Este martes, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) designó formalmente a las compañías de telecomunicaciones chinas Huawei y ZTE como amenazas de seguridad nacional, una medida que prohíbe a las empresas estadounidenses recurrir a un fondo federal de USD 8,300 millones para comprarles equipos.
La medida formalizó una decisión hecha en noviembre de 2019, cuando el regulador votó por unanimidad para emitir la declaración. En ese momento también se votó para proponer que se requiera a los operadores rurales que eliminen y reemplacen los equipos Huawei y ZTE de sus redes existentes.
«No podemos y no permitiremos que el Partido Comunista Chino explote las vulnerabilidades de la red y comprometa nuestra infraestructura de comunicaciones primordial», dijo el presidente de la FCC, Ajit Pai, en un comunicado.
«Ambas compañías tienen vínculos estrechos con el Partido Comunista Chino y con el aparato militar de China, y ambas compañías están ampliamente sujetas a la ley china que les obliga a cooperar con los servicios de inteligencia del país».
La declaración se basa en acciones cada vez más duras tomadas por la administración Trump contra Huawei, el mayor fabricante mundial de equipos de telecomunicaciones, y otras empresas tecnológicas chinas que presentan riesgos de seguridad. La semana pasada, el Departamento de Defensa incluyó a Huawei en una lista de 20 compañías que son propiedad o están controladas por el ejército chino, lo cual provocó pedidos de sanciones económicas.
Huawei y ZTE no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
En mayo pasado, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva declarando una emergencia nacional y prohibiendo a las compañías estadounidenses usar equipos de telecomunicaciones fabricados por compañías que representan un riesgo de seguridad nacional. El gobierno de Trump también agregó a Huawei y a docenas de afiliados a su lista negra comercial el año pasado, prohibiendo a las empresas estadounidenses hacer negocios con la compañía sin una licencia. El mes pasado, se tomaron medidas más grandes para bloquear el acceso de Huawei a los chips hechos con base tecnológica estadounidense.
El comisionado de la FCC, Geoffrey Starks, dijo el martes que sigue habiendo «equipo no confiable» en las redes estadounidenses y que el Congreso debe asignar fondos para los reemplazos.
Mientras que las grandes compañías inalámbricas estadounidenses han cortado los lazos con Huawei, los pequeños operadores rurales se han apoyado en los conmutadores y equipos de Huawei y ZTE porque a menudo son menos costosos.
La Asociación Inalámbrica Rural, que representa a los operadores con menos de 100,000 suscriptores, estima que el 25 por ciento de sus miembros tienen a Huawei y ZTE en sus redes, y ha dicho que costaría entre USD 800 y USD 1000 millones reemplazarlos.
El año pasado, un grupo bipartidista de senadores presentó una legislación para otorgar alrededor de USD 700 millones en subvenciones para ayudar a los proveedores de telecomunicaciones de EE.UU.
En los últimos meses, la FCC ha intensificado su control de las empresas chinas.
En abril, la agencia comenzó a tomar medidas para impedir que tres compañías estatales de telecomunicaciones chinas, China Telecom Americas, China Unicom Americas, Pacific Networks Corp y su subsidiaria de propiedad absoluta ComNet (USA) LLC, operen en los Estados Unidos, citando riesgos de seguridad derivados por la preocupación de que están sujetas a la influencia del Partido Comunista Chino.
En mayo pasado, la FCC votó por unanimidad para negarle a otra compañía estatal de telecomunicaciones china, China Mobile, el derecho a proporcionar servicios en los Estados Unidos, citando los riesgos de que el gobierno chino podría usar dicha aprobación para realizar espionaje contra el gobierno de los Estados Unidos.
Reuters contribuyó a este informe.
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