He Qinglian: En la guerra comercial China-EE.UU.¿Cuánto perderá China?

Por He Qinglian
03 de abril de 2018 11:22 PM Actualizado: 05 de abril de 2018 3:16 AM

Recientemente, las noticias de la guerra comercial entre Estados Unidos y China dominaron los titulares de los medios de comunicación de todo el mundo. El presidente estadounidense Donald Trump firmó el 22 de marzo un memorándum con el objetivo de frenar “la hostilidad económica China”. El hecho causó revuelo y un andanada de críticas a través de internet. Las consecuencias previstas eran extramadamente exageradas, sin embargo, si uno observa la reacción de los círculos de la industria estadounidense hasta ahora, y si tiene en cuenta que aún sigue habiendo un período de consulta de 60 días, podrá entender que en realidad hay todavía espacio para la negociación entre ambas partes.

¿Cuáles son las cartas que se reparten entre Estados Unidos y China?

El memorándum apunta principalmente a las estrategias fundamentales delineadas en “Made in China 2025”. Ese documento [publicado por el régimen chino en 2015 como un plan decenal para la economía del país] enumera 10 industrias que el régimen quiere desarrollar: tecnología avanzada de la información; robótica y máquinas herramienta automatizadas; equipo de aviación y aeroespacial; equipo de ingeniería marina, equipo moderno de transporte ferroviario; vehículos eléctricos y otros vehículos de nueva energía; equipo de generación y transmisión eléctrica; maquinaria y equipo agrícola; nuevos materiales; productos biofarmacéuticos y otros dispositivos médicos avanzados. Se estima que representan un valor aproximado de importación anual de 60.000 millones de dólares.

China compite con Estados Unidos en inteligencia artificial, mecanización, computación cuántica y otras áreas, todas ellas relacionadas con la seguridad nacional y militar de Estados Unidos. Dado que China es conocida por el robo de propiedad intelectual (PI), Estados Unidos hizo grandes esfuerzos para impedir que las empresas chinas penetraran en las industrias estratégicas de Estados Unidos y tomó medidas contra el robo de PI por parte del gigante asiático.

China tiene pocas cartas en sus manos. En respuesta al plan de Estados Unidos de imponer aranceles a las importaciones chinas, Beijing anunció una medida en represalia de imponer aranceles a 128 productos estadounidenses por valor de 3.000 millones de dólares, entre los que se incluyen frutas, frutos secos, vino y carne de cerdo. China también importó el mismo valor de estos productos estadounidenses en 2017, lo que equivale a la vigésima parte del valor de los aranceles propuestos por Estados Unidos.

Además, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China declaró que “tomará en serio cualquier acción adoptada por Estados Unidos”. También mencionó que “China es el mayor mercado de exportación de aviones y soja de Estados Unidos y el segundo más grande de automóviles y algodón”; esto representa una amenaza velada, ya que los aviones Boeing y la soja de Estados Unidos pueden ser seleccionados como posibles blancos de represalias.

Entre los productos básicos exportados por Estados Unidos a China en 2017, la soja ocupó el segundo lugar como producto  unitario con un valor de 14.000 millones de dólares. Un artículo del Financial Times señaló que la soja tiene un significado político agregado, ya que los grandes estados productores de soja en Estados Unidos son estados bisagra que apoyaron en gran medida a Trump en las elecciones presidenciales de 2016. Las autoridades chinas creen que los productores de soja estadounidenses -cuyas cuotas de mercado fueron arrebatadas por Brasil en los últimos años- están particularmente preocupados. Muchos agricultores sufrieron pérdidas como resultado de la caída en los precios de los productos agrícolas. Incluso si las exportaciones a China cayeran solo un 10 por ciento, podría acarrearles muchos padecimientos.

Oposición de la comunidad empresarial de EE.UU.

