Investigadores denuncian la censura de la política para el COVID en reunión con DeSantis

Por Dan M. Berger
14 de diciembre de 2022 12:11 PM Actualizado: 14 de diciembre de 2022 12:11 PM

Michelle Utter, trabajadora de la salud y madre soltera, dijo que estaba en buena forma física —corriendo, haciendo ejercicio y practicando artes marciales— hasta que recibió la vacuna de Pfizer contra el COVID.

Utter describió el calvario por el que ha pasado durante los dos últimos años: físicamente, intentando hacer su trabajo y enfrentándose a la resistencia y el silencio del hospital de Florida para el que trabaja. No se le permite decir «lesión por vacuna». Lleva 17 meses con infusiones intravenosas.

Otra víctima de la vacuna, Steven Ordonia, policía retirado y veterano militar, habló de su calvario, que comenzó cuando recibió la vacuna de refuerzo de Pfizer en diciembre de 2021.

«Y desde ese día, mi vida ha dado un vuelco», con numerosos viajes a urgencias, dolor en las articulaciones, espasmos musculares y convulsiones.

«En ese momento estaba convencido de que estaba sufriendo un colapso mental, y que eso era lo que causaba todos los síntomas. Contemplé el suicidio varias veces».

Como recordatorio para todos de que la política de salud pública tiene consecuencias reales, ambos intervinieron el 13 de diciembre en una mesa redonda dirigida por el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

El gobernador convocó a un panel de expertos —principalmente investigadores que habían tratado de advertir sobre los problemas con las vacunas— y puso en marcha una investigación del gran jurado sobre los problemas con las vacunas y cómo se trataron o encubrieron.

Los investigadores formarán parte del nuevo Comité de Integridad de la Salud Pública del estado.

Un investigador tras otro hablaron de cómo el sistema de salud pública suprimió información: que las vacunas a menudo no pasan el análisis de riesgo-beneficio. Cómo ha surgido la miocarditis, a veces mortal, como efecto secundario. Las tasas de complicaciones de las vacunas eran muy superiores a las de la mayoría de las vacunas aprobadas. Cómo países como Dinamarca, en lugar de obligar a los niños a vacunarse, ahora no les permiten hacerlo. Cómo la menor mortalidad por COVID-19 entre los vacunados suele verse compensada por una mayor mortalidad por otras causas.

Ellos, DeSantis y el director de Salud Pública de Florida, Joseph Ladapo, criticaron fuertemente a un sistema médico que, en palabras de DeSantis, «solo quería protegerse de cualquier crítica, y tratar de denigrar a cualquiera que tuviera una forma diferente de pensar».

«La mayor metedura de pata de la historia»

«No creo que sea exagerado decir que toda la toma de decisiones en torno al COVID equivale a la mayor metedura de pata de la historia de la humanidad», afirmó Bret Weinstein, exprofesor de biología evolutiva en el Evergreen State College.

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Bret Weinstein en el set American Thought Leaders de The Epoch Times el 30 de junio de 2021. (The Epoch Times)
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El Dr. Jay Bhattacharya, profesor de medicina de la Universidad de Stanford y miembro fundador de la Academia para la Ciencia y la Libertad del Hillsdale College, en el Centro Kirby del Hillsdale College, en Washington, el 17 de marzo de 2022. (Bao Qiu/The Epoch Times)

«Creo que el principal problema ha sido que … la gente, la gente común, los científicos, cualquiera que piense que hay algo realmente diferente a la narrativa, vas a ser destruido», dijo Jay Bhattacharya, profesor de salud pública de la Escuela de Medicina de Stanford.

«Eso ha ocurrido una y otra vez, incluso a científicos muy destacados», dijo.

«Gran parte de la censura que ha sufrido el debate científico viene de arriba».

Bhattacharya y otro participante en la mesa redonda, Martin Kulldorff, fueron dos de los tres autores principales de la Declaración de Great Barrington, firmada por más de 60,000 médicos e investigadores, además de otras 870,000 personas. Hecha pública en octubre de 2020, los firmantes denunciaban los perjuicios del bloqueo.

