Grupo de expertos pide a Trump y al Congreso que impidan el «genocidio de los órganos» en China

Por Sherry Dong
02 de junio de 2020 9:28 AM Actualizado: 02 de junio de 2020 9:28 AM

En respuesta a la aprobación por parte del Partido Comunista Chino (PCCh) de una Ley de Seguridad Nacional que amenaza con «aplastar la libertad» en Hong Kong, el «Comité sobre el Peligro Actual: China» (CPDC) presentó doce recomendaciones al presidente Donald Trump y al Congreso de los Estados Unidos el 27 de mayo.

Suponiendo que el PCCh se envalentone al quitar con éxito la libertad de Hong Kong para amenazar la libertad en otros lugares, las recomendaciones buscan «defender los intereses nacionales de los Estados Unidos, proteger nuestros intereses económicos en el país y en el extranjero y asegurar la libertad».

En las recomendaciones del CPDC se incluye una respuesta al «genocidio de los órganos»: «Se debe hacer un esfuerzo nacional para identificar y actuar para impedir la práctica del genocidio de los órganos por parte del PCCh: la comercialización e implantación internacional de órganos que involuntariamente y a menudo de forma asesina se extirpan a miembros de minorías religiosas y étnicas, prisioneros políticos y otros».

Frank Gaffney, vicepresidente del CPDC, dijo a The Epoch Times que los Estados Unidos deberían tomar la iniciativa para detener la sustracción forzada de órganos del PCCh.

Gaffney elogió el Informe Anual 2020 de la Comisión de EE.UU. sobre Libertad Religiosa Internacional: «El informe de la USCIRF, hasta donde llega, es una confirmación más de lo que se le está haciendo a la gente de fe en particular, y creo que al pueblo chino en general, por este bárbaro régimen totalitario bajo control del Partido Comunista Chino. Cuanto más conscientes sean los estadounidenses de ello, más ofensivo lo sentirán».

El informe dice: «Los defensores de los derechos humanos y los científicos presentaron pruebas de que la práctica de extraer órganos a los prisioneros —muchos de los cuales se cree que son practicantes de Falun Gong— continuó a una escala significativa».

Gaffney también elogió el informe del Tribunal de China, que dijo que hizo «un trabajo espléndido».

En junio de 2019, el tribunal independiente con sede en Londres llegó a la conclusión de que la sustracción forzada de órganos se ha venido realizando durante años en toda China a una escala significativa. Los adeptos de la práctica espiritual Falun Gong han sido una de las principales fuentes de suministro de órganos, según el tribunal.

Falun Gong es una práctica de cuerpo y mente basada en los principios universales de verdad, benevolencia y tolerancia. En 1992, Falun Gong se introdujo en el mundo desde la ciudad de Changchun, en el noreste de China, y rápidamente ganó popularidad. Los datos oficiales del régimen chino mostraron que el número de personas que practicaban Falun Gong superaba el número de miembros del PCCh.

El 20 de julio de 1999, el PCCh lanzó una campaña contra Falun Gong. Durante 21 años, un número desconocido de practicantes de Falun Gong fueron arrestados y desaparecieron, y sus familiares nunca más supieron de ellos. Se puede suponer que a muchos de ellos se les han extraído los órganos.

Freedom House informa que cientos de miles de practicantes han sido condenados a campos de trabajo y a penas de prisión, lo que los convierte en el mayor contingente de prisioneros de conciencia de China.

La «sentencia» del Tribunal de China, de 160 páginas, declara que la campaña del PCCh de sustracción forzada de órganos contra víctimas inocentes es un «crimen contra la humanidad» que constituye una de las «peores atrocidades cometidas» en el mundo en los tiempos modernos.

El presidente del Tribunal de China, Sir Geoffrey Nice, dirigió el enjuiciamiento de Slobodan Milošević, expresidente de Serbia, en el Tribunal Penal Internacional para la exYugoslavia de las Naciones Unidas.

Gaffney dijo que la documentación y la investigación han confirmado plenamente los crímenes del PCCh en la realización de la sustracción forzada de órganos, y que no es necesario que la comunidad internacional siga investigando.

Entre las investigaciones más destacadas sobre la extracción de órganos en China figuran las siguientes:

  • «Informe sobre las acusaciones de extracción de órganos a practicantes de Falun Gong en China», de David Kilgour, exsecretario de Estado de Canadá para Asia-Pacífico, y del abogado de derechos humanos internacionales David Matas, que se publicó el 6 de julio de 2006 y posteriormente se publicó como el libro «Cosecha Sangrienta«. Matas llamó a la sustracción forzada de órganos «un mal sin precedentes en este planeta».
  • «The Slaughter: Mass Killings, Organ Harvesting, and China’s Secret Solution to Its Dissident Problem» de Ethan Gutmann, publicado en 2014.
  • «Bloody Harvest/The Slaughter: an Update» por Gutmann, Kilgour y Matas, publicado en junio de 2016.
  • «Cold Genocide: Falun Gong in China», por Maria Cheung, Torsten Trey, David Matas y Richard An, publicado en 2018.
  • «Documenting Genocide» por el China Organ Harvest Research Center, publicado en julio de 2018.
  • «Organ Procurement and Extrajudicial Execution in China: A Review of the Evidence» de Matthew Robertson, publicado en marzo de 2020 por la Fundación Memorial de las Víctimas del Comunismo.

«Esto no es algo que creo que debamos seguir investigando o estudiando o informando», dijo Gaffney. «Creo que esto es algo que —ya sea los elementos internacionales que permiten que esta cosa funcione, o si son las tecnologías que se están utilizando para facilitarlo, o si es simplemente una cuestión de solo exponerlo de manera mucho más agresiva—, mi propio sentimiento es que deberíamos estar haciendo todo eso. Porque esto es un crimen contra la humanidad a escala épica».

Cree que la comunidad internacional debería tomar algunas medidas para ayudar a detenerlo. «Creo que el gobierno de EE.UU. puede desempeñar un papel principal en eso», dijo Gaffney.

Cuando le preguntaron sobre algunas de las colaboraciones entre las compañías farmacéuticas chinas y occidentales, y entre los institutos médicos que realizan estudios clínicos y formación a médicos, que sirven como ayuda indirecta para la sustracción forzada de órganos en China, Gaffney dijo que podemos «desafiarlo y denunciarlo».

Dijo: «Hay cosas que se podrían hacer para que esto sea menos. Con suerte [podemos] salvar la vida de mucha gente en China, incluyendo a [los practicantes de] Falun Gong y a otras personas que están siendo maltratadas con este propósito».


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