La economía china en 2022: ¿Un dragón de papel quemándose?

Beijing se esforzará por gestionar una recesión económica que, con toda seguridad, va a empeorar

Por James Gorrie
14 de enero de 2022 9:01 PM Actualizado: 14 de enero de 2022 9:02 PM

Comentario

¿Cómo se comportará la economía china en 2022?

Con las actuales perspectivas económicas, esta pregunta ronda en la mente de los dirigentes chinos.

Una respuesta breve es: «Depende de a quién se le pregunte». Pero una mucho más honesta sería: «Mucho peor de lo que Beijing necesita».

Beijing gestiona las expectativas

Por supuesto, si se le pregunta al Partido Comunista Chino (PCCh), la respuesta será aspiracional. Esto se debe a que, según la línea oficial del Partido, solo el PCCh puede guiar a la nación hacia un futuro brillante y próspero. Sin una economía próspera, el PCCh no tiene autoridad legítima, y todo el mundo lo sabe.

Por ello, no es de extrañar que Beijing siempre presente los informes económicos de la mejor manera posible, aunque no sea del todo posible hacerlo. En este sentido, la estimación oficial del crecimiento previsto para este año se sitúa en la franja del 5.5 al 6 por ciento.

Pero por muy mediocre que sea en comparación con los estándares de China en las últimas décadas, incluso el 5.5% puede ser inalcanzable. Es, sin duda, una importante reducción con respecto al objetivo de crecimiento del 6% o más para 2021. De hecho, tras el rebote posterior a la pandemia en la primera mitad de 2021, la economía china se ralentizó en la segunda mitad. Algunas estimaciones la sitúan en el 4% en el cuarto trimestre.

El estancamiento rodea al sector inmobiliario

Beijing preferiría sin duda una cifra más grande para 2022, pero la amenaza de estancamiento en sectores económicos clave es real y creciente, por lo que incluso el 5.5% parece un objetivo difícil de alcanzar.

Por ejemplo, el desarrollo inmobiliario es uno de los principales motores de la economía china, pero aún no ha tocado fondo mientras el contagio de Evergrande sigue desarrollándose. Las cosas siguen empeorando en ese sector, no mejorando. Derribar unas cuantas docenas de rascacielos en una urbanización inacabada no resolverá el problema. Pero puede ser un presagio de lo que está por venir.

Otras empresas inmobiliarias, además de Evergrande, se encuentran en apuros financieros. Kaisa Group, Fantasia Holdings y Modern Land (China), entre otras, han incumplido los pagos de sus bonos, tanto nacionales como extranjeros.

Aunque el PCCh está tratando de preservar a los principales actores del sector con rescates financieros de un tipo u otro, ninguna cantidad de manipulaciones financieras será suficiente para salvar una serie de empresas promotoras masivamente apalancadas.

Los malabares no serán suficientes para ocultar la crisis de la deuda

Los malabares financieron de Beijing pueden, sobre el papel, «salvar» a algunas empresas con recortes de tipos, reestructuraciones masivas y propiedad estatal, pero es probable que se produzcan más impagos, parciales o no. El PCCh tampoco podrá mitigar el impacto general del colapso del mercado inmobiliario sobre la economía en su conjunto. Se espera que hasta un tercio de las empresas promotoras se devalúen en 2022.

De hecho, el efecto dominó podría ser más fuerte y generalizado de lo previsto. Esto no es nuevo ni tan especulativo como podría imaginarse. Recordemos cómo el desplome del mercado inmobiliario en Estados Unidos, que representaba menos del 10% del PIB, desencadenó una crisis financiera en todo el sistema. La promoción inmobiliaria y los servicios relacionados representan alrededor del 30% del PIB chino.

Según Ting Lu, economista jefe de Nomura para China, el PIB de todo el año 2022 podría ser de tan solo el 4.3%, un 20% menos de lo que se esperaba e incluso de lo que el Partido esperaba.

¿El próximo desplome será el de los bonos municipales?

Pero el mercado de la vivienda no es la única bandera roja en las previsiones económicas de China. Los vehículos de financiación de los gobiernos locales (LGFV), que son esencialmente emisores de bonos municipales que respaldan proyectos de desarrollo regional y de propiedad local que de otro modo no estarían financiados, también se han devaluado. A finales de 2020, la deuda impagada era de unos 8 billones de dólares, o la mitad del PIB de China. En 2021, los LGFV superaron a los desarrolladores en la deuda externa, debiendo a los tenedores de bonos en el extranjero 31 mil millones de dólares en pagos de bonos que serán pagables en 2022.

Las ventas de terrenos y los precios de la vivienda siguen cayendo

Es más, se espera que las ventas de nuevos terrenos caigan otro 20 por ciento este año, incluso después de un año desastroso en 2021, en el que las ventas de terrenos cayeron un 17 por ciento respecto al año anterior, y los valores cayeron un promedio del 9 por ciento. En un esfuerzo por dar apoyo ante el feo escenario de la deuda, los servicios de calificación locales están amañando las calificaciones crediticias.

Está por verse hasta qué punto es eficaz o cuánto durará esa farsa. Pero un ejercicio tan engañoso en sí mismo es bastante revelador de la situación actual y de hacia dónde se dirige. Esto es especialmente relevante si se tiene en cuenta que los precios de la vivienda residencial cayeron en diciembre de 2021 por tercer mes consecutivo y que es probable que las ventas de viviendas caigan otro 10% este año.

No hay duda de que la crisis inmobiliaria está en marcha.

El virus del PCCh vuelve a casa

Para empeorar las cosas, el virus del PCCh ha encontrado su camino de vuelta a China justo a tiempo para los Juegos Olímpicos de Invierno. Independientemente de la breve distracción que puedan suponer los juegos, la política de tolerancia cero de Beijing significa que los cierres y otras estrictas medidas de contención aplastarán la productividad. Las interrupciones en la producción, el transporte y el gasto de los consumidores se traducen en una actividad económica aún menor.

La gente hace fila para someterse a una prueba PCR el 10 de enero de 2022 en Beijing, China. (Andrea Verdelli/Getty Images)

Con la posibilidad de que se produzcan nuevos brotes en los próximos meses, es posible que las ventas minoristas solo crezcan un 3.7% este año, una mísera cuarta parte del crecimiento del 13% del año pasado. Esto no solo se traduce en una fracción de la demanda de productos, sino también en una elevada tasa de ahorro y un sentimiento negativo de los consumidores. La confianza del consumidor no había caído tan rápido desde el estallido del virus del PCCh.

Las empresas tecnológicas huyen de China en medio de las severas medidas

Por último, lo que es un mal presagio a largo plazo, un número creciente de empresas tecnológicas extranjeras están abandonando China, de forma definitiva. No se trata de pequeñas empresas. Gigantes como Yahoo, LinkedIn y Epic Games, entre otras, se están marchando rápidamente de China en respuesta a las duras medidas de Beijing contra Alibaba, Didi y Meituan. El clima regulatorio se ha vuelto mucho más difícil para operar y las violaciones son demasiado caras.

Es posible que Beijing intente poner buena cara a sus perspectivas económicas para 2022, y los Juegos de Invierno ayudarán en ese esfuerzo. Pero las consecuencias de estos y otros factores para la economía en su conjunto aún no se han hecho realidad.

La espiral económica descendente de China puede resultar una fuente de contagios más peligrosa que su laboratorio de Wuhan.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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