Instaron, hasta que se dispusiera de una vacuna, a una política de «Protección Focalizada»: aislar a los que corren mayor riesgo mientras se permite a los demás seguir con sus vidas, adquiriendo inmunidad natural y de grupo.

Se pedía la reanudación de la vida cotidiana para la mayoría de la gente, se afirmaba que la higiene básica, como lavarse las manos rutinariamente y quedarse en casa cuando se esta enfermo, eran medidas comunitarias suficientes, y se describía cómo se podía proteger mejor a los vulnerables, como los ancianos, en casa y en asilos.

La declaración fue atacada inmediatamente por el director de los NIH, Francis Collins, con «un demoledor desmontaje de las premisas de la declaración», dijo Bhattacharya.

«Los funcionarios federales estaban trabajando para suprimir lo que llamaban desinformación, pero en realidad lo que suprimen es el debate científico».

Médico de urgencias

Joseph Fraiman, un médico de la sala de emergencias en lo que el denomina un «país Cajún» en Louisiana, dijo que él y seis colegas investigadores estudiaron los «eventos adversos graves» asociados con las vacunas, eventos que los mismo fabricantes definieron.

«Y con lo que me refiero a graves es que eres hospitalizado o quedas discapacitado permanentemente o mueres», dijo.

Querían mirarlo con «lupa» porque los fabricantes «informaron originalmente que no había daños, no había daño grave por las vacunas».

Fraiman dijo que lo que encontraron fue «que hay más de este tipo de eventos en el grupo de vacunados que en el de no vacunados, el grupo del placebo».

“Para nuestra sorpresa, en el ensayo de Pfizer, la primera vacuna que se se sometió a él, se produjo un aumento del 37% en la cantidad de eventos adversos graves. Eso nunca fue informado, ni por la FDA, ni por Pfizer”, dijo.

“De hecho, Pfizer dice, puede que me equivoque textualmente, pero dijeron que la incidencia de eventos adversos graves es similar en los grupos de vacuna y placebo. Treinta y siete por ciento no es similar. En realidad, es estadísticamente significativamente diferente”.

Y, «resulta que tanto en Pfizer como en Moderna, teníamos un riesgo de uno en 800 de eventos adversos graves» de la lista.

Otras vacunas, dijo Fraiman, tienen un riesgo de uno en un millón o uno en dos millones. “Uno en 800 es desastroso, si es cierto”.

La mayoría de la personas, si contraen el COVID ahora, no tienen una probabilidad de una entre 800 de ser hospitalizadas, dijo.

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Un trabajador de la salud prepara una dosis de la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer BioNTech en una imagen de archivo. (Ezra Acayán/Getty Images)

Investigadores de diferentes áreas de especialización hablaron sobre sus descubrimientos, perspectivas y experiencias, tratando de hacer público lo que encontraron.

Ladapo discutió un pequeño estudio preliminar en Florida que comparaba todas las causas de muerte con la mortalidad por cardiopatías después de la vacunación contra el COVID.19. Encontraron dos cosas destacables: un marcado incremento del riesgo de muerte por cardiopatías en hombres jóvenes, específicamente en esa edad y grupo, y la falta de reconocimiento por parte de la mayoría de los funcionarios de salud pública.

Christine Stabell Benn, médica e investigadora danesa de la Universidad del Sur de Dinamarca que realizó una videoconferencia, dijo que las vacunas parecen tener «eventos no específicos», un mayor riesgo de infección por otras enfermedades.

“Si solo hemos estudiado su efecto contra la enfermedad objetivo, también debemos estudiar su efecto contra otras enfermedades y sus efectos sobre la mortalidad y la morbilidad en general”, dijo.

