Funcionarios de Texas dijeron que encontraron agua potencialmente insegura en una instalación fronteriza que alberga a niños inmigrantes ilegales, a la vez que están registrando brotes de COVID-19 en dos instalaciones que albergan a los menores.
La empresa Cotton Logistics, que administra un campamento de retención en Midland, recibió de la Comisión de Calidad Ambiental de Texas una advertencia de No USO debido a la calidad desconocida del agua potable en el lugar, confirmó un portavoz de la comisión a The Epoch Times.
«La advertencia de no utilizar el agua se emitió por precaución para evitar posibles riesgos de ingestión del agua. El agua puede utilizarse para tirar de la cadena y lavar la ropa, pero no debe utilizarse para fines de consumo humano, como beber, cocinar, bañarse o lavarse las manos», dijo el portavoz en un correo electrónico.
El gobernador Greg Abbott dijo que el agua de las instalaciones federales podría contener arsénico u otros contaminantes.
«No hay agua corriente viable y utilizable en la ubicación de Midland», dijo el republicano durante una aparición en Fox News.
Cotton Logistics mientras tanto está preparando un plan, sujeto a la aprobación de las autoridades estatales, para transportar agua potable al lugar. La empresa y el gobierno de Biden no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Un portavoz del Departamento de Salud y Servicios Humanos dijo a The Associated Press que las instalaciones de Midland, que esta supervisa, tienen agua «considerada potable», la que se analiza regularmente por encima de las normas.
«Estamos en contacto con nuestro contratista para asegurarnos de que los niños y el personal de la instalación tengan acceso a agua limpia», dijo el portavoz.
Las autoridades también descubrieron el viernes que más del 10 por ciento de la población en las instalaciones de Midland y Carrizo Springs dieron positivo en la prueba de COVID-19.
«El gobierno de Biden fue un fracaso abyecto cuando se trata de garantizar la seguridad de los menores no acompañados que cruzan nuestra frontera. Las condiciones a las que se enfrentan los menores no acompañados en estas instalaciones gestionadas por el gobierno federal son inaceptables e inhumanas. Desde la falta de agua potable en un lugar hasta un brote de COVID-19 en otro, el gobierno de Biden no tiene excusa para someter a estos niños a este tipo de condiciones», dijo Abbott en un comunicado.
«La negativa del presidente Biden de abordar la crisis fronteriza no solo da cabida a los delincuentes, como los traficantes de personas y los contrabandistas, sino que expone a niños inocentes no acompañados a enfermedades y a condiciones de vida potencialmente inseguras. El gobierno debe actuar ahora para mantener a estos niños a salvo, asegurar nuestra frontera y poner fin a esta crisis humanitaria».
Las autoridades enviaron recursos y personal del Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas a Carrizo Springs para investigar, mientras que la Comisión de Calidad Ambiental del estado se puso en contacto con la otra instalación para informarles de que deben solucionar los problemas de agua.
Estados Unidos esta registrando un aumento de migrantes desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo en enero. Las estadísticas muestran que los agentes detuvieron a un total de 100,441 extranjeros ilegales a lo largo de la frontera suroeste, un aumento del 28 por ciento en comparación con enero.
El Secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo el 16 de marzo que el país está «en camino de encontrar más individuos en la frontera suroeste que los que han tenido en los últimos 20 años».
Desde que asumió el cargo, Biden revirtió una serie de políticas migratorias y fronterizas del gobierno de Donald Trump, tras lo cual detuvo la construcción del muro fronterizo y restableció la «captura y liberación», un proceso en el que se permite a los extranjeros ilegales entrar en el país mientras esperan que se escuchen sus solicitudes de asilo.
Biden también envió una propuesta radical al Congreso en su primer día en el cargo, la cual que busca proporcionar una vía para la ciudadanía estadounidense a unos 11 millones de inmigrantes ilegales. El mes pasado, los demócratas presentaron un proyecto de ley de reforma —la Ley de Ciudadanía Estadounidense de 2021— que se asemeja mucho a la propuesta de Biden.
Abbott advirtió el miércoles que el número de cruces ilegales seguirá aumentando.
Con información de Zachary Stieber y Tom Ozimek.
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