La guerra por terceros

Por Rudy Giuliani
01 de junio de 2021 6:27 PM Actualizado: 01 de junio de 2021 6:28 PM

Comentario

La guerra entre palestinos e israelíes, mejor descrita como la guerra entre Hamás e Israel, comenzó el 10 de mayo de 2021, cuando los palestinos/ Hamás atacaron a Israel con misiles. Al final, durante 11 días y noches continuos, Hamás disparó más de 4000 cohetes contra Israel en un amplio espectro del territorio. A cambio, Israel desencadenó ataques masivos de represalia contra objetivos mucho más específicos, dirigidos principalmente a los dirigentes de Hamás. El 21 de mayo de 2021 se declaró un alto al fuego.

Si el análisis no va más allá de Hamás contra Israel, el verdadero protagonista habrá logrado su objetivo sin pagar ningún precio por la muerte y la destrucción causadas. Esta descripción no puede ser aceptada por la Administración Biden. Se interpondría en su obsesión por revertir todo lo que hizo Trump, sin más análisis.

Esta guerra fue una guerra por terceros. Se puede describir mejor comparándola con una de las escenas de «El Padrino» cuando Vito Corleone le explica a su consigliere Tom Hagen quién estaba realmente detrás del intento de matarlo y destruir a su familia: «Tattaglia es un proxeneta. Nunca podría haber superado a Santino. Pero no sabía hasta hoy que era Barzini todo el tiempo».

Sustituya a Tattaglia por Hamás y a Barzini por la República Islámica de Irán, y se convertirá en: «Hamás es un proxeneta. Nunca podría haber superado a Israel. Pero no sabía hasta hoy que era Irán todo el tiempo».

Ben Hunt, que utilizó la cita en el sitio web de inversiones Epsilon Theory como ejemplo de análisis financiero erróneo, observó: «Una vez que Vito comprendió por qué Philip Tattaglia iba tras él, que solo era un títere de Emilio Barzini, todo cambió para la familia Corleone».

¿Puede Biden hacer la misma deducción?

Pero lo que finalmente salvó a la familia Corleone no fue solo la observación de la influencia causal de Barzini, sino la estrategia que se ajustó a la nueva realidad del por qué.

¿Puede Biden ajustar su estrategia?

Para conseguirlo, es necesario ir más allá de lo evidente. Biden parece depender únicamente de otros. Por desgracia, son en su mayoría los mismos ideólogos que fueron estafados en el acuerdo de 2015 con el Régimen del Terror. Se necesitaría una admisión masiva de un grave error de juicio. La seguridad de Israel, y en última instancia de Estados Unidos, pende de un hilo. A veces, solo a veces, incluso los políticos corruptos y los asesores glorificados pueden actuar en el mejor interés de su país.

El apoyo iraní

Durante décadas, el Régimen del Terror ha apoyado a Hamás. Se remonta al menos a 1987. Primero comenzó con el apoyo organizativo y operativo de Irán a través de Hezbolá a la Yihad Islámica Palestina (PIJ). En 1993, Irán prometió públicamente 30 millones de dólares de apoyo anual directamente a la ofensiva anti-Israel de Hamás.

Esto se repitió regularmente hasta que se produjo una separación entre Hamás y Hezbolá debido al papel de Hezbolá e Irán en Siria, donde Assad estaba masacrando a su propio pueblo. Pero el genocidio nunca se interpuso por mucho tiempo entre terroristas que tenían objetivos comunes como su patológico deseo de destruir a Israel y, en última instancia, a Estados Unidos. Esta ruptura se remendó a instancias del Régimen del Terror, al recordar al régimen de Assad, Hezbolá y Hamás sus objetivos comunes.

En octubre de 2017, Saleh al-Arouri, segundo al mando de Hamás, encabezó una delegación de Hamás a Teherán y se reunió con el comandante de la Fuerza Quds, el difunto Qassem Soleimani, quien les aseguró el apoyo de Irán. Poco después, en noviembre de 2017, al-Arouri se reunió en Beirut con el secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah. Según los reportes de los medios de comunicación en ese momento, ambas partes acordaron dejar atrás sus desacuerdos sobre Siria para poder estar juntos contra Israel.

Esto abrió un cheque en blanco virtual para Hamás en cuanto a dinero, armas, entrenamiento y cooperación. Desde entonces, Irán ha suministrado a Hamás dinero en efectivo, misiles antitanque, artefactos explosivos improvisados y formación en guerra moderna. Y lo que es más importante, ha ayudado a Hamás a adquirir misiles de mucho mayor alcance y más sofisticados, 4000 de los cuales acaban de ser utilizados para atacar a Israel.

