de las manos y en el uso de protectores faciales. Si un miembro del claustro contrajera la COVID-19 los protocolos para tales casos también se incluyen en la guía.

El superintendente del Condado de Orange, Al Mijares, dijo que la guía, que tiene «recomendaciones sobre el espacio en el aula, la limpieza, el servicio de alimentos, la promoción de la higiene saludable y otras áreas», debe ser utilizada por los distritos «para tomar las decisiones que mejor satisfagan sus necesidades locales».

El jefe de comunicaciones de la OCDE, Ian Hanigan, dijo a The Epoch Times por correo electrónico que «los consejos escolares y los superintendentes elegidos localmente aprobarán e implementarán planes específicos para sus distritos basados en las necesidades de sus escuelas y comunidades».

De acuerdo con los «Planes de Reimaginación de Escuelas y Reapertura de Instalaciones» de la OUSD, un modelo sugerido para el regreso es un enfoque híbrido, una alternancia entre el aprendizaje a distancia y el presencial.

Los planes de la OUSD esbozan diferentes escenarios para el aprendizaje mixto. Una posibilidad sería dividir a los estudiantes en dos grupos; la mitad de los estudiantes se presentaría los lunes y miércoles, mientras que la otra mitad asistiría los martes y jueves. El viernes se dedicaría a «la planificación, el desarrollo profesional y las intervenciones de los estudiantes».

Otras opciones incluyen alternar semanas entre cuatro grupos, o dividir a los estudiantes en asambleas por la mañana y por la tarde. El objetivo es mantener las aulas con poca capacidad.

También se fomentan los puestos de lavado de manos en los terrenos de la escuela, además de escalonar las pausas para el almuerzo para así evitar que los estudiantes interactúen demasiado entre ellos. El distanciamiento físico se implementará también entre las mesas de los comedores.

«La OUSD proveerá guías físicas, tales como protectores contra estornudos y tabiques, cinta adhesiva en los pisos o aceras y señalización en las paredes para asegurar que los estudiantes permanezcan por lo menos a 6 pies de distancia en las filas o mientras esperan por los asientos», dice la guía.

El plan de la OUSD fomenta el distanciamiento físico en las aulas —así como en los autobuses escolares— creando filas de asientos con protocolos de distanciamiento social de 6 pies. Uno de los objetivos declarados es «evitar que los estudiantes se pasen de largo», lo cual puede ser más difícil entre los estudiantes más jóvenes.

La presidenta de la Junta de Educación del Condado, Mari Barke, dijo a The Epoch Times que no creía que las recomendaciones fueran prácticas. «Creo que, si no se siente cómodo [con la idea de] que su hijo use el autobús escolar, no lo haga, pero no veo cómo pueden hacer que el autobús escolar sea práctico y distante socialmente», dijo.

Otro miembro de la Junta, Ken Williams, cree que el distanciamiento físico impedirá las experiencias de la infancia.

«No pueden jugar en el patio del recreo o jugar al escondite. No pueden hacer estas cosas en la escuela, por lo que se vuelve pragmáticamente muy difícil», dijo Williams a The Epoch Times.

«¿Cómo vamos a vigilar a los niños que siempre se están tocando en su locura y felicidad y riéndose? ¿Cómo vamos a hacer eso? ¿Vamos a privarles de todas sus experiencias infantiles en la escuela?»

El debate de la mascarilla

Varios expertos y panelistas médicos de renombre debatieron las directrices para la reapertura en el foro de la OCBE del 24 de junio, entre ellos el director de la Agencia de Salud Pública del Condado de Orange, el Dr. Clayton Chau, el especialista en enfermedades infecciosas Mike Fitzgibbons y el becario de estudios urbanos de la Universidad de Chapman, Joel Kotkin.

El orden del día de la reunión enumeraba una serie de principios que se consideraban opciones «inaceptables», entre ellas esperar a que se produjera una vacuna o una cura para que las escuelas volvieran a abrir sus puertas; el distanciamiento social; y la exigencia de que los niños llevaran mascarillas, lo que se consideraba «imposible de implementar» y «potencialmente perjudicial».

Barke dijo que la mayoría de la gente en el panel estuvo de acuerdo con que «las escuelas deberían abrir con niños sin mascarillas, porque el psicólogo les dirá lo perjudicial que es para un niño estar enmascarado y no poder abrazar a sus amigos y cosas así».

McDonald comparó el forzar a los niños a usar mascarillas con el abuso infantil, ya que el riesgo de transmisión es bajo en su grupo de edad.

Varios exalumnos del Condado de Orange que hablaron en nombre del público se opusieron a las perspectivas de los panelistas, e instaron a la Junta a hacer obligatorio el uso de mascarillas para los estudiantes de todas las edades.

Elizabeth Hubbard calificó al panel de «increíblemente parcial» y de haber sido «escogido a dedo», y dijo que «no estaban siendo sinceros con los padres que les pedían apoyo y orientación».

«Varios comentarios hechos por los panelistas esta noche son falsos, desde citar documentos clasificados hasta mentir descaradamente a los ciudadanos sobre la eficacia de las mascarillas», dijo Hubbard.

Lyn Stoler leyó partes de una carta firmada por más de 600 personas que iba dirigida a la Junta.

«Si bien los niños pueden experimentar síntomas menos graves, faltan pruebas que apoyen que estos casos menos graves son menos contagiosos», declaró Stoler.

«La carga viral es elevada, aunque los casos pueden parecer menos graves en los niños, y los niños asintomáticos o con síntomas leves pueden seguir representando una amenaza de transmisión para su familia y los miembros de la comunidad», dijo.

«Los CDC [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades] siguen recomendando un distanciamiento social de 6 pies. ¿Cómo [puede] ser inaceptable implementar una intervención probada para un problema conocido?»

La OCBE no ha tomado ninguna decisión final sobre las propuestas de reapertura para las escuelas. No obstante, cada distrito tiene total libertad para decidir cómo se reanuda el aprendizaje en otoño.


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