La iniciativa china ‘Un Cinturón, Una Ruta’ invade las economías y la soberanía de los países

Desde protestas ciudadanas hasta los propios gobiernos, más países se están dando cuenta de que el proyecto OBOR es abusivo en lugar de ser un beneficio

Por Daniel Holl - La Gran Época
02 de febrero de 2019 3:36 PM Actualizado: 02 de febrero de 2019 3:36 PM

La iniciativa china “Un Cinturón, Una Ruta” (OBOR, por sus siglas en inglés) está generando preocupación y críticas debido a su impacto negativo en varias naciones y empresas. El proyecto hizo que muchos países receptores estén muy endeudados con Beijing y permitió que el régimen chino exporte su modelo autoritario de gobierno a través de equipos de vigilancia .

La iniciativa OBOR es un plan agresivo de construcción de infraestructura en muchos países asiáticos, en África y en la Unión Europea. Establece proyectos similares en países de América Latina, y también comenzó a prestarle atención a la región de Asia y el Pacífico.

Las empresas y bancos chinos establecieron formas de ganar soberanía en las naciones a través de proyectos de construcción y la otorgación de préstamos.

El presidente de un operador portuario mundial acusó a las empresas chinas de prácticas comerciales abusivas en una entrevista con la CNBC. El sultán Ahmed bin Sulayem, presidente de DP World, habló sobre cómo veía el accionar de las empresas chinas en el extranjero.

“Adoptaron prácticas abusivas en algo que hoy en día se denomina ‘trampa de la deuda’, mediante las cuales extralimitan las deudas de los países y finalmente se apropian de sus recursos”, dijo Bin Sulayem a CNBC.

DP World, con sede en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, es uno de los mayores operadores portuarios del mundo. Según CNBC, DP World presentó una demanda contra China Merchants Port Holdings ante el Tribunal Superior de Hong Kong por la adquisición ilegal de tierras e inducir a Djibouti a romper los acuerdos con la compañía de Dubai.

Además de los medios legales, los países o empresas afectadas se oponen de otras maneras. La administración Trump comenzó a implementar iniciativas para ofrecer proyectos de infraestructura a los países a los cuales se dirige China a través de OBOR.

Países endeudados: diplomacia de la trampa de la deuda

China utiliza los grandes proyectos de infraestructura OBOR para ingresar miles de millones de dólares en las economías emergentes. Al mismo tiempo, gran parte de la financiación se realiza a través de prestamistas chinos, lo que pone en peligro la soberanía de una nación. China a menudo utiliza los recursos del país como forma de pago.

Jeff Smith, experto en Asia Meridional de la Heritage Foundation, dijo que países como Djibouti, Kirguistán, Laos, Maldivas, Mongolia, Montenegro y Pakistán tienen graves problemas de deuda con China, según un informe de La Gran Época. La producción nacional de muchos de estos países no es suficiente para pagar la elevada carga de la deuda de los proyectos de infraestructura de China.

Uno de los países en peligro más recientes es Kenia. Si los préstamos utilizados para construir un sistema ferroviario en Kenia no son pagados, entonces China no solo controlará los trenes, sino que tendrá pleno derecho soberano sobre el Puerto de Mombasa, el puerto marítimo más grande de África Oriental.

Según las imágenes de satélite publicadas el 10 de septiembre de 2018, el Partido Comunista Chino (PCCh) ya instaló una base militar en Djibouti, un pequeño país africano que limita con el Mar Rojo. El 13 de noviembre de 2018,  dos senadores estadounidenses expresaron su preocupación por las consecuencias políticas y militares de que China tome el control del puerto en Djibouti, ya que aumentaría la influencia de China en África oriental.

Los habitantes de Sri Lanka protestaron en septiembre de 2018 por la incapacidad de su gobierno para pagar las deudas y hacer la entrega de un puerto tan importante al régimen chino. En diciembre de 2017, el gobierno de Sri Lanka concesionó por 99 años el puerto principal de Hambantota a Beijing en un plan para convertir los préstamos adeudados de 1400 millones de dólares en capital. Este movimiento permitió al PCCh ganar control en el Océano Índico.

Beijing también participó en la Cooperación Económica Asia-Pacífico en noviembre de 2018, donde el líder chino Xi Jinping presentó la iniciativa OBOR a los países del Pacífico que necesitan infraestructura.

Aunque los países latinoamericanos no están técnicamente incluidos en las políticas OBOR, todavía se les ofrecen proyectos similares. Ecuador es una víctima reciente de los acuerdos de infraestructura de China, con una represa mal construida que ya se está desmoronando en la selva montañosa, además tiene una deuda de 19.000 millones de dólares con China.

Exportar el autoritarismo

El PCCh utiliza el proyecto OBOR no solo como un medio para obtener un beneficio económico por sí mismo, sino también como una red de control de vigilancia que se está exportando a las naciones receptoras.

Huawei, quien fue sometido a escrutinio por violar las sanciones de Estados Unidos contra Irán y por exportar equipos de vigilancia, se aprovechó del proyecto OBOR. Huawei fue contratado para construir cables marinos y redes 5G que conectan a las naciones entre sí, pero que actualmente está perdiendo terreno debido a los problemas de seguridad.

Dos importantes empresas tecnológicas chinas, Huawei y ZTE, desarrollaron sistemas de vigilancia masiva para ayudar al PCCh a controlar a su población. Estas mismas tecnologías están siendo exportadas a través de la iniciativa OBOR. Venezuela fue sometida a escrutinio en diciembre de 2018 por utilizar la tecnología de ZTE para rastrear a sus ciudadanos.

Una comisión bipartidista estadounidense dijo al Congreso que Estados Unidos debería crear un fondo para contrarrestar las relaciones financieras de China con el proyecto OBOR. Esto se utilizaría para impedir que China exporte su “modelo de gobierno autoritario”, dijo la comisión al Congreso el 14 de noviembre de 2018.

 

 

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