Joven madre supera el cáncer de mama con ejercicios de Falun Dafa y da a luz a su tercer hija

Por The Epoch Times
21 de mayo de 2021 6:28 PM Actualizado: 21 de mayo de 2021 6:28 PM

Una joven madre sintió como si le hubieran dictado una sentencia de muerte cuando los médicos le dijeron que su cáncer de mama en fase 3 estaba relacionado con un trastorno de estrógenos, que requería «desconectar» las funciones de sus ovarios.

Mientras soportaba los dolorosos tratamientos, enfrentó visiones aterradoras de su propio funeral. Afortunadamente, durante los días más oscuros de su vida, descubrió la esperanza en forma de una antigua práctica de cultivación de mente y cuerpo. Desde entonces, no solo se libró del cáncer, sino que dio a luz a su tercera hija a pesar las advertencias de los médicos que su embarazo podría desencadenar una recaída del cáncer de mama.

Thu Hien Ta, de 33 años, del distrito de Lam Thao, en la provincia de Phu Tho, en el norte de Vietnam, es una talentosa vocalista e intérprete de teatro y dirige un pequeño negocio familiar. Compartió con The Epoch Times cómo Falun Dafa —un sistema de meditación de superación personal que se basa en los valores fundamentales de ser «Verdad, Benevolencia y Tolernacia»— le ayudó a vencer la batalla más dura de su vida.

«Mi cáncer desapareció justo cuando empecé a practicar Falun Dafa. No estaba permitido que quedara embarazada, ni lo esperaba, pero fue un verdadero milagro».

— THU HIEN TA DE VIETNAM

El sistema espiritual de Falun Dafa fue introducido al público en 1992 en China. A finales de la década de 1990, unas 70 millones de personas practicaban Falun Dafa solo en China debido a los reconocidos beneficios para la salud. De acuerdo con varias encuestas estatales realizadas a finales de 1998, las autoridades chinas determinaron que las personas que practicaban Falun Dafa habían reportado una «notable mejoría» en su salud. Sus diversos síntomas de enfermedad «mejoraron o desaparecieron totalmente«, reportó Minghui.org.

Desafortunadamente, el régimen comunista pasó por alto todos los aspectos positivos y emprendió una campaña de persecución en julio de 1999 en un intento de erradicar el sistema de meditación pacífica, y la persecución continúa hasta hoy. En estos 21 años de persecución, decenas de miles de practicantes han sido detenidos, encarcelados e incluso asesinados por su fe. Irónicamente, Falun Dafa se ha extendido por el resto del mundo, y en la actualidad lo practican más de 100 millones de personas de todas las profesiones y condiciones sociales.

Thu Hien Ta, de 33 años, practica el quinto ejercicio de Falun Dafa. (Cortesía de Thu Hien Ta)

El inquietante diagnóstico

Después del nacimiento de su segunda hija en 2015, Hien empezó a tener una sensación extraña en su cuerpo.

Notó un bulto en su pecho derecho, que inicialmente era pequeño y duro, pero en poco tiempo percibió que el bulto había crecido. Al sentir un cansancio inusual en su cuerpo, Hien acudió a una revisión en el Hospital Nacional del Cáncer de Vietnam y recibió la devastadora noticia de que tenía un cáncer de mama en fase 3.

«El diagnóstico fue una sentencia de muerte para mí», dijo Hien. «Sentí como si estuviera cayendo en un profundo agujero y no pudiera encontrar la salida».

Los médicos le aconsejaron que se sometiera a una intervención quirúrgica inmediata, y Hien sintió como si el mundo a su alrededor se derrumbara. Preocupada por el futuro de sus dos hijas pequeñas, la joven madre sintió que la invadía una sensación de extrema desesperanza.

«Recibí el diagnóstico un año después de que falleció mi suegra por un cáncer de sangre», dijo. «Todo se derrumbó ante mis ojos. Sentí que era el fin para mí. Todos mis familiares estaban impactados y desesperados».

Hien dijo que su estado no mejoró después de la primera operación. Ya había perdido mucha sangre y el tumor había crecido y aumentado de tamaño; los médicos sugirieron una segunda operación. Hien recordó que en el momento de la operación se cumplía el aniversario de la muerte de su suegra. Como todos estaban ocupados en casa, Hien se sintió sola y con mucho sufrimiento en el hospital.

Hien perdió todo su cabello mientras se sometía a un tratamiento de quimioterapia en 2015. (Cortesía de Thu Hien Ta)

Hien describió el periodo de quimioterapia como la «parte más dura» de la batalla contra el cáncer que destrozó su salud, ocasionando un inmenso dolor y fatiga.

«Soporté ocho sesiones de terapia química, y mis ovarios no serían funcionales durante cinco años, lo que significa que no podría tener bebés durante cinco años», dijo.

El trauma de la salud la había dejado con unos temores muy fuertes que dominaban su mente; luchó mucho para salir de las trampas destructivas de los desafíos mentales y emocionales.

«No encontraba ninguna luz para alejar mis miedos», recordó. «Las imágenes de mi propio funeral y de mis hijas buscando a su madre me perseguían cada noche, y no podía dormir».

Al mirar a su esposo y a sus hijas, los ojos de Hien se llenaban de tristeza. A pesar del cansancio físico y mental, intentó salir adelante por su familia. «Me dije a mí misma que debía ser fuerte y seguir adelante sin importar cuánto tiempo me quedaba», dijo Hien.

Sin embargo, durante las últimas rondas de quimioterapia, Hien quiso rendirse.

«Mi cuerpo físico y mi mente habían llegado al límite después de soportar el sufrimiento durante tanto tiempo», dijo. «Vomité constantemente durante 48 horas y no pude comer ni beber nada. Recuerdo que le rogué a mi esposo que me dejara morir».

