Un enorme husky siberiano de penetrantes ojos azules ha conquistado internet con su gran estatura.
El husky siberiano SeQuoi Tenko nació el 7 de enero de 2020. Se convirtió en el querido compañero de Nicole Spahn, de 32 años, cuando condujo hacia el norte desde la casa de su madre en Wisconsin para recogerlo, dos meses después.
“Lo había conocido previamente en febrero, después de entregar mi anticipo por él. Me hacía mucha ilusión tener un husky siberiano con el que poder practicar deportes caninos”, cuenta Spanh a The Epoch Times.
Spahn había visto por primera vez una foto de SeQuoi y se sintió atraída por un punto blanco en su frente. Al instante sintió que “eran el uno para el otro”.
“Lo curioso es que ese punto blanco ha desaparecido y, aparte de una mancha blanca en el pecho y otras en las patas, es básicamente rojo”, explica Spahn.
Aunque Spanh nunca conoció a los padres de Quoi, ambos huskies siberianos registrados en el American Kennel Club, sabe que su madre era de pelo corto y negro sólido, mientras que su padre era “extremadamente lanudo” y principalmente rojo sólido con un par de manchas blancas.
Spanh, que vive en Teton Valley, a las afueras de Jackson Hole en Wyoming, tuvo problemas al principio para elegir un nombre para su nuevo cachorro. Se decidió por SeQuoi Tenko tras combinar dos referencias significativas.
“SeQuoi lo tomé de la palabra sequoia… son algunos de los árboles más altos del mundo. Quería que fuera grande, fuerte y poderoso”, explica. “Tenko, me dijeron, significa en japonés ‘zorro celestial'”.
Spanh y Quoi adoran la nieve de Wyoming y se han hecho inseparables. Como Spanh trabaja a distancia, ambos pasan el día juntos en casa y dedican las mañanas y las tardes a sus “mini aventuras”.”
“Si es invierno, iremos a hacer esquí de travesía o skijor”, dice Spinh. “En verano, iremos juntos en bicicleta de montaña o en bicicleta de cross”.
A la pareja le encanta probar cosas nuevas. Han montado en moto acuática y en moto de nieve, han practicado paddle-boarding, han hecho senderismo y se han ido de acampada juntos.
“Creo que nuestro vínculo se debe a mi capacidad para satisfacer sus necesidades como husky siberiano”, afirma Spinh.
Quoi es “perfecto”, afirma Spinh, que describe su personalidad como “atrevida pero tontorrona, juguetona pero majestuosa”.
“Le encanta que le rasquen el trasero. Intenta luchar todo el tiempo. También puede ser muy dramático. Le encantan los niños y es muy simpático”.
Sin embargo, criar a un husky no es tarea fácil. Según dicen, esta raza es exigente y cuesta trabajo mantenerlos felices y obedientes.
“Los huskies siberianos son perros de trabajo”, explica Spinh. “Tienen fama de escapistas y de ser destructivos cuando no se les estimula adecuadamente”.
Por eso necesitan un dueño que disponga de mucho tiempo para ellos y que pueda ayudarles a recibir una estimulación mental y física adecuada.
“En general, los huskies requieren mucho más adiestramiento que otros perros”, afirma Spinh.
El “altísimo instinto de presa” del husky puede meterle en problemas, ya que le encanta perseguir ciervos, alces e incluso ganado. Aunque Spinh tuvo éxito con el adiestramiento de refuerzo positivo hasta que Quoi tenía 9 meses, lamentablemente el husky fue apuntado con una pistola por un ganadero por perseguir al ganado. Desde entonces, Spinh ha aprendido a usar un collar electrónico de un adiestrador específico de su raza para ayudarle a recuperar el rastro y afirma que el artilugio ha supuesto “un cambio radical”.
El gran reto de tener un husky consiste en enseñarle a retirarse de los animales salvajes y del ganado, lo que a menudo implica contratar a un adiestrador profesional y conseguir herramientas eléctricas.
Todo esto supone una gran inversión económica, solo para asegurarse de que el perro pueda vivir una buena vida”, explica Spinh, y añade: “También son conocidos por ser muy quisquillosos con la comida, así que prepárate para gastar mucho dinero en golosinas y cambiarles la comida cuando se harten de ella”.
“En resumen, son las divas del mundo canino”.
Aunque Quoi, de pelo rojo y ojos azules penetrantes, parece la viva imagen de la salud en sus fotos de Instagram, el cachorro gigante tiene un problema de salud invisible: epilepsia, que el veterinario de Spinh cree que es genética.
“Actualmente no existe ninguna prueba genética para saber si un husky es portador de epilepsia, por lo que hay que confiar en criadores experimentados”, afirma Spinh, y aconseja: “Un buen criador podrá facilitarte los pedigríes de la madre y el padre, para que puedas rastrear su linaje”.
Aunque Spinh afirma que no cambiaría a Quoi —que es su “perro del alma y su mejor amigo”— por ninguna otra cosa en este mundo, anima encarecidamente a la gente a investigar mucho sobre la persona a la que compran el cachorro.
Para garantizar la salud genética de un perro, Spinh aconseja adoptar un perro mayor de una organización de rescate donde residan innumerables perros necesitados de hogares cariñosos. Mientras tanto, sus aventuras continúan.
“Quoi y yo lo hacemos todo juntos, literalmente”, afirma.
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