El secretario de Defensa de EE. UU., Lloyd Austin, ha declarado que, mientras estaba de permiso en su país, desarrolló los síntomas de la COVID-19 el 2 de enero, y que posteriormente ha dado positivo en las pruebas del virus.
«Mis síntomas son leves y estoy siguiendo las instrucciones de mi médico», dijo en una declaración el domingo.
En la última semana, Austin no ha estado en contacto con el presidente, y no ha estado en el Pentágono desde el jueves «donde [se] reunió brevemente —y solo— con algunos miembros del personal» mientras llevaba una mascarilla, dijo.
Permanecerá en cuarentena en su casa durante cinco días, de acuerdo con las directrices de los CDC, mientras que «en la medida de lo posible» asistirá virtualmente a las reuniones y discusiones clave para «informarme de la situación y la toma de decisiones».
«Conservaré todas las autoridades. La subsecretaria Hicks me representará según corresponda en otros asuntos», dijo.
Austin recibió una vacuna de refuerzo hace casi tres meses, a principios de octubre, que, según le dijo su médico, «ha hecho que la infección sea mucho más leve de lo que hubiera sido de otro modo».
«Las vacunas funcionan y seguirán siendo un requisito médico militar para nuestro personal. Sigo animando a todos los que reúnen los criterios de selección para una vacuna de refuerzo a que se la pongan. Esto sigue siendo una cuestión de preparación», dijo el jefe de defensa.
Los militares se enfrentan al reto de mantener la preparación de las tropas, a menudo en espacios reducidos en barcos y aviones.
Aproximadamente el 98 por ciento de las tropas en servicio activo han recibido la vacuna contra la COVID-19, que ahora es obligatoria para ellas.
Austin es uno de los miembros más veteranos de la Administración Biden que ha dado positivo en la prueba de COVID-19.
Con información de Reuters.
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