«Mis familiares estaban angustiados al ver mi sufrimiento. Miraban a mis dos hijas y se preocupaban, pensando que mi tiempo estaba llegando a su fin».

(Cortesía de Thu Hien Ta)

El punto de inflexión

Después de someterse a la octava ronda de quimioterapia, en octubre de 2015, Hien volvió a casa donde se encontró a su prima, Minh Huyen Nguyen. Esta mujer de 64 años acababa de jubilarse como profesora en ese momento y «parecía mucho más joven que su edad».

Hien dijo que su prima le entregó el libro llamado «Zhuan Falun» y le dijo que esta lectura espiritual le ayudaría a salir de los tiempos oscuros y difíciles.

«Zhuan Falun es el libro principal de Falun Dafa, una antigua práctica espiritual budista que se basa en los principios de Verdad, Compasión y Tolerancia», dijo Hien.

«Me dijo detenidamente que era el libro más valioso, que me ayudaría en estos momentos difíciles, y que debía leer el libro y creer en lo que se decía en él».

Hien dijo que, antes de su batalla contra el cáncer, no creía en la espiritualidad y, como cualquier no creyente, no pensaba mucho en cosas que estuvieran más allá de la ciencia. Sin embargo, después de escuchar sobre los «profundos beneficios para la salud» que había experimentado su prima, Hien decidió probar la práctica espiritual, inicialmente con la esperanza de obtener algunos días más de vida con su familia.

«Después de leer todo el libro, sentí que mi cuerpo era tan ligero como una nube. Mientras dormía, sentía como si mi cuerpo pudiera levitar», recuerda. «¿Y la parte más milagrosa? Todas las enfermedades, los miedos y la obsesión por la muerte, que me habían perseguido, desaparecieron por completo y ya no aparecieron en mi mente».

Hien lee Zhuan Falun, el principal libro espiritual de Falun Dafa. (Cortesía de Thu Hien Ta)

Hien dijo que al practicar los cinco ejercicios suaves de Falun Dafa, empezó a notar «cambios significativos» en su cuerpo.

«Mi cáncer desapareció justo cuando empecé a practicar Falun Dafa», dijo Hien. «Pude sentirlo por los cambios significativos dentro de mi cuerpo. Me hicieron un chequeo en un hospital militar y el médico dijo que las estadísticas de mi sangre eran mucho mejores de lo normal. Esto fue un verdadero milagro».

«Me conmovieron los principios básicos que se enseñan en el libro. Mi visión de la vida y del mundo ha dado un giro de 180 grados. Ahora creo en la existencia de los dioses, en que todo tiene relación predestinada», añadió.

«Espero que todas las personas puedan ser tan afortunadas como yo»

A los tres meses de practicar Falun Dafa, Hien experimentó «otro milagro», como ella lo llama. Quedó embarazada de su tercera hija, a pesar de que los médicos ya la habían puesto en el plan de tratamiento de cinco años para el trastorno de estrógenos, administrándole la primera inyección para acabar con la función de sus ovarios.

«Me pusieron la primera inyección del tratamiento. Mi médico me aconsejó que no quedara embarazada ni diera a luz, ya que podría aumentar la posibilidad de que el cáncer volviera a aparecer, e incluso me costara la vida», dijo.

«Sin embargo, después de practicar Falun Dafa, mi salud física y mental mejoró. Olvidé por completo que era una paciente. Mi embarazo no estaba permitido ni se esperaba, pero fue un verdadero milagro».

Hien decidió continuar con su embarazo, aunque su familia le pidió que abortara el niño. «Mi familia me habló de mujeres que estaban en la misma situación y fallecieron antes de dar a luz», recordó.

El esposo de Hien con sus tres hijas. (Cortesía de Thu Hien Ta)

«El libro Zhuan Falun enseña sobre la relación predestinada y los orígenes de las vidas, así que atesoré al pequeño ser dentro de mi vientre y fui consciente de que el bebé estaba dispuesto a llegar a mi vida y a mi familia».

«Decidí quedarme con el bebé. Mi esposo apoyó mi decisión».

Hien dijo que, en el transcurso de su embarazo, estuvo normal y cumplió con todos sus deberes, cuidando de la familia y realizando las tareas domésticas.

Sin embargo, cuando se acercaba la fecha del parto, una radiografía reveló que el cordón umbilical estaba enrollado alrededor del cuello del bebé, y el personal médico le sugirió que se sometiera a una operación. Hien dijo que mantuvo la calma y se aferró a su fe. Unas horas más tarde, nació una preciosa niña sin necesidad de cirugía, con un peso de 8.8 libras (aprox. 4 kg).

«Ahora mi hija tiene 4 años, es sana, inteligente y encantadora», dijo. «El médico, mis familiares y amigos fueron testigos del milagro de Falun Dafa».

Después de recuperar su salud y su vida, Hien dice que se asegura de guiar bien a sus hijas y enseñarles la importancia de aferrarse a la moral y la fe.

(Cortesía de Thu Hien Ta)

«Ayudo a mis hijas a discernir lo bueno de lo malo, a darse cuenta de que todo tiene su lado negativo y positivo. Poco a poco, adquieren el hábito de corregirse en los conflictos. La Verdad, la Compasión y la Tolerancia han echado raíces en el alma de mis hijas».

A aquellos que puedan estar pasando por una batalla como la que ella superó, Hien les sugiere «plantar las semillas de la bondad en su familia y en todo el mundo. Que el poder de la compasión les ayude a superarlo todo».

«Espero que todos puedan ser tan afortunados como yo», concluyó Hien.


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