“Estaba muy preocupada cuando comenzamos a recomendar vacunas para todos porque simplemente no creía que las vacunas se hubieran investigado lo suficientemente a fondo para eventos no específicos. De hecho, no han sido investigados (en absoluto) por eventos no específicos”, dijo.

«Esto significa que especialmente para los niños y los jóvenes que no están en gran riesgo por el COVID-19, estaba preocupada de que efectos no específicos pudieran pesar más o exceder… los beneficios obtenidos de la protección específica contra el COVID-19».

La política de salud pública danesa ahora solo recomienda las vacunas de refuerzo contra el COVID-19 para los mayores de 50 años, excepto para quienes están en riesgo, y la inmunización de los niños se ha detenido completamente.

Desde hace unas semanas, dijo, el COVID ahora es considerado en Dinamarca como cualquier otra enfermedad respiratoria. «Es realmente bueno estar aquí (en Dinamarca)», dijo. «La vida continua como antes del COVID. Ya nadie le presta atención al COVID-19».

«Desatendimos principios básicos»

Kulldorff, en licencia de Harvard y miembro de la Academia para la Ciencia y la Libertad del Hillsdale College, dijo: «Estoy de acuerdo con el Dr. Weinstein en que nuestro enfoque de esta pandemia es el mayor error de salud pública de la historia… Básicamente desatendimos principios básicos de salud pública».

Él y otras personas que redactaron la Declaración de Great Barrington abogaron por un enfoque diferente: una protección mejor centrada en los ancianos que están en gran riesgo, manteniendo abiertas las escuelas y sin confinar al resto de la sociedad.

«Creo que ahora, más de dos años después, se nos ha dado la razón. Florida y Suecia fueron dos excepciones a la estrategia, y tanto Suecia como Florida han salido ganando en lo que respecta tanto a la mortalidad por COVID como, lo que es aún más importante, a la mortalidad por todas las causas», afirmó Kulldorff.

Suecia tiene una de las tasas más bajas de Europa. «Creo que es muy trágico lo que hemos pasado por gestionar tan mal esta pandemia».

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De izquierda a derecha, Martin Kulldorff, catedrático de Medicina de la Facultad de Medicina de Harvard, Sunetra Gupta, catedrática de Epidemiología Teórica de la Universidad de Oxford, y Jay Bhattacharya, catedrático de Medicina de la Universidad de Stanford, en el Instituto Americano de Investigación Económica, en Massachusetts, el 3 de octubre de 2020. (Cortesía del Instituto Americano de Investigación Económica)

Weinstein habló del gran coste personal de estar en desacuerdo con la ortodoxia del COVID.

YouTube cerró su canal y dos videos —uno con un inventor de la tecnología del ARNm y otro con un experto en el tratamiento del COVID— fueron eliminados. «Eliminaron más de la mitad de nuestros ingresos familiares en una sola hora», explica.

«En esta pandemia se produjo una inversión radical del orden médico normal», afirmó Weinstein.

«La relación entre médico y paciente es esencialmente una relación íntima y sagrada. Y lo que ocurrió aquí es que hubo un golpe maestro, en el que lo que se intercambió en lugar de esa relación fue la sabiduría en materia de salud pública de los burócratas», dijo.

«Y el problema es que, si no hubiéramos hecho nada coordinado para el COVID, habríamos aprendido clínicamente cómo tratarlo. Los médicos habrían seguido corazonadas. Habrían probado cosas. Habrían descubierto qué funcionaba y qué no. Habrían hablado entre ellos y habríamos aprendido a tratar el COVID».

«En lugar de eso, lo que ocurrió fue que la política vino de arriba, instantáneamente y totalmente formada. Y luego esa política fue protegida con estas medidas draconianas de censura. Con calumnias».

El sistema desperdició el estrecho margen de tiempo en el que podría haber contenido la propagación del virus.

«Así que, en este punto, tenemos millones de muertos innecesariamente. Tenemos billones de dólares de riqueza que han sido destruidos, y los sistemas vitales de los que depende la humanidad han sido estresados hasta su límite. Pero lo peor es que hemos convertido a este virus en un compañero de viaje permanente de la humanidad».

