El jefe de patrulla del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), John Chell, dijo el viernes que la liberación sin fianza de cinco inmigrantes ilegales que presuntamente agredieron a dos agentes de policía demuestra un «colapso total» en el sistema de justicia de Nueva York.
«Las consecuencias, ese es el problema de la ciudad ahora mismo», declaró el Sr. Chell al programa «Buenos días» de NTD.
Más de 2000 policías han sido agredidos o han sufrido intentos de agresión en el último año, señaló el el jefe de patrulla de la policía de Nueva York. En su opinión, los delincuentes se sienten envalentonados para atacar a la policía porque «no hay consecuencias».
El 27 de enero, un grupo de inmigrantes ilegales agredió presuntamente a dos agentes de la policía de Nueva York que intentaban disolver a una multitud alborotada en Midtown Manhattan. Los dos agentes fueron atendidos en el lugar de los hechos por heridas leves, entre ellas cortes en la cara y contusiones en el cuerpo.
«Un suceso repugnante», dijo el Sr. Chell. «Esto no debería ocurrir en nuestra sociedad».
La policía detuvo a cuatro personas en el lugar de los hechos; una quinta fue detenida el 29 de enero, y dos más fueron arrestadas el 31 de enero. Se les acusa de agresión en segundo grado a un agente de la ley, obstrucción a la administración pública, intento de agresión a un agente de policía y agresión en banda.
El quinto sospechoso, que fue procesado y puesto en libertad sin fianza el 29 de enero, al salir del juzgado mostró el dedo medio a las cámaras.
Esta acción añadió un «insulto a la injuria», dijo el jefe de patrulla de la policía de Nueva York.
De las siete detenciones practicadas, solo un sospechoso ingresó en prisión con derecho a libertad bajo fianza, según el Sr. Chell, quien expresó su perplejidad por el hecho de que ni los fiscales ni el juez solicitaran la libertad bajo fianza para algunos de los sospechosos.
«La juez tuvo la oportunidad de intervenir y hacer uso de su poder y decir: ‘No, yo voy a ponerlos en prisión preventiva'», dijo el Sr. Chell. «Pero salen por la puerta y añaden el insulto a la injuria. Ustedes vieron a una pareja que fue detenida, que literalmente nos mostró el dedo a nuestra ciudad, nuestro país, nuestra comunidad».
«Esto tiene que acabar», añadió el Sr. Chell, diciendo que hay que desafiar a los funcionarios electos y al sistema judicial «para que establezcan las consecuencias».
En declaraciones previas a los periodistas, el Sr. Chell criticó la liberación de los sospechosos como «reprobable», diciendo que los «cobardes» deben ser «sacados de nuestras calles» y encarcelados.
Tres sospechosos del presunto asalto “aún están pendientes”, y aunque las autoridades tienen fotografías de otros cuatro sospechosos, la policía no conoce sus identidades, dijo el Sr. Chell.
Fox News informó, citando fuentes policiales anónimas, que cuatro de los sospechosos habían abordado un autobús a California, pagado por los contribuyentes. El Sr. Chell confirmó que algunos de los sospechosos abordaron un autobús, pero no mencionó cómo se pagaron los boletos.
“Nosotros tenemos tres o cuatro de ellos en un autobús en algún lugar recorriendo este país. Entonces, esto es un colapso total del sistema. Esto no debería suceder”, afirmó el Sr. Chell.
Frustrados por el sistema de justicia
Los fiscales se abstuvieron de solicitar la libertad bajo fianza para los sospechosos debido a los esfuerzos en curso para recopilar pruebas adicionales en vídeo, según la Oficina del Fiscal del Distrito de Manhattan.
El incidente, capturado en vídeo, muestra a un grupo de hombres pateando y golpeando a los agentes mientras intentan dispersar a la multitud.
La Police Benevolent Association (PBA), el mayor sindicato policial, criticó duramente el sistema de justicia del estado y expresó su frustración por la liberación de los sospechosos sin derecho a fianza.
«Los ataques a agentes de policía se están convirtiendo en una epidemia, y la razón es una puerta giratoria que estamos viendo en casos como este», dijo el presidente de la PBA, Patrick Hendry. «Es imposible que los agentes de policía enfrenten eficazmente el crimen y el desorden si el sistema de justicia no puede o no quiere protegernos mientras hacemos ese trabajo».
Este incidente se produjo en un contexto de crecientes preocupaciones sobre la inmigración ilegal en la ciudad de Nueva York. Las autoridades informaron que más de 150,000 inmigrantes ilegales pasaron por el sistema de refugios de la ciudad en menos de dos años, y más de 67,000 residen actualmente en refugios de emergencia.
Los inmigrantes ilegales están siendo alojados en hoteles convertidos en refugios improvisados a poca distancia de las atracciones populares, como Times Square, el sitio conmemorativo del World Trade Center y el Empire State Building.
La cuestión de la inmigración ilegal ha sido un desafío creciente para la ciudad y el alcalde Eric Adams, con un aumento sustancial de llegadas bajo las políticas fronterizas del presidente Joe Biden. En respuesta, la ciudad inició en octubre un programa que ofrece boletos de avión de ida a inmigrantes ilegales que deseen marcharse.
La gobernadora Kathy Hochul, demócrata y partidaria del estatus de ciudad santuario de Nueva York, sugirió que se debería considerar la deportación del grupo de inmigrantes ilegales sospechosos del asalto.
“Si alguien comete un delito contra un oficial de policía en el estado de Nueva York y no se encuentra aquí legalmente, definitivamente vale la pena investigarlo”, informó el New York Post.
La Sra. Hochul enfatizó la importancia de garantizar la seguridad de los agentes del orden. “Estos son agentes del orden que nunca, bajo ninguna circunstancia, deberían ser sometidos a agresión física. Está mal en todos los sentidos y espero que los jueces y fiscales hagan lo correcto”.
Con la contribución de Lorenz Duchamps.
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