La inflación continúa afectando las billeteras de los estadounidenses y plantea un dilema político para el presidente Joe Biden, ya que los consumidores sienten la presión, especialmente en el costo de los alimentos comprados en los supermercados y tiendas de comestibles.
Si bien la tasa de inflación anual general de Estados Unidos llegó al 8.3 por ciento en agosto, según datos del 13 de septiembre de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), los precios en la categoría de «comida en el hogar» se dispararon al ritmo más rápido en 43 años.
El costo de los alimentos comprados para consumo en el hogar aumentó un 13.5 por ciento anual en agosto, la cifra más alta en esta categoría de gastos desde marzo de 1979.
“Se encuentran muchas sorpresas desagradables en el índice de precios al consumidor de agosto” o IPC, dijo Mark Hamrick, analista económico senior de Bankrate, a The Epoch Times en un comunicado enviado por correo electrónico, comentando los datos de BLS sobre la inflación.
Si bien la inflación de las tiendas de comestibles fue especialmente alta, la categoría general de alimentos que incluye alimentos comprados en restaurantes (que aumentó un 8.0 por ciento año tras año), también fue la más alta en más de cuatro décadas.
“Los precios de las necesidades continúan alimentando este fuego, incluido el alojamiento, los alimentos y la atención médica”, dijo Hamrick. “El informe señala que el índice de alimentos aumentó un 11.4 por ciento durante el último año, lo que marca el mayor aumento en 12 meses desde mayo de 1979”.
Los precios del pan aumentaron un 16.2 por ciento respecto al mismo período del año anterior, la leche se disparó un 17 por ciento, las frutas y verduras aumentaron un 9.4 por ciento y los huevos se dispararon un 39.8 por ciento.
Los datos de inflación de BLS también mostraron que la carne aumentó principalmente en todos los ámbitos, con la carne molida sin cocer subiendo un 78 por ciento, la carne de cerdo un 6.8 por ciento, el jamón un 9.2 por ciento y el pollo un 16.6 por ciento.
La inflación hace caer las acciones
Los principales índices bursátiles de Wall Street se desplomaron el 13 de septiembre después de que los resultados de la inflación fueran más altos de lo que esperaban los mercados. Los datos de precios sugirieron que la Reserva Federal se mantendrá en una posición agresiva y seguirá ajustando agresivamente la configuración monetaria.
El promedio industrial Dow Jones perdió 1276 puntos, o un 3.94 por ciento, el martes, su peor día desde junio de 2020. El compuesto Nasdaq cayó 632 puntos, o un 5.16 por ciento, y el índice de referencia S&P 500 cayó 177 puntos, o un 4.32 por ciento.
Los analistas de ING dijeron en una nota que las cifras de inflación más altas de lo esperado frustran cualquier esperanza de que la Fed pueda ofrecer un aumento de tasas más pequeño, de 50 puntos básicos (pb), en lugar de los 75 pb esperados, en su próxima reunión de política monetaria del 20 y 21 de septiembre.
«Claramente, este resultado echa por tierra cualquier posibilidad de que la Reserva Federal sorprenda con una subida de 50 puntos básicos la próxima semana, pero no es lo suficientemente calamitoso como para ver un gran impulso de 100 puntos básicos», dijeron los analistas de ING, añadiendo que mantienen sus anteriores predicciones que apuntan a una subida de 75 puntos básicos.
Los contratos de futuros de fondos federales, que reflejan las expectativas del mercado para la tasa de interés de referencia, actualmente colocan las probabilidades de un aumento de 75 puntos básicos en 70 por ciento. Las posibilidades de un aumento aún mayor, de 100 puntos básicos, son del 30 por ciento.
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