Desde que el virus del Partido Comunista Chino (virus del PCCh, comúnmente conocido como el nuevo coronavirus) surgió por primera vez en Wuhan, China, la Organización Mundial de la Salud (OMS) repitió los argumentos del régimen chino. Inicialmente repitió como un loro las declaraciones oficiales del régimen chino de que había poco o ningún riesgo de transmisión del virus de persona a persona. Sin embargo, las crecientes pruebas, incluyendo documentos internos filtrados, demuestran que el régimen conocía la gravedad del brote y lo ocultó al público. Desde entonces, el virus se ha propagado a más de 200 países y territorios, con más de 4 millones de personas infectadas y más de 300,000 muertes en todo el mundo.
Un número cada vez mayor de países pide que se evalúe la respuesta de la OMS ante la pandemia.
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