Recuerden que Hamás es un proxeneta. Ha sido el Régimen del Terror el que ha hecho posible que Hamás haga daño a Israel, culminando esta guerra como un ejercicio que podría aportar valiosa información sobre las defensas israelíes. Puede que Irán esté utilizando a Hamás, pero a diferencia de Biden, Barack Obama y la mayoría de los medios de comunicación, se dan cuenta de que tanto Hamás como la Autoridad Palestina son totalmente disfuncionales. Están gobernados por terroristas incompetentes en Gaza y por exterroristas completamente corruptos en Cisjordania.

A diferencia de la élite de la «torre de marfil» de Estados Unidos y de gran parte de Europa Occidental, Irán no va a confiar en proxenetas para llevar a cabo su objetivo nacional, la destrucción de Israel. Así que Irán ha construido su propia organización terrorista financiada y controlada enteramente por Teherán. Se llama «Al Sabirin». Opera tanto en Gaza como en Cisjordania. Da a Irán flexibilidad para realizar ataques y acciones terroristas tanto independientes como coordinadas en la Autoridad Palestina y fuera de ella.

Hay pocas dudas de que parte de la importante inversión de Obama en el Régimen del Terror se utilizó para financiar Al Sabirin. Peor aún, según el general Jack Keane, es probable que algunos de los miles de millones que Obama dio a Irán se utilizaran para comprar los cohetes utilizados para atacar a Israel. Biden parece estar dispuesto a hacer infusiones similares de dinero en efectivo a un régimen que utiliza al menos el 50% de sus fondos para el terrorismo. ¿Están Obama, Biden o ambos tan alejados de la realidad que nunca se les ocurrió que por eso los terroristas requerían tanto dinero en efectivo?

Buscando una oportunidad

La causa directa de los ataques masivos con cohetes fue, supuestamente, el trato brusco de Israel a las decenas de miles de palestinos que se encontraban en la mezquita de Al Aqsa el 8 de mayo durante los últimos días del Ramadán. También fue supuestamente agravado por los propietarios israelíes que querían desalojar a las familias palestinas de Jerusalén Este.

Como siempre, los medios de comunicación pro-palestinos, anti-israelíes y anti-estadounidenses suprimieron dos hechos clave. Al igual que toda Europa, Israel puso una limitación a las concentraciones debido a la histeria del virus del PCCh. El límite para la mezquita de Al Aqsa era de unas muy generosas 10,000 personas. Cuando las multitudes llegaron a ser más de 30,000 o 40,000, la policía israelí intentó hacerlas cumplir, y estalló la violencia. A los pocos días se lanzaron cohetes desde Gaza, uno de los cuales cayó justo en las afueras de Jerusalén. Obviamente, esto fue un montaje y el preludio de 11 días de lanzamiento de 4000 cohetes dirigidos a objetivos en casi todo Israel. Los medios de comunicación sesgados tampoco aclararon que los palestinos que iban a ser desalojados llevaban años sin pagar el alquiler o que su contrato había expirado. Una disputa entre propietarios e inquilinos difícilmente explica el ataque masivo y continuo de Hamás con cohetes sobre objetivos mayoritariamente civiles.

La verdadera razón de esta respuesta desproporcionada radica en que el Régimen del Terror buscaba una oportunidad para observar cualquier debilidad que pudiera discernir en un desafío total al Iron Dome, el muy eficaz sistema de defensa antimisiles de Israel. También fue una retribución por la eliminación del terrorista en jefe iraní Soleimani por parte de la Administración Trump. Ciertamente no habrían hecho esto mientras Trump estaba en el cargo; al igual que la reciente agresividad de Corea del Norte, Rusia y China, no tienen miedo de Biden. Se dan cuenta de su evidente deterioro cognitivo, y presionarán todo lo que puedan y hasta donde puedan. Tal vez aún más cerca, Irán ha culpado al Mossad de Israel por el ataque a la instalación de energía nuclear de Natanz. Lo ha calificado de terrorismo y de acto de guerra. Esto sigue al asesinato en noviembre pasado de Mohsen Fakhrizadeh, el cerebro del encubierto programa de armas nucleares iraní.

Estos atentados contra el cerebro nuclear del Régimen del Terror y su programa nuclear se llevaron a cabo dentro de Irán, un «estado policial» donde los manifestantes son abatidos a tiros en las calles. Estas perspicacias junto con los dos años y medio de interminables protestas en casi todas las ciudades iraníes, exponen para que el mundo vea, que, como todas las dictaduras maníacas, está a un día de ser derrocada. La única cuestión es predecir correctamente el día o la hora, pero inevitablemente ocurrirá. Recordemos que la destrucción del Muro de Berlín, la desaparición de la Unión Soviética, incluso la deposición de Mubarak y Gadafi supusieron una cierta sorpresa cuando realmente ocurrió.