«Miedo a hablar»

Bhattacharya dijo que le habían acusado de ser un epidemiólogo alternativo.

«La ilusión es que había un consenso científico, que todo el mundo, toda la gente inteligente, estaba de acuerdo. Pero en realidad, eso nunca fue cierto. La censura se utilizó para crear esa ilusión de consenso», dijo.

Criticó al Dr. Vivek Murthy, director de salud pública de EE. UU., que puso en marcha una política para identificar la desinformación en Internet y luego dio instrucciones para suprimirla a los medios de comunicación y a las empresas de redes sociales.

El director de salud, Dr. Vivek H. Murthy, habla durante una rueda de prensa en la Sala de Reuniones Brady de la Casa Blanca en Washington el 15 de julio de 2021. (Saul Loeb/AFP vía Getty Images)

«No se puede tener una buena política de salud pública en este tipo de entorno», dijo Bhattacharya.

«Incluso las personas cualificadas tienen miedo de decir que no porque temen que también se les llame ‘marginales’. Perderán su capacidad de ganarse la vida, perderán su reputación, y por eso se quedan callados. Los científicos siempre están en desacuerdo».

Tracey Hoeg, médico y epidemiólogo de la UC San Francisco, habló de cómo la Junta Médica de California consiguió que la legislatura aprobara un proyecto de ley «que dice a los médicos lo que están y no están autorizados a decir a sus pacientes, y que está específicamente relacionado con el COVID».

DeSantis dijo: «La regla general para nosotros en la Florida es todo lo que hacen (en California), hacemos lo contrario».

Su gobierno planea mover a través de la próxima legislatura de Florida un proyecto de ley «que realmente protege los derechos de la Primera Enmienda de los médicos, y protege su derecho a disentir de la ortodoxia y del establishment».

Pérdida de confianza

«Se ha producido una enorme pérdida de confianza en la salud pública», afirma Steven Templeton, profesor de inmunología y microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana.

«Cada vez menos gente se pone las vacunas tradicionales», dijo.

«No se trata solo de los antivacunas. Se trata de gente que realmente ha perdido la confianza en el sistema».

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El Dr. Steven Templeton, profesor asociado de Microbiología e Inmunología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana, asiste a la conferencia inaugural del Instituto Brownstone en Hartford, Connecticut, el 13 de noviembre de 2021. (York Du/The Epoch Times)

Fraiman intervino para decir que los padres que escuchaban la mesa redonda no debían aplicar lo que habían oído sobre las vacunas contra el COVID a la mayoría de las demás vacunas, que casi no tienen efectos secundarios.

DeSantis enumeró varias acciones que Florida había emprendido contra la política federal de cierres y para preservar los derechos individuales.

Un evento que pone de relieve la corrupción del sistema para él, dijo, ocurrió al principio, en la primavera de 2020. A la gente se le estaba diciendo que se quedara en casa, y en Florida, que no seguía esa política, la gente seguía yendo a la playa y jugando al golf.

«Si salías de tu casa, eras casi como una mala persona», dijo DeSantis sobre las reglas de confinamiento. «Hasta que empezaron las protestas de George Floyd. Y usted tenía un número masivo de personas que se reúnen para protestar».

«Y estas personas de salud pública escribieron una carta, que como cientos, tal vez miles de ellos firmaron, diciendo: ‘sí, no creemos que debas salir de tu casa normalmente, pero apoyamos la protesta’, y básicamente dijeron que era importante que la gente saliera incluso en grandes grupos y protestara».

Pero no respaldarían otras protestas como las que se hacen contra los cierres, dijo DeSantis. «Si con eso no se quitara la máscara y se demostrara, ya saben, que todo esto es una enorme farsa política», dijo.

«Han desperdiciado totalmente cualquier tipo de confianza o buena voluntad que pudiera tener la gente».


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