Gases del río Santiago en México y sus aguas con más de 1000 tóxicos están matando a la población

Por Anastasia Gubin
03 de abril de 2019 9:15 AM Actualizado: 03 de abril de 2019 4:47 PM

De acuerdo a los ecologistas y académicos el río Santiago en México es el punto más contaminado del país, donde no solo se ha detectado altos niveles tóxicos de Zinc, cromo, mercurio y arsénico y más de 1000 tóxicos en el agua, sino que sus gases nauseabundos también se respiran y los niños y adultos mueren de cáncer e insuficiencia renal.

Los gases son «veneno puro» para la población. «Basta con respirar el aire a cientos de mestros para provocar decenas de enfermos y hasta muertos en las incontables localidades cercanas», reportó Primer Impacto el 2 de abril.

Desde el año 1970 las personas que viven en sus alrededores no se bañan en el ríos, pero no es suficiente, el gas es venenoso, y también el agua que toman distribuida por los pozos del municipio está contaminada. No hay familia que no tenga algún miembro enfermo por la polución del río.

“Empecé con una fatiga, no sentía dolor ni nada. Tenía que levantarme a trabajar y no me levantaba”, comentó Miguel García de 26 años a la televisión mexicana, un hombre que padece insuficiencia renal.

“Hace 8 años empecé con presión arterial muy alta, arriba de 200, náuseas, dolor de pecho. Pasé a chequearme y salió que era una insuficiencia renal”, dijo otro residente, Daniel Alejandro, que antes de enfermar era el que llevaba el sustento al hogar.

Miguel y Daniel son parte una de las miles y miles de personas enfermas por el río Santiago, un afluente que nace en el río Chapal y termina en el océano Pacífico.

Catástrofe ambiental

El informe previo de un equipo de trabajo de la ONU dijo que es “una catástrofe ambiental” y reclamó al gobierno mexicano por la ausencia de controles, y por el envío de inspectores que ayudan a las empresas a seguir causando mal a la población, informó Busines Human Rights.

Basta hacer un acto de presencia y ver el río cubierto de espuma blanca y sentir el fuerte hedor que se dispersa hacia los alrededores cuando la espuma cae por la cascada de El Salto de Juanacatlán. Cuando el equipo de la ONU vio esto, dijo que quedó impactado. Esta semana Primer Impacto también denunció el problema.

“No hay duda que todo está relacionado con el río”, declaró el académico José´Antonio Gómez Reina a Univisión. Lo ha comprobado cuando los niños recién nacidos comienzan a consumir leche de vaca y agua de la zona.

“Antes que el niño sea destetado simplemente no presenta ningún cuadro y cuando es destetado y comienza a consumir leche líquida, biberón, automáticamente se degrada su proceso natural de salud y empieza a tener problemas de riñones o de cáncer”, dijo el especialista.

Gómez Raina explicó que aunque se cure la ingesta de alimentos no hay forma de no inhalar los metales.

1090 sustancias tóxicas.

El grupo de trabajo de la ONU mencionó que un estudio anterior realizado por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) encontró en el río un total de 1.090 sustancias tóxicas, productos químicos y metales de procedencia principalmente industrial, reportó Business Human Rights.

Sin embargo la ONU “señaló que a pesar de la evidente exposición a una contaminación industrial peligrosa, son las víctimas las que han de demostrar que su salud está siendo afectada”, dejando a los pobladores desamparados.

De acuerdo con información recabada por la misma población afectada entre 2008 y 2014, se han registrado 506 muertes y 1.593 personas enfermas de cáncer e insuficiencia renal. Hoy, según el activista Raul Muñoz Delgadillo en declaraciones a Primer Impacto, la cifra se ha más que duplicado porque desde 2008 han muerto casi 1300 personas.

¿Quién es el responsable?

Los estudios oficiales de la ONU confirmaron que las descargas tóxicas en el río Santiago son “provenientes de empresas como Nestlé (Suiza-Alimentos y Bebidas), Sachs (Alemana-Automotriz), Hutsman (EU-Química), Genpro (Mexicana-Porcicola), Virbac (Francesa-Salud Animal), Kao (Japonesa –Química), Grupo Celanese (EU-química), Urrea (Mexicana-Metal Mecánica)”, entre más de 300 industrias del corredor industrial Ocotlán-El Salto, uno de los corredores industriales más importantes del país, reporta Business Human Rights.

“Los principales giros de las industrias asentadas en el corredor son metal mecánica, metalurgia, química-farmacéutica, electrónica, automotriz, alimentos y bebidas. El río también recibe descargas de aguas residuales domésticas de la parte sur de Área Metropolitana de Guadalajara”, añade el informe.

“Todas estas fábricas han estado asentadas sin una regulación ambiental del territorio”, dijo el 2 de abril a Primer Impacto la ecologista Graciela Gonzalez.

“La verdad es que nosotros lo afrontamos con el cuerpo. Nosotros lo entendemos con el cuerpo y con la enfermedad”, añadió.

De acuerdo al académico Raúl Muñoz, “la mayoría de las aguas que distribuye el municipio a los hogares provienen de pozos profundos y entonces todos los cuerpos de aguas cercanos a pozos profundos, infiltran los contaminantes y los pozos están contaminados con metales”.

¿Porque no hay regulación ambiental?

Según Business Human Rights,”en el río Santiago las industrias son intocables y están protegidas por las autoridades, no existen sistemas de saneamiento de las aguas industriales, ni mecanismos para controlar y prevenir la contaminación del agua”.

“Las normas ambientales son obsoletas, los límites máximos permitidos de descarga son muy bajos, por ejemplo la NOM-001 solo regula 9 metales pesados. Las industrias tiran lo que les da la gana, en las proporciones que les da la gana, es decir, no existe regulación ambiental y las poblaciones viven en una situación de alto riesgo donde el derecho a la vida está en juego”.

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