Ahora que está claro que Hamás y gran parte de la Autoridad Palestina es un representante de Irán y un socio del Régimen del Terror en la expansión de los ataques terroristas, parecería que las políticas de Biden se verían alteradas. Sin embargo, a pesar de todo esto, la Administración Biden parece decidida a renovar el acuerdo nuclear con el Régimen del Terror y a convertir a la Autoridad Palestina en una nación independiente. Biden proclama que siempre será leal a Israel. Pero todo lo que hace es incompatible con los mejores intereses de Israel o incluso potencialmente fatal para Israel.

No está preparado para ser una nación

La Autoridad Palestina ha demostrado una vez más que no está preparada para convertirse en una nación. En Cisjordania, el Fatah supuestamente roba gran parte del dinero que les da Estados Unidos. En la Franja de Gaza, Hamás utiliza todo lo que puede conseguir para comprar cohetes y municiones para matar judíos y, con suerte, algunos estadounidenses. Sus últimas acciones revelan claramente que si la Autoridad Palestina se convirtiera en un Estado, se aliaría con el imperio iraní y formaría parte de él.

Pero, incluso esto no parece traspasar la obsesión por otro acuerdo con Irán. Tal vez Biden y sus manipuladores no pueden ir más allá de deshacer todo lo que Trump logró para hacer que la región sea más segura y que Estados Unidos sea más seguro.

La última acción audaz de Hamás contra Israel fue durante la anterior administración demócrata, que también incluía a Biden y a un presidente también ansioso por complacer a Irán. Biden parece incluso dispuesto a terminar o relajar las sanciones y dar a Irán miles de millones, como el dinero que liberó a la Autoridad Palestina hace unas semanas. Todo este movimiento hacia un acuerdo con una dictadura homicida comprometida con la destrucción del Estado de Israel contradice la declaración de apoyo de Biden.

También se contradice con el objetivo de una solución de dos estados. Una administración centrada en la protección de Israel y que considerara seriamente los mejores intereses de Estados Unidos se daría cuenta de que ese objetivo hace tiempo que se ha convertido no solo en algo irreal sino también en algo muy peligroso. Sencillamente no hay ninguna buena razón para que tomemos poblaciones disfuncionales gobernadas por líderes en el norte que supuestamente roban su dinero y en el sur por terroristas y las convirtamos en una nación independiente. Crear otro estado patrocinador del terrorismo que se subyugue al mayor estado patrocinador del terrorismo no solo es fatal para Israel sino que representa un gran peligro para Estados Unidos. Hasta el día de hoy, en la Autoridad Palestina se enseña a los niños a odiar y matar a israelíes, judíos y estadounidenses.

Sin embargo, todas estas pruebas convincentes de los peligros de un Estado palestino no impiden a los demócratas establecer una equivalencia moral entre una nación desarrollada y un conjunto de terroristas y ladrones. El actual secretario de Estado de EE.UU. anunció la semana pasada que Israel tiene una responsabilidad  mucho mayor para evitar matar niños. Qué ridículo. La carga es la misma para todos para no matar niños. En el caso de los palestinos, es mucho mayor porque utilizan deliberadamente a los niños como escudos humanos para proteger a sus jefes terroristas y sus municiones más destructivas.

¿Qué le pasa a Biden, a su administración y al Partido Demócrata? Biden solo ahora, después de muchas críticas, ha nombrado un embajador en Israel. Trump lo hizo un mes antes de su toma de posesión, y Obama, el día después. La descripción más amable es la de estar durmiendo en los interruptores (no cumplir con su deber en el momento adecuado).

Por lo tanto, toda la charla sobre una solución de dos estados y un estado palestino es una fantasía liberal, que es una fantasía fatal. Con esta evidente diferencia entre Israel y la Autoridad Palestina, es imposible entender que la Administración de Biden siga defendiendo una solución de dos Estados. Significaría que estaríamos estableciendo un nuevo país controlado por los ayatolás, gobernado por terroristas y ladrones, y extendiendo el imperio que Irán está tratando de establecer en Oriente Medio.

Del mismo modo, se podría pensar que esto pondrá fin a cualquier discusión sobre un nuevo acuerdo nuclear con Irán. Esto, por supuesto, depende de si Biden, esta administración y el Partido Demócrata pueden discernir los mejores intereses de Estados Unidos.

Un enfoque mucho más constructivo sería imponer condiciones a los palestinos para convertirse en una nación. Simplemente dejar claro que son demasiado peligrosos para la seguridad de Israel, Estados Unidos y muchas otras naciones legales como para convertirse en un estado independiente en este momento. Pero si pueden abstenerse del terrorismo durante un periodo designado de entre cinco y diez años, dejar de enseñar el odio y el asesinato a sus hijos, y asegurar mediante una rendición de cuentas transparente que el dinero que reciben llega al pueblo, entonces podrán presentar un caso creíble para convertirse en una nación.

Rudy Giuliani es exalcalde de la ciudad de Nueva York.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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