El presidente Trump pidió a la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos que elabore una lista de productos chinos para aplicar aranceles específicos en un plazo de 15 días. Una vez llevada a cabo, la oficina solicitará la opinión del público y pedirá al Departamento del Tesoro que tome medidas específicas para restringir las inversiones chinas destinadas a adquirir tecnología estadounidense en un plazo de 60 días. Para disminuir el potencial de resistencia, funcionarios estadounidenses señalaron que muchos productos electrónicos de consumo, no se incluirán en la lista de aranceles, como los iPhones [ensamblados en China y por lo tanto se considerarán un producto importado chino].

Sin embargo la resistencia real proviene desde los sectores con mucho intereses involucrados, tales como asociaciones industriales, corporaciones multinacionales gigantes, compañías como Apple que dependen de la cadena de suministro de partes electrónicas de China y círculos políticos pro-China y think-tanks (laboratorio de ideas) que son poderosos en Washington D.C.

En la actualidad, muchas organizaciones empresariales de EE.UU.  expresaron de distintas maneras que el aumento de los aranceles sobre los productos chinos, solo traería lo contrario del resultado esperado. La Cámara de Comercio de Estados Unidos (USCC por sus siglas e inglés) es la organización empresarial más grande del mundo y representa a más de tres millones de empresas, cámaras de comercio locales y asociaciones industriales. La USCC emitió una declaración diciendo: los aranceles pueden conducir a guerras comerciales destructivas. Esto causará serias consecuencias para el crecimiento económico de Estados Unidos y el mercado laboral. Si el gobierno continúa con este plan, los medios de vida de los consumidores, empresas, agricultores y propietarios de grandes granjas en Estados Unidos estarán en riesgo.

La Cámara de Comercio Americana en el Sur de China, con más de 2.300 compañías e individuos como miembros, es también miembro de la USCC. Esta emitió una declaración por separado, oponiéndose a los aranceles a gran escala sobre los productos chinos. Otros que también expresaron su oposición son; la Federación Nacional de Comercio Minorista, la Asociación Nacional de Fabricantes y el Consejo de la Industria de Tecnología de la Información.

Brian Kuehl, director ejecutivo de Farmers for Free Trade escribió en una declaración: “estos aranceles pondrán un blanco en las espaldas de los agricultores estadounidenses” y continuó diciendo: “Debido a que China es el segundo mercado de exportación más grande para los agricultores y ganaderos estadounidenses, el dolor de las represalias podría ser significativo”.

Además, las voces de la oposición incluyen a muchos economistas, como el famoso economista estadounidense y economista ganador del Premio Nobel de Economía en 2011, Thomas Sargent y al investigador principal del Instituto Peterson de Economía Internacional, Nicholas Lardy.

Los “abrazadores de panda” aparecerán inevitablemente

En estos 60 días, el régimen chino hará pleno uso de los “buenos amigos del pueblo chino”, los que cultivó durante muchos años -conocidos como los “abrazadores de panda”- para presionar a la Casa Blanca utilizando todos los medios disponibles. En el ámbito de la política china son una fuerza influyente. Entre ellos, el Comité Nacional de Relaciones entre Estados Unidos y China es el más destacado y es el pilar fundamental. La mayoría de los miembros de este comité  ocuparon cargos importantes en las administraciones anteriores de Estados Unidos. Después de dejar el cargo, muchos de ellos se unieron a think tanks y a empresas de lobby de la “Calle K”. El ex Secretario de Estado, Henry Kissinger, es el líder. Su firma consultora Kissinger Associates Inc. reunió a muchos ex-altos funcionarios, incluyendo al exembajador de Estados Unidos en China, J. Stapleton Roy, y al exsecretario de Estado Lawrence Sidney Eagleburger.

Durante las administraciones de Bush u Obama, los “abrazadores de panda” tuvieron una gran influencia en las relaciones entre Estados Unidos y China. En momentos cruciales de la relación, a menudo podían cambiar la dirección de la política entre Estados Unidos y China.

¿Cuál es la verdadera intención de Trump?

Los aranceles punitivos que el presidente Trump planea imponer son completamente razonables, ya que el iniciador de la guerra comercial es China, no los EE.UU. Después de que China se unió a la OMC (Organización Mundial del Comercio), la comunidad internacional ganó un socio económico con mal comportamiento. A menudo utiliza medios astutos y deshonestos para encontrar lagunas en las regulaciones. China  cambió gradualmente el orden económico internacional. Las normas de la OMC, basadas en la suposición -que la teoría clásica del comercio internacional es la más ventajosa- no pueden castigar eficazmente el comportamiento de China que viola el orden existente.

Antes de Trump, Bush padre y Obama declararon que deseaban participar en una guerra comercial con China. Pero después del lobby de la comunidad empresarial y de los “abrazadores de  panda”, no pudieron realizarlo. Trump declaró en su discurso el día que firmó el memorándum arancelario, que sus acciones son para llevar a cabo su promesa de campaña (“Hacer grande a Estados Unidos otra vez”). Desde su perspectiva, el exceso de capacidad mundial y las prácticas comerciales desleales dañaron gravemente la seguridad nacional del país. Los Estados Unidos desean crear un entorno comercial justo y mutuamente beneficioso. Por los objetivos de aranceles propuestos por Trump, parece que el presidente prioriza los intereses a largo plazo de EE.UU.

Muchos expertos chinos cuestionaron si el memorándum de Trump es sólo una estrategia de negociación o si realmente quiere iniciar una guerra comercial. Pienso que Trump se preparó de hecho para lanzar una guerra comercial muy estratégica con China, dirigida a industrias estratégicas principales del “Made in China 2025”. Su objetivo es proteger la seguridad nacional de Estados Unidos; sin embargo, Trump es hábil.

1)Trump “declaró la guerra” en un momento en que [el líder chino] Xi Jinping está más débil. El líder chino acaba de resolver superficialmente los asuntos internos durante el “Lianghui” del Partido Comunista Chino [reuniones de la legislatura del Partido y máximo órgano de asesoramiento político]. Luego, internamente tiene que manejar la restructuración del PCCh y del sistema de gobierno, una tarea llena de obstáculos. Exteriormente tiene que lidiar con todo tipo de críticas por su “ascenso al trono” [eliminando los límites del mandato para el cargo de líder estatal]. Sus oponentes políticos estarían más contentos cuando la guerra comercial entre China y Estados Unidos realmente se desate, porque podrían presionarlo utilizando las malas noticias del mercado de valores.

Algunas personas llamaron a esta guerra comercial una “misión política importante”. Ellos predicen que la guerra comercial dará a Beijing una presión tan insoportable que finalmente llevará al colapso del régimen comunista chino.

2) En cuanto a la desnuclearización de Corea del Norte, Trump está dispuesto a correr el riesgo de reunirse con Kim Jong Un y programó provisoriamente la reunión para antes de mayo. También nombró a un nuevo secretario de Estado [Mike Pompeo] para ello. Kim Jong Un es un hombre lleno de incertidumbre. Los círculos políticos y la opinión pública de Estados Unidos no son optimistas acerca de esta reunión. Trump decidió lanzar una guerra comercial con China al mismo tiempo, dando 60 días para la consulta, con el propósito de evitar que China haga alguna jugada tramposa. Trump, que está bien versado en estrategias de negociación, dio a conocer el período de consultas después de firmar el memorándum, dando una oportunidad para negociar y evitar la escalada en esta guerra comercial, tanto para Estados Unidos como para China, lo que también reduce las variables externas para la reunión de Trump -Kim.

Sin embargo, China hizo un movimiento más rápido. La visita no tan secreta de Kim Jong Un a China el 25 de marzo, demostró su postura de kim frente al régimen chino – que Corea del Norte no tiene intención de renunciar a sus relaciones con China. La reunión aumentó la capacidad de negociación de Kim Jong Un para la cumbre Trump-Kim.

Un resultado de esta guerra comercial sería que China soportara el dolor y dejara a regañadientes que Estados Unidos ganara este round, pero tampoco es probable que Estados Unidos logre completamente el objetivo deseado. Las fuerzas que hacen difícil que Estados Unidos pueda lograr su objetivo por completo no provienen de China sino de la comunidad empresarial estadounidense y de los “abrazadores de panda”.

 

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