Infectan voluntariamente a adultos sanos con el virus del PCCh en el primer estudio de desafío humano

Por MEILING LEE
10 de marzo de 2021 6:34 PM Actualizado: 10 de marzo de 2021 6:34 PM

Jóvenes adultos voluntarios sanos son infectados deliberadamente con el virus del PCCh en el primer ensayo de desafío humano realizado en Reino Unido, con el objetivo de avanzar en la investigación de vacunas y tratamientos eficaces para el COVID-19.

El ensayo permitirá a los investigadores evaluar la cantidad mínima del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) necesaria para «causar la infección y provocar una respuesta inmunitaria» en los voluntarios, a fin de comprender mejor la vía de infección y el modo de transmisión.

El virus utilizado es la cepa original «producida por» un equipo de científicos, según los investigadores.

«Esperamos que estos estudios ofrezcan una visión única sobre como funciona el virus y nos ayuden a entender qué vacunas prometedoras ofrecen la mejor oportunidad de prevenir la infección», dijo Clive Dix, presidente interino del Grupo de Trabajo sobre Vacunas del Reino Unido, en un comunicado de prensa en febrero.

Los 90 voluntarios —de edades comprendidas entre los 18 y los 30 años y que fueron examinados para detectar posibles riesgos para la salud— están siendo observados en un «entorno seguro y controlado», y vigilados estrechamente las 24 horas del día por científicos y personal con formación médica, según el gobierno de Reino Unido, el que está invirtiendo 33.6 millones de libras (USD 43.7 millones) en el estudio.

El estudio de desafío humano del Reino Unido finalizará en mayo. Los participantes deben dar dos veces negativo en las pruebas de detección del virus del PCCh antes de que se les permita volver a casa, y seguirán bajo observación durante un año.

Una mujer recibe la vacuna COVID-19 en el estadio Gillette en Foxborough, Massachusetts, el 15 de enero de 2021. (Scott Eisen/Getty Images)

Los detractores del estudio se preguntan si este es necesario teniendo en cuenta que ya existen vacunas y tratamientos contra el COVID-19.

En un artículo de opinión publicado en Forbes, William Haseltine, antiguo profesor de la Facultad de Medicina de Harvard, escribió que «no hay necesidad de infectar activamente a los individuos sanos cuando tendremos datos comparativos reales con los que trabajar a partir de los millones de personas ya vacunadas y los cientos de millones más que se vacunarán en un futuro próximo». ¿Cuál podría ser la razón para infectar activamente a personas sanas cuando los mismos datos podrían obtenerse por otros medios menos arriesgados?»

El Dr. Lee Merritt, cirujano ortopédico y miembro de America’s Frontline Doctors, dijo que no tiene sentido que los estudios se lleven a cabo ahora, cuando los datos científicos demuestran que el uso de ciertos medicamentos aprobados por el gobierno federal pueden tratar al COVID-19, la enfermedad causada por el virus de la PCCh.

«La respuesta no es enfermar a más gente, sino permitir que se utilicen los medicamentos ya aprobados y probados que funcionan —la ivermectina y la hidroxicloroquina junto con la [vitamina] D y el zinc», dijo Merritt a The Epoch Times. «El verdadero crimen es encubrir el tratamiento que sabemos que funciona».

El Dr. Merritt afirma que la hidroxicloroquina (utilizada en combinación con el zinc) y la ivermectina prescritas para el consumo humano pueden prevenir y tratar el COVID-19, pero los organismos sanitarios gubernamentales están promoviendo las vacunas como la única opción para reducir el riesgo de enfermedad grave.

Por su parte los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) afirman que las personas aún pueden infectarse y transmitir el virus a otros después de la vacunación. Además, «los expertos todavía están aprendiendo más sobre la duración de la protección de las vacunas contra el COVID-19 en condiciones reales».

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) «advierte contra el uso de la hidroxicloroquina o la cloroquina para la COVID-19 fuera del ámbito hospitalario o de un ensayo clínico» y dice que «no ha aprobado la ivermectina para su uso en el tratamiento o la prevención del COVID-19», sin embargo la agencia reguladora no ha revisado los datos que apoyan el uso de la ivermectina.

Merritt también dice que las vacunas son experimentales porque los ensayos de fase 3 de Pfizer-BioNTech y Johnson & Johnson todavía están en curso y no terminarán hasta enero de 2023, y los de Moderna hasta octubre de 2022.

Las tres vacunas anti COVID-19 recibieron una autorización de emergencia, lo que significa que las vacunas solo tienen que demostrar que «pueden ser eficaces» y se emiten solo cuando «no hay ninguna alternativa adecuada, aprobada y disponible al producto para diagnosticar, prevenir o tratar la enfermedad o condición», según la FDA.

En relación al ensayo de desafío humanos, los investigadores dijeron que el objetivo es, en última instancia, «estudiar cómo funcionan las vacunas en el cuerpo para detener o prevenir el COVID-19, para buscar posibles tratamientos y estudiar la respuesta inmunitaria».

«Hay tantas incógnitas sobre esta enfermedad (…) pasar ahora a los estudios de transmisión en humanos cuando no se ha resuelto por completo a qué nos enfrentamos, creo que es prematuro y no es lo que tenemos que hacer ahora», dijo el Dr. Merritt. «Nosotros tenemos que saber si esto realmente seguirá existiendo en el